El nuevo obispo de Vic, Josep Maria Guix, considera la ley de Educaci¨®n como un golpe bajo para los padres
La despedida que el pasado domingo tributaron todos los sacerdotes del Obispado de Vic al dimitido titular de la sede episcopal, doctor Ram¨®n Masnou Boixeda, inici¨® el proceso de transferencia de poderes en una di¨®cesis que tiene una historia de catorce siglos. La toma de posesi¨®n el pr¨®ximo domingo de monse?or Josep Maria Guix, hasta ahora obispo auxiliar de Barcelona, culminar¨¢ el cambio. Monse?or Guix explica su visi¨®n de los problemas actuales de la Iglesia catalana y espa?ola desde la casa de espiritualidad de El Brull, donde est¨¢ descansando estos d¨ªas.
A las cinco y media de la tarde del pr¨®ximo domingo, el alcalde de Vic, Ram¨®n Munta?¨¤, dar¨¢ la bienvenida al nuevo obispo, en nombre de la ciudad, en la mismas puertas de la catedral, a la que entrar¨¢ inmediatamente monse?or Guix para tomar posesi¨®n oficial de la sede episcopal. Al acto protocolario seguir¨¢ una celebraci¨®n lit¨²rgica presidida por monse?or Guix y concelebrada por todos los obispos y abades de la provincia eclesi¨¢stica de La Tarraconense, por la curia diocesana y por aquellos sacerdotes de la di¨®cesis que asistan al acto.Josep Maria Guix suceder¨¢ en esta ceremonia a monse?or Ram¨®n Masnou, nacido el 3 de septiembre de 1907 en Santa Eugenia de Berga, pueblecito cercano a Vic, que ha estado al frente del Obispado desde hace 31 a?os. En los primeros de su ministerio, Masnou fue de los primeros y pocos que en Catalu?a hac¨ªan sentir su voz reclamando el uso del catal¨¢n en la ense?anza religiosa y en las celebraciones lit¨²rgicas.
Monse?or Guix ha expuesto a EL PAIS su criterio sobre algunos temas de inter¨¦s general y otros relacionados con la nueva misi¨®n que le ha sido encargada.
Pregunta. ?C¨®mo definir¨ªa la situaci¨®n actual de la iglesia catalana?
Respuesta. Me resulta imposible sintentizar en pocas palabras lo que usted me pregunta. Sin embargo, me parece que la iglesia de Catalu?a en l¨ªneas generales vive actualmente una vida que, aunque muy problem¨¢tica, no es muy distinta de la del resto de Espa?a y varias di¨®cesis extranjeras.
P. Usted ha sido hasta ahora obispo auxiliar de Barcelona, eso quiere decir que compart¨ªa con el cardenal Junbany la sede episcopal. ?Qu¨¦ va a cambiar en su nueva dignidad?
R. Desde el punto de vista funcional, la diferencia entre ser obispo de una sede o ser obispo auxiliar radica en el grado de responsabilidad. El obispo auxiliar no tiene la ¨²ltima responsabilidad de la di¨®cesis y tiene que ajustar su forma de proceder a las l¨ªneas y criterios generales del obispo residencial al que auxilie.
P. La Conferencia Episcopal Espa?ola ya se ha pronunciado respecto a la ley org¨¢nica de Educaci¨®n (LODE). ?Qu¨¦ opina usted de esta ley? ?Comparte el criterio de que tiene aspectos negativos para el sistema educativo?
R. Lo que yo pienso de la LODE es lo mismo que ha manifestado la Conferencia Episcopal Espa?ola y lo mismo que ha hecho p¨²blico el Episcopado de Catalu?a en el comunicado conjunto que se dio a la prensa despu¨¦s de nuestra ¨²ltima reuni¨®n celebrada precisamente aqu¨ª, en El Brull, el pasado mes de julio. Estoy convencido de que la LODE es un golpe bajo a los padres y a la ense?anza no estatal
P. ?ltimamente se ha hablado de un ligero aumento de las vocaciones sacerdotales. ?Puede hablarse de un retorno de grandes cursos y grandes promociones de sacerdortes?
R. Es cierto que ha ascendido ligeramente el n¨²mero de vocaciones al sacerdocio. Incluso algunas -muy pocas- di¨®cesis espa?olas tienen el n¨²mero suficiente de seminaristas para cubrir sus necesidades pastorales a corto y a medio plazo. Pero estamos muy lejos de los grandes cursos y grandes promociones. Dudo que los hombres de mi edad volvamos a ver este fen¨®meno en las di¨®cesis de Catalu?a.
P. En su curr¨ªculo consta una dedicaci¨®n y un inter¨¦s especial en cuestiones de orden social. ?En qu¨¦ actuaciones va a reflejarse esta preocupaci¨®n suya?
R. Mi dedicaci¨®n al campo social ha sido m¨¢s en el plano te¨®rico que en el pr¨¢ctico; quiero decir qu¨¦ me he dedicado m¨¢s a la docencia a la investigaci¨®n y a la publicaci¨®n de art¨ªculos que no a dirigir movimientos o a llevar a cabo iniciatinas pr¨¢cticas en el campo social. Es posible y l¨®gico qu¨¦ esta formaci¨®n y dedicaci¨®n aflore de vez en cuando en mis escritos, homil¨ªas, conferencias, etc¨¦tera.
P. La di¨®cesis de Vic se ha caracterizado tradicionalmente por una fuerte catalanidad. Catalanidad que en algunos momentos ha sido muy significativa, y notoriamente progresista. ?Cu¨¢l es su posici¨®n al respecto?
R. Quiero servir a Catalu?a sirviendo a la Iglesia. Me gustar¨ªa hacerlo con la misma generosidad y acierto con que lo han hecho varios de mis antecesores. Pero, al mismo tiempo, mi deseo es mantener los horizontes abiertos al resto de Espa?a, a Europa, al mundo entero. Mis largos a?os de estancia fuera. de Catalu?a y mis viajes a otros pa¨ªses y continentes me empujan al di¨¢logo, a la comprensi¨®n, a la negociaci¨®n paciente para alcanzar objetivos. En principio, soy enemigo de las crispaciones, de los ataques, de la lucha cuerpo a cuerpo...
P. La Iglesia de Vic tiene una notable actividad cultural, cuya incidencia es importante. Sin embargo, algunos sectores la consideran poco abierta a las corrientes m¨¢s innovadoras de nuestro tiempo. ?Va a introducir usted alg¨²n cambio?
R. El cambio es bueno cuando implica una mejora. Ni la antig¨¹edad ni la novedad son criterios suficientes para juzgar la bondad o maldad de una cosa. Antes de proceder a innovaciones me es preciso conocer mejor la realidad de la di¨®cesis. Evidentemente, en su momento -y espero que ser¨¢ pronto- habr¨¢ cambios en los ¨®rganos del gobierno diocesano. Los mismos afectados me han pedido que les releve del cargo que ostentan con una honestidad y un sentido eclesial emocionantes y dignos del mejor aplauso.
P. ?Es usted partidario de una colaboraci¨®n estrecha con las autoridades y las instituciones civiles, incluso compartiendo algunos ¨®rganos de decisi¨®n, o aboga por el contrario por una separaci¨®n de funciones en todos los niveles?
R. En este punto el Concilio Vaticano II ha trazado la pauta a seguir. La comunidad pol¨ªtica y la iglesia son independientes y aut¨®nomas, cada una en su propio terreno. Ambas, sin embargo, aunque por diversos t¨ªtulos, est¨¢n. al servicio de la vocaci¨®n personal y social del hombre. Este servicio lo realizar¨¢n con tanta mayor eficacia, para bien de todos, cuanto m¨¢s sana y mejor sea la cooperaci¨®n entre ellas, habida cuenta del lugar y tiempo.
P. En cuestiones menos espirituales, como la catalanidad, la identidad nacional y, en general, en todo aquello relacionado con Catalu?a, ?cu¨¢les son las relaciones de los miembros de la Conferencia Episcopal Espa?ola con los representantes catalanes?
R. Las relaciones entre los miembros de la Conferencia Episcopal Espa?ola y los obispos catalanes son excelentes. Lo mismo hay que decir, a nivel institucional, entre la Conferencia Episcopal Espa?ola y lo que llamamos Conferencia Episcopal de Catalu?a, la cual forma y se siente parte integrante de aquella. Esto no impide que, en ciertas ocasiones o en determinados temas, surja la tensi¨®n y la dial¨¦ctica entre los puntos de vista e intereses de los obispos de La Tarraconense y. los de algunos organismos y comisiones episcopales de la espa?ola.
P. En el momento de tomar posesi¨®n de la sede episcopal de Vic, ?c¨®mo definir¨ªa usted esa comunidad: en sus dos vertientes, la de los creyentes y la de la sociedad en general que la compone?
R. Es una comunidad muy interesante. En el aspecto eclesial la di¨®cesis de Vic tiene solera. Su larga historia (es di¨®cesis desde principios del siglo VI), los numerosos actos de. los que ha sido cuna, los grandes obispos que han ocupado su sede, las figuras -especialmente eclesi¨¢sticas- que en el campo cultural han dado a conocer el nombre de Vic en todo el mundo... Desde otra perspectiva, las comarcas, ciudades y pueblos forman un todo bastante arm¨®nico y equilibrado. El total de kil¨®metros cuadrados y el n¨²mero de habitantes, la proporci¨®n campo-ciudad, as¨ª como agricultura-industria, el comercio, el ¨ªndice de inmigraci¨®n, el nivel cultural, la renta percapita, etc¨¦tera, son muy aceptables. Evidentemetne, tambi¨¦n tiene aspectos negativos como su contextura alargada, que mantiene alejados a los arciprestasgos de Igualada y Calaf de la capital de la di¨®cesis.
P. ?C¨®mo va a ser su vida en Vic? ?Es cierto que prefiere no residir en el palacio?
R. As¨ª es. Vivir¨¦ en un piso o apartamento que hay en el seminario y compartir¨¦, de manera habitual el almuerzo y la cena con los sacerdotes que residen en aquel centro.
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