En torno al Icona
En respuesta a la carta del se?or Esteve, del 14 del presente, que, a su vez, arremete contra mi Tribuna del 5 de agosto, me veo obligado, superando mi inicial perplejidad, a contestar sus iracundas afirmaciones. Ignoro, y tampoco me importa, si el citado corresponsal es funcionario de autopistas o de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico, ya que, tal como promete, no alude para nada al contenido real de mi art¨ªculo, sino que se complace en,establecer una deliciosa met¨¢fora -a la que me adhiero, por cierte- entre lo que supuestamente yo afirmo sobre los incendios forestales y un planteamiento pretendidamente similar aplicado al sector viario: sustituci¨®n de las mort¨ªferas autopistas por los antiguos caminos reales, y de los veloces utilitarios por carretas de bueyes. Ya m¨¢s centrado en la problem¨¢tica en litigio, resume mis ideas -m¨¢s bien las glosa- como un deseo por mi parte a un retorno a una id¨ªlica Espa?a pastoril, en la que se sustituyera la televisi¨®n por m¨²sica de dulzainas -nuevamente me adhiero entusiasmado- y los tractores por asnos; esta id¨ªlica patria estar¨ªa, conforme a los deseos que me atribuye mi mentor, cubierta por alcornoques (que sugiero podr¨ªan obtenerse en ciertos despachos de la Administraci¨®n o entre ciertos corresponsales de los medios de comunicaci¨®n).
Tambi¨¦n a?ade que mis afirmaciones son "gratuitas y dudosamente ¨ªnformadas", as¨ª como que vulnero "el m¨¢s elemental pr¨ªncipio de funcionamiento de la Administraci¨®n", que yo desde luego ignoraba y que, para mi sorpresa, no es la honestidad, la autocr¨ªtica o la eficacia inteligente, ni siquiera la buena voluntad, sino "la unidad de criterio de la misma" (?unidad de destino en lo universal?).
Finalmente, propone, como medidas concretas, la "inmediata instrucci¨®n de un expediente sancionador", precedido de "un buen tir¨®n de orejas de mi superior". Incluso, entra en lo posible que la disponibilidad del se?or Esteve alcance, rozando el voluntar¨ªsmo, a propinarme personalmente el castigo f¨ªsico que vehementemente recomienda.
Respecto a lo dem¨¢s, ?qu¨¦ quiere que le diga?; es obvio que yo hablaba de incendios y repoblaciones forestales, no de autopistas y chatarra. Lejos de mi intenci¨®n afirmar una voluntaria mala intenci¨®n por parte del Icona; lo ¨²nico que afirmo es que el citado organismo es permanentemente rutinario y fortuitamente da?ino, probablemente a imagen y semejanza del se?or Esteve, al que reconozco, sin embargo, un hermoso esfuerzo de imaginaci¨®n -?in¨¦dito, tal vez?- al redactar su cari?osa misiva.
En cuanto a mi informaci¨®n, es probable que no sea todo lo completa que yo desear¨ªa. Al fin y al cabo s¨®lo llevo 12 a?os ocup¨¢ndome del tema del art¨ªculo. /
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