En privado
Las vacaciones existen para demostrar que los hombres p¨²blicos tienen vida privada. No hay m¨¢s que verlos a todo color en las revistas, rodeados del grupo familiar, en short y camiseta, delante de las barbacoas y las piscinas, orgullosos de exhibir sus secretas aficiones. Es como si nos dijeran: 'Miradme, soy igual a vosotros, tambi¨¦n poseo vida privada, ¨¦ste y no aqu¨¦l es mi verdadero gesto humano'.Suelen quejarse los hombres p¨²blicos de la intromisi¨®n de los papparazzis en sus bien merecidas intimidades. Incluso justifican las vacaciones por el deseo de huir durante unos d¨ªas de las estridentes publicidades a cuatricrom¨ªa. No queda m¨¢s remedio que concluir que son unos p¨¦simos huidores o que fingen muy mal su fervor por lo privado: todos acaban inmortalizados en kodak o agfa, representando con suma docilidad las posturas m¨¢s c¨¦lebres y pornogr¨¢ficas, de esa ret¨®rica del famoso sorprendido en vacaciones por el teleobjetivo indiscreto. Lo cierto es que esas instant¨¢neas de lo privado est¨¢n tomadas con los objetivos, los diafragmas y las velocidades que rigen para fotografiar lo oficial.
Pero tienen toda la raz¨®n los hombres p¨²blicos: en sus refugios vacacionales son exactos a los dem¨¢s. Y ¨¦se es precisamente el problema. Cuando los famosos van de pantal¨®n largo y tienen los rostros p¨¢lidos, su trabajo consiste, precisamente, en vendernos las diferencias -profundas diferencias pol¨ªticas, econ¨®micas, ¨¦ticas- que los separan del resto de las siglas y de las morales en lid. En privado, resultan id¨¦nticos, clavados, intercambiables unos por otros.
Frente a esos reportajes de temporada, tengo la turbadora impresi¨®n de que siempre se trata del mismo veraneo, de la misma esposa, de los mismos hijos, de la misma escenograf¨ªa, del mismo estilo de vida. De una similar y reconocible moral privada. Lo l¨®gico ser¨ªa que aquellos distingos llamativos que emiten cuando act¨²an en p¨²blico tuvieran su fiel traducci¨®n en las representaciones de lo privado. Pero ah¨ª, en el territorio de lo ¨ªntimo, no observo yo demasiadas diferencias. Salta a la vista que en esa moral de lo privado reina el consenso. Me gustar¨ªa saber cu¨¢ndo dicen la verdad: si en los plurales acontecimientos p¨²blicos del curso o en las mon¨®tonas fotograf¨ªas privadas de las vacaciones.
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