La diplomacia espa?ola pas¨® del atlantismo activo con UCD a la oferta de mediaci¨®n socialista
La reuni¨®n de Madrid de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (CSCE) ha pasado, debido a su larga duraci¨®n, por tres Gobiernos espa?oles y un cambio pol¨ªtico hist¨®rico, que, sin embargo, no ha afectado a la continuidad de una pol¨ªtica exterior identificada con Occidente y basada en el objetivo prioritario de restablecer el clima de distensi¨®n en Europa. Dos embajadores estuvieron al frente de la delegaci¨®n espa?ola, Javier Rup¨¦rez y Juan Luis Pan de Soraluce.
JUAN ROLD?N, Madrid
RIDRUEJO,
En el acto inaugural de la reuni¨®n de Madrid, en noviembre de 1980, el entonces presidente del Gobierno espa?ol, Adolfo Su¨¢rez, expres¨® la necesidad de "definir un concepto global de la distensi¨®n", recordaba tambi¨¦n que la CSCE la integran 35 pa¨ªses, con los mismos derechos y obligaciones. "No puede haber distensi¨®n sin seguridad y sin salvaguardia de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, pero la seguridad no debe dejarse, sobre todo en los problemas regionales, a la exclusiva responsabilidad de las superpotencias", afirmaba Su¨¢rez.El 8 de febrero de este a?o, 26 meses despu¨¦s de la apertura y despu¨¦s de haber atravesado por una etapa de tensi¨®n con los casos de Afganist¨¢n y Polonia, el primer discurso ante la conferencia del nuevo Gobierno socialista espa?ol, a cargo del ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Mor¨¢n, volv¨ªa a repetir que "el restablecimiento del clima de distensi¨®n es para el Gobierno espa?ol a la vez uno de los principales objetivos de pol¨ªtica exterior en s¨ª mismo y una condici¨®n insustituible para que puedan desarrollarse las dem¨¢s aspiraciones de nuestro proyecto de acci¨®n exterior".
El ¨²nico elemento nuevo introducido en el status espa?ol durante la reuni¨®n de Madrid fue la integraci¨®n en la OTAN, a mediados de 1982, por el Gobierno de Calvo Sotelo y la posterior congelaci¨®n del proceso de adhesi¨®n por el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez. En ambas etapas, la de UCD y la del PSOE, la actividad desarrollada por la delegaci¨®n espa?ola no represent¨®, en el fondo, un cambio de alineamiento con el bloque occidental, aunque en la forma s¨ª hubo algunas diferencias m¨ªnimas de comportamiento y de lenguaje.
La llegada de Fernando Mor¨¢n a Asuntos Exteriores supone al principio un corto per¨ªodo de incertidumbre, sobre todo por la ambig¨¹edad empleada en sus palabras al decir que "la tentaci¨®n de neutralismo s¨®lo se aleja cuando la tensi¨®n entre los dos bloques se reduce y cuando el espacio vital se ensancha". Otra frase del ministro Mor¨¢n que caus¨® extra?eza en su momento fue la de que "es para nosotros una evidencia que la verdadera paz y seguridad en nuestro continente no puede basarse s¨®lo en alianzas defensivas", pero que si se compara con las pronunciadas por Adolfo Su¨¢rez dos a?os antes representa la misma idea.
Un per¨ªodo de incertidumbre
El cambio formal introducido por los socialistas al hacerse cargo del Gobierno se produce en el intento de definir con m¨¢s precisi¨®n el papel de anfitri¨®n que correspond¨ªa a Espa?a y que Mor¨¢n llev¨®, en un golpe de intuici¨®n, que fue criticado en un principio y que luego result¨® ser un factor casi decisivo para llegar al acuerdo del 15 de julio, hasta sus ¨²ltimas consecuencias al ofrecerse como mediador "si para ello fu¨¦semos requeridos".El embajador Javier Rup¨¦rez, diplom¨¢tico y diputado de UCD, desarroll¨® durante los dos primeros a?os, con un equipo de buenos expertos civiles y militares, una clara pol¨ªtica de alineamiento con el bloque OTAN, en el que se integr¨® desde los primeros momentos, aunque el Gobierno Su¨¢rez todav¨ªa no hab¨ªa decidido la integraci¨®n espa?ola en la Alianza Atl¨¢ntica. Durante su estancia, Espa?a present¨® cuatro documentos importantes que fueron luego recogidos en el texto final -terrorismo, emigraci¨®n, libertad de informaci¨®n y transporte mediterr¨¢neo- y qued¨® pr¨¢cticamente negociado el documento marco que estaba listo a finales de 1981, pero que la crisis polaca y la inflexibilidad norteamericana y sovi¨¦tica retrasaron hasta el 15 de julio de 1983.
Poco antes de las elecciones legislativas espa?olas del 28 de octubre de 1982, Rup¨¦rez abandona la CSCE para ocupar el puesto de primer embajador de Espa?a en la OTAN. En una dif¨ªcil transici¨®n hasta diciembre y posteriormente confirmado por el Gobierno entrante, es nombrado para la conferencia el embajador en Viena, Juan Luis Pan de Soraluce, veterano diplom¨¢tico y negociador de anteriores per¨ªodos de la CSCE, en Helsinki y Belgrado.
Pan de Soraluce, hombre independiente pol¨ªticamente, pero que coincide mayoritariamente con los planteamientos del PSOE en pol¨ªtica exterior, incluido el de la OTAN, decide, previa consulta con el anterior ministro, P¨¦rez Llorca, "no copatrocinar" las resoluciones que se adopten en el grupo de los 16 pa¨ªses de la Alianza hasta que el nuevo Gobierno socialista aclare su postura. Sin embargo, y dado que el texto final estaba pr¨¢cticamente negociado, esa decisi¨®n no lleg¨® a hacerse efectiva y Espa?a no s¨®lo sigui¨® funcionando de acuerdo con el resto del grupo, sino que empez¨® a tomar un papel m¨¢s activo.
La actividad se centr¨® principalmente en romper el punto muerto en que se encontraba la conferencia en marzo de este a?o, debido a las 14 enmiendas occidentales al proyecto de documento final, inaceptables para el Este. La oferta de mediaci¨®n de Mor¨¢n, h¨¢bilmente utilizada por Pan de Soraluce, con la ayuda del grupo de pa¨ªses neutrales y en especial de Suiza, dio finalmente su fruto en lo que se conoci¨® como las propuestas de Felipe Gonz¨¢lez, que al ser aceptadas por todos los pa¨ªses hicieron posible el consenso del 15 de julio pasado. La oposici¨®n de Malta no estaba relacionada con los temas en disputa -contactos humanos, libertad sindical e interferencia en la radiodifusi¨®n-, sino con la no inclusi¨®n de la convocatoria de una reuni¨®n sobre la seguridad en el Mediterr¨¢neo.
El impulso para esa participaci¨®n m¨¢s activa de Espa?a en la CSCE parte de Felipe Gonz¨¢lez, que re¨²ne en un almuerzo en la Moncloa, a primeros de a?o, a Mor¨¢n y a los embajadores espa?oles en Washington, Mosc¨², Ginebra y la CSCE. Durante los meses de marzo y abril diversas reuniones en el Club de La Moraleja de los 16 delegados de la OTAN sirven para concretar la iniciativa espa?ola que pondr¨ªa fin al bloqueo de la reuni¨®n de Madrid.
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