La humildad de quien sabe
Si algo hay de especialmente destacable, por la cualidad y lo novedoso, de las actuaciones que hasta el d¨ªa 20 Jos¨¦ Antonio Labordeta est¨¢ ofreciendo en la plaza del Re? de Barcelona, es, sin duda, la COME (Cooperativa Musical del Ebro), grupo que le acompa?a con una absoluta convicci¨®n, tanto en los temas del cantautor como en los propios y, especialmente, con una sorprendente sensibilidad en las cuerdas y la armon¨ªa, virtud -dentro de lo popular- reservada hasta ahora a grupos que dentro del g¨¦nero, dif¨ªcil de por s¨ª, han alcanzado un encomiable reconocimiento (Gwendal, Malicorne, etc¨¦tera).Con tal encabezamiento, pues, huelga a?adir elogios al apartado estrictamente musical de la presentaci¨®n del aragon¨¦s en la Ciudad Condal. Redundar en todo caso en el m¨¦rito de que no son tantos los que, prescindiendo de la propia vanidad, se rodean de unos m¨²sicos de talla incluso superior a sabiendas de que ello ejercer¨¢ de arrastre en direcci¨®n ascendente y no decadente.
Jos¨¦ Antonio Labordeta
Grec-83. Plaza del Rei, Barcelona, del 15 al 20 de agosto.
Hay en Labordeta, sin embargo y como en muchos de su generaci¨®n, un lastre terriblemente pesado que en ciertos momentos parece de consecuencias nefastas y, en otros, ni bueno ni malo sino simplemente una peculiaridad definitoria de su car¨¢cter. Es, por un lado, la inevitable referencia hist¨®rica (asumida p¨²blicamente por ¨¦l mismo cuando al presentar una de sus piezas dedicada a los que hicieron posible la normalidad de un concierto como el suyo dice que les conveniente avivar la memoria") y la por otro lado, f¨¦rrea rudeza del hombre que se ha curtido en la lucha y que ahora la traslada, por deformaci¨®n, incluso a los pasajes m¨¢s ¨ªntimos de su m¨²sica.
Labordeta es una aut¨¦ntica piedra resistiendo los embates del viento y esta imagen po¨¦tica deja, algunas veces, de serlo cuando la m¨²sica, impotente, juega el papel de viento.
La clave de Labor deta, creo, hay que buscarla en las ideas y los textos. En su papel como intelectual dentro de la m¨²sica y no como mero musico.
Tiene, pienso, una clara correlaci¨®n el hecho de que Labordeta sea maestro de escuela y al mismo tiempo haya apostado por la recuperaci¨®n cultural de su h¨ªstoria, no ya s¨®lo en el campo de la m¨²sica, sino realizando tambi¨¦n guiones para la televisi¨®n o, tal y como hemos se?alado al principio, utilizando su propio nombre para traerse. a Barcelona un grupo de tal capacidad actualizadora como es la Come.
La m¨¢s antigua definici¨®n de m¨²sica era la que calificaba a ¨¦sta como "el arte de producir belleza con la combinaci¨®n adecuada de sonidos y silencios". Posteriormente y a tenor de los hechos, tal definici¨®n fue sustituida por la de "el arte de ejercer influencia sobre el esp¨ªritu humano mediante una combinaci¨®n de sonidos y silencios".
Seguramente si a esta ¨²ltima definici¨®n le a?adi¨¦ramos una coletilla que dijera "y recuerdos" nos hallar¨ªamos ante la perfecta definici¨®n del trabajo de Labordeta.
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