Militares y pol¨ªtica en Am¨¦rica Latina
Los militares latinoamericanos han asumido un papel importante en la vida pol¨ªtica de sus pa¨ªses pr¨¢cticamente desde la independencia. Como consecuencia, a partir de la d¨¦cada de 1960, las relaciones entre pol¨ªtica y militares han sido uno de los temas que han motivado mayores estudios e investigaciones entre los acad¨¦micos de Estados Unidos y Am¨¦rica Latina. En Europa han destacado los traba os de especialistas franceses, alemanes y brit¨¢nicos; en Espa?a, por diversas razones -entre las cuales no hay que descartar la existencia de cerca de 40 a?os de un r¨¦gimen autoritanio- este tipo de investigaciones est¨¢ poco desarrollado.Es conveniente, en primer lugar, entender que no se da un mismo tipo de intervenci¨®n militar en todos los pa¨ªses latinoamericanos y que, por otra parte, fen¨®menos como la profesionalizaci¨®n de los ej¨¦rcitos han generado una din¨¢mica distinta.
La ¨¦poca de los caudillos
Las guerras de la independencia produjeron, en muchas regiones de Hispanoam¨¦rica, un derrumbamiento del aparato gubernamental y, en algunos casos, la aparici¨®n de pugnas raciales -como en Venezuela o M¨¦xico- que amagaron la existencia misma de la organizaci¨®n social existente.
Recordemos que el sistema colonial estaba estructurado en una clase latifundista criolla y un funcionariado espa?ol, ambos sectores de raza blanca. En la base de la sociedad se encontraban, esclavos de origen africano e ind¨ªgenas, en una categor¨ªa similar a los siervos del per¨ªodo feudal europeo. En medio de estos grupos se hallaba una extensa gama de mestizos, mulatos, indios y negros libres y blancos pobres.
La independencia, al romper los principios de legitimidad del sistema colonial, desemboc¨® en algunas regiones, en levantamientos sociales y raciales, contra las oligarqu¨ªas dominantes.
Al t¨¦rmino de las luchas independentistas, la Am¨¦rica hispana se desmembr¨® en numerosos pa¨ªses, carentes de mayor experiencia de gobierno, en medio de turbulencias sociales, desprovistos de un aparato administrativo que sirviera de v¨ªnculo unificador del Estado, y, para completar un cuadro ca¨®tico, sin fronteras definidas. Durante un largo per¨ªodo del siglo pasado, los intentos por establecer una semblanza de autoridad recayeron, bien en las antiguas oligarqu¨ªas criollas, bien en la personalidad de los caudillos, apoyados, estos ¨²ltimos, por grupos armados m¨¢s o menos disciplinados.
En Brasil, este proceso no se dio, a causa de las diferencias existentes en el proceso de su independencia. Como es sabido, la invasi¨®n napole¨®nica a la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica implic¨® que el monarca portugu¨¦s y su corte, se trasladaran a R¨ªo de Janeiro. Despu¨¦s de la derrota de Napole¨®n, el rey luso regreso a Lisboa, y dej¨® a su hijo como regente de Brasil. Posteriormente, el joven pr¨ªncipe. encabez¨® la independencia brasile?a y la asumi¨® como emperador. Hasta 1.889, existi¨® en Brasil una monarqu¨ªa. Como consecuencia, ese pa¨ªs logro conservar la unidad territorial, mantener y desarrollar el aparato administrativo heredado del pasado y, por ¨²ltimo, se libr¨® de la situaci¨®n de anarqu¨ªa que se dio en Hispanoam¨¦rica.
Entre los a?os 1879 y 1883 se produjo la guerra del Pac¨ªfico, en la cual Chile derrot¨® a Bolivia y Per¨², arrebat¨¢ndoles una extensa regi¨®n rica en nitratos y otros recursos minerales. Al mismo tiempo, los conflictos con Argentina, por la posesi¨®n de la Patagonia, hac¨ªan prever otro enfrentamiento armado de los chilenos. Para asegurar su poder¨ªo militar, Chile contrat¨® a una misi¨®n alemana que comenz¨® a operar en la d¨¦cada de 1880. Argentina, al poco tiempo, hizo lo mismo. Brasil y Per¨² obtuvieron la asistencia t¨¦cnica de oficiales franceses.
Profesionalizaci¨®n
Como consecuencia de la profesionalizaci¨®n de las fuerzas armadas suramericanas se originaron cambios importantes en la estructura del poder. En pa¨ªses con un aparato estatal relativamente d¨¦bil, con una organizaci¨®n social dominada por oligarqu¨ªas agrarias, con d¨¦biles clases medias y una masa popular pobre e ignorante; en pa¨ªses sin industria ni otras empresas econ¨®micas importante surgi¨® una estructura militar moderna, organizada d9 acuerdo a los c¨¢nones de los pa¨ªses industrializados de la Europa de fines del siglo XIX.
Fue surgiendo en Am¨¦rica del Sur, entre 1890 y 1920, una estructura, profesional disciplinada, con una mentalidad homog¨¦nea, con sentido de cuerpo y muy vinculada al mundo desarrollado. En muchos casos esta situaci¨®n fue generando, un progresivo desprecio por los pol¨ªticos civiles y una mentalidad de superioridad sobre los otros segmentos de la sociedad.
El establecimiento del servicio militar obligatorio llev¨® a los cuarteles a los sectores sociales m¨¢s bajos. La comprobaci¨®n del, grado de desnutrici¨®n e ignorancia de las masas campesinas provoc¨® sentimientos de reforma social entre los oficiales. Pensaban -y con raz¨®n- que de poblaciones analfabetas y mal alimentadas no pod¨ªan surgir buenos soldados. Por ello, la admiraci¨®n por la modernidad se combin¨® con la idea de la reforma social.
Resumiendo, entonces, tres son las caracter¨ªsticas que la profesionalizaci¨®n va a desarrollar entre los miembros de la oficialidad.
En primer lugar, se piensa que hay una estrecha relaci¨®n entre el grado de modernidad de un Estado y su capacidad militar. Y modernidad significa, para estos efectos, desarrollo econ¨®mico.
En segundo lugar, el proceso de modernizaci¨®n y el ejercicio del poder en el Estado deben de realizarse en una forma gradual y disciplinada, sin romper la cohesi¨®n social. Nada repugna m¨¢s a estos sectores castrenses que el desorden y el caos pol¨ªtico.
En tercer lugar, va surgiendo la idea, entre los cuerpos militares, de que los civiles son incapaces de modernizar Am¨¦rica Latina, ya sea debido a que defienden sus propios intereses y privilegios econ¨®micos, o porque son corruptos y demag¨®gicos, o, por ¨²ltimo, por carecer de bagaje intelectual necesario para comprender los problemas nacionales. En estas condiciones fue desarroll¨¢ndose un populismo militar, que te?¨ªa la sensaci¨®n de que las fuerzas armadas eran el grupo profesional m¨¢s cualificado para modernizar a las sociedades latinoamericanas.
Reformismo militar
Con posterioridad a la primera guerra mundial, surgieron las primeras manifestaciones de la mentalidad rese?ada.
Las crisis econ¨®micas que se fueron dando entre 1920 y 1930 fueron acompa?adas por el declinar de las oligarqu¨ªas latifundistas y por grandes conflictos sociales.
Como consecuencia, en Argentina y Chile los militares interrumpen el proceso constitucional que se hab¨ªa dado, por d¨¦cadas, bajo el predominio de las oligarqu¨ªas. En Argentina, los militares derrocaron, en la d¨¦cada de 1930, al presidente Irigoyen, inaugurando una etapa de intervenciones que ha durado, en forma intermitente, hasta nuestros d¨ªas.
En Chile, en la d¨¦cada de 1920, los oficiales j¨®venes presionaron por reformas sociales y finalmente el general Carlos Ib¨¢?ez del Campo estableci¨® una dictadura entre 1927 y 1931. En Brasil, el movimiento de los tenentes llev¨® a levantamientos que culminaron con la instauraci¨®n, en la d¨¦cada de 1930, del Estado Novo, bajo el liderato de Getulio Vargas. Con posterioridad a la segunda guerra mundial, la democracia se restableci¨® en Brasil, pero siempre estuvo bajo la amenaza de diversas intervenciones militares. Final- mente, en 1964, el presidente Joao
Goulart fue derrocado, instaur¨¢ndose una serie de Gobiernos militares que duran hasta ahora.
En Chile, la ca¨ªda de lb¨¢?ez llev¨® a una breve etapa de anarqu¨ªa, debido a la ausencia de jefes militares que tuvieran dotes de pol¨ªticos. En 1931-1932, hubo una gran inestabilidad, con varios Gobiernos ef¨ªmeros, y la situaci¨®n culmina en 1932 con la convocatoria a elecciones y el restablecimiento de la autoridad civil. Hasta 1969, la influencia militar fue pr¨¢cticamente inexistente en Chile y, como consecuencia, los gastos b¨¦licos y los salarios fueron considerablemente inferiores a los civiles de la Administraci¨®n. Esta situaci¨®n comienza a cambiar en 1969, debido a un intento de golpe militar que, pese a fracasar, obliga a los gobernantes a preocuparse por las demandas econ¨®micas y de material de los sectores castrenses.
A partir de 1973, con el ascenso al poder, los militares han pasado a convertirse en el sector dominante de la sociedad chilena. Es precisamente el recuerdo de las penurias profesionales, que soportaron durante 1932-1969 uno de los elementos que explican la resistencia de algunos de los sectores militares a un proceso de retorno al predominio civil en Chile.
Estrategia de democratizaci¨®n
Es importante conocer estos antecedentes para ir comprendiendo el comportamiento pol¨ªtico de los militares latinoamericanos. Es indudable que operan muchos otros factores en el complejo cuadro, continental y que no se puede ignorar la influencia del Pent¨¢gono.
La estrategia m¨¢s adecuada para lidiar con el fen¨®meno de la intervenci¨®n de los militares en pol¨ªtica radica en atacar las causas de fondo: la atomizaci¨®n de la sociedad suramericana, especialmente en un per¨ªodo de profundos cambios sociales. De ah¨ª la necesidad de reforzar a instituciones como los sindicatos y partidos pol¨ªticos. Y tambi¨¦n es necesario profundizar la profesionalizaci¨®n de la Administraci¨®n civil.
Europa puede jugar un papel de importancia en el adiestramiento de los l¨ªderes de organismos sociales y pol¨ªticos y de los funcionarios civiles del Estado. El profesionalismo militar del siglo pasado acarre¨® una hipertrofia de la influencia castrense. Para asegurar la existencia de sistemas pol¨ªticos estables es necesario desarrollar la institucionalizaci¨®n de los otros sectores de la sociedad. Es la ¨²nica v¨ªa hacia la democracia.
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