La crisis centroamericana, tema de la visita de Reagan a M¨¦xico

Como un hermoso d¨ªa para la historia de Am¨¦rica Central, calific¨® ayer en esta ciudad, el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, el momento en que todos los "elementos extranjeros, incluyendo los nuestros", puedan ser retirados de la regi¨®n. Sin embargo, a pesar de los buenos deseos del presidente norteamericano, este d¨ªa s¨®lo ser¨¢ posible, sin que el retiro de los asesores norteamericanos afecte la seguridad del ¨¢rea.El presidente Reagan, tambi¨¦n habl¨® sobre la soluci¨®n a la crisis en Am¨¦rica Central, en un discurso pronunciado en el palacio legislativo del Gobierno local, al t¨¦rmino de sus conversaciones con Miguel de la Madrid, presidente de M¨¦xico.

Seg¨²n Reagan, la soluci¨®n a la crisis debe abarcar cuatro principios b¨¢sicos, entre los que se cuentan, el establecimiento y fortalecimiento de instituciones democr¨¢ticas. Reagan tambi¨¦n mencion¨® el respeto a la no intervenci¨®n, pero destac¨® que ello inclu¨ªa "el pese del apoyo a los elementos subversivos que buscan desestabilizar a otros pa¨ªses".

El retiro verificable de todos los asesores militares y de seguridad, y el congelamiento de la adquisici¨®n de armas ofensivas, como asimismo, la cooperaci¨®n para mantener un nivel de crecimiento econ¨®mico que garantice las necesidades b¨¢sicas de la regi¨®n, son los otros dos puntos mencionados por Reagan.

Al finalizar su discurso, el mandatario norteamericano se refiri¨® al principio de la autodeterminaci¨®n, pero con una interpretaci¨®n, particular. "Hemos luchado en guerras precisamente por ese particular", se?al¨® Reagan. Pero tambi¨¦n agreg¨®, justificando quiz¨¢ las numerosas intervenciones militares nortemericanas en otros pa¨ªses, que ¨¦l cre¨ªa que las personas deben ser capaces de determinar sus propias alternativas. "Esa es la raz¨®n por la cual hemos respondido a las peticiones de asistencia de algunos de nuestros vecinos latinoamericanos", dijo Ronald Reagan.

El particular concepto del respeto al principio de autodeterminaci¨®n, expresado por el presidente Reagan, contrast¨®, casi de forma brutal, con lo dicho por Miguel de la Madrid. Reflej¨®, adem¨¢s, las profundas diferencias que subsisten entre ambos pa¨ªses, en cuanto a los posibles caminos para encontrat una soluci¨®n pac¨ªfica en la regi¨®n, centroamericana.

"Est¨¢mos seguros de que dejados a la voluntad y percepci¨®n de sus pueblos y desvanecidos el temor y la desconfianza por el di¨¢logo y la gesti¨®n diplom¨¢tica, los pa¨ªses de Centroam¨¦rica y del Caribe encontrar¨¢n aut¨®nomamente su propio proyecto nacional", dijo el presidente mexicano.

Los discursos de los presidentes de M¨¦xico y de Estados Unidos, pronunciados al t¨¦rmino de la entrevista realizada en La Paz, dej¨® en claro, que ambos usaron un lenguaje distinto.

El mexicano, dedic¨® la mayor parte de su discurso a la crisis por la que atraviesa Latinoam¨¦rica, y en particular la regi¨®n centroamericana. Pero tambi¨¦n resalt¨® la vocaci¨®n latinoamericana de su pa¨ªs.

El presidente mexicano manifest¨® su deseo de que los pueblos de la regi¨®n, "hermanos nuestros", lograran ser due?os de su voluntad y sus destinos. "Ello lo podr¨¢n hacer", agreg¨®, como una evidente respuesta a su colega norteamericano, "si todos respetamos los principios de la autodeterminaci¨®n de los pueblos y el principio de no intervenci¨®n. Este es el esp¨ªritu del grupo de Contadora".

Reagan, en contraste, no mencion¨® la gesti¨®n que ha venido realizando el grupo de Contadora. Prefiri¨® hablar sobre la ayuda que dio su Gobierno a M¨¦xico, "como se esperar¨ªa de- un amigo", durante la crisis econ¨®mica.

Como unaprueba de amistad, dijo que hab¨ªa aprobado, una extensi¨®n de cr¨¦dito para la compra de productos b¨¢sicos y que esperaba negociar la compra adicional de petr¨®leo, pero, para aumentar la reserva estrat¨¦gica de EE UU.