Demasiadas facilidades

La plaza de Colmenar tiene fama de ser una de las m¨¢s serias del entorno madrile?o. Su afici¨®n conoce perfectamente la verdad del toreo. Por desgracia,ya se ha dado um paso para acabar con su prestigio y fueron coautores del desatino un p¨²blico ferial y un presidente de moquero f¨¢cil ante el rugido de la masa. As¨ª se ha llevado El Soro las orejas, tras morir sus toros de pinchazo y bajonazo el primero y chalequera el segundo. El torero valenciano tampoco hizo m¨¦ritos para merecer trofeos. Sus lances fueron mantazos mirando al tendido y sus pares de banderillas, saltarines. Ignorante e histri¨®nico con la muleta solo impresion¨® a las impresionables pe?as.D¨¢maso Gonz¨¢lez y Tom¨¢s Campuzano salen a hacer lo que sab en con honradez. Y lo que saben es soltar pases sin mesura. D¨¢maso pas¨® al primero por derecha izquierda, aunque por el siniestro sufri¨® fatigas porque el toro le achuchaba. El cuarto qued¨® muy apagado y con la cara alta. Estos defectos fueron a¨²n acentuado por el torero, que llev¨® la muleta con la mano alta, como es base de su tauromaquia.

Campuzano hizo dos faenas id¨¦nticas entre s¨ª. Contagiado de la fiebre muletera de D¨¢maso ofreci¨® una sopor¨ªfera sesi¨®n de pases, alternada por la brillante y original idea del molinete. Pero all¨ª estaba el de Gerena dale que te pego, sin compasi¨®n para la parroquia, que palmoteaba con rutina. Puede decirse que no tore¨® en ning¨²n momento, pues ya duele la voz de repetir que torear no es dar pases.