La afici¨®n que se fue
Plaza de Las Ventas. 9 de setiembre.Tres novillos de Garcibravo, flojos; cuarto, de Cortijoliva, bronco; segundo, sobrero de Francisco Rubio, de gran trap¨ªo, y sexto, tambi¨¦n sobrero, de Vasconcellos, manso, manejable.
Aguilar Granada. Pinchazo y estocada desprendida (silencio). Dos pinchazos, bajonazo y cuatro descabellos (silencio). Ferm¨ªn Vioque. Dos pinchazos y estocada (vuelta). Pinchazo y media (protestas cuando saluda por su cuenta). Manolo Tirado. Tres pinchazos y estocada perpendicular ca¨ªda (silencio). Bajonazo (palmas).
Las cuadrillas guardaron un minuto de silencio al terminar el pase¨ªllo, en memoria de Francisco Valderrama, decano de los aficionados taurinos, fallecido el pasado mi¨¦rcoles. Era recuerdo y homenaje al entra?able Paco Valderrama, pero tambi¨¦n a toda la afici¨®n que se fue, por el mismo camino -el de no retorno.Menos aficionados puros tienen ahora en el tendido los toreros para juzgarles; menos conocedores de la lidia y sus entresijos; menos coet¨¢neos de Joselito y Belmonte, que sentaban c¨¢tedra ante el pasmo de sus vecinos de localidad y presum¨ªan de aquel quite o aquel par que s¨®lo ellos hab¨ªan tenido la fortuna de ver -o acaso so?ar. Cuando menos se piense empezaremos a abrir marcha los de la ¨¦poca de Manolete ... ; en fin.
JOAQU?N VIDAL
G.,
Los Gracibravo tuvieron que ser remendados, uno en el reconocimiento, dos en el transcurso del festejo, pues estaban an¨¦micos. Italianos que en masa hab¨ªan acudido a Las Ventas dec¨ªan que estaban muertos: ?Toro morto, eh!, voceaban, y agitaban los brazos en molinillo, como si se tratara de aficionados del tendido 7, que por cierto ayer no estaban. Se les puso falta, s¨¦panlo.
Aparte la anemia o la invalidez perniciosa de estos Garcibravo, hubo entre los que llegaron a lidiarse uno codicioso y noble, id¨®neo para exhibir muestras selectas de toreo g¨¹eno, y le correspondi¨® a Ferm¨ªn Vioque, que es coletudo alegre y bullidor. Poco m¨¢s es, lo cual qued¨® en evidencia ante las boyantes embestidas. Dio muchas largas cambiadas de rodillas, hizo alardes de valor, banderille¨® veloz, menudeaba desplantes, sonre¨ªa a la galer¨ªa de italianos, y todo ello se le agradeci¨®, pero el p¨²blico apetec¨ªa m¨¢s inspirada interpretaci¨®n del arte de C¨²chares.
Su primer novillo fue un sobrero grande, cornal¨®n y astifino, con trap¨ªo de toro verdadero. Sale uno as¨ª en la pasada feria de San Sebasti¨¢n de los Reyes -dicho sea a t¨ªtulo de ejemplo, sin ¨¢nimo de molestar- y todas las figuras que hubo en aquella plaza echan a correr.
El pavo, que tambi¨¦n embest¨ªa, aunque acost¨¢ndose por el pit¨®n izquierdo, volte¨® de forma escalofriante a Vioque, el cual result¨® maltrecho, ensangrentado, rotas las medias. No le arredr¨® la paliza sino que volvi¨® a la cara del toro, le di¨® un molinete, redondos, manoletinas. Ya dec¨ªamos: es torero lleno de excelentes prop¨®sitos y valor.
Encabezaba la terna Aguilar Granada, que gust¨® mucho la tarde de su presentaci¨®n en Madrid, hace ya cuatro a?os, y no ha vuelto a repetir las buenas maneras que exhibi¨® entonces. Tampoco ayer, con un novillo de media arrancada, al que intent¨® pases, y un Cortijoliva bronco, en el que se inhibi¨® de la lidia y ali?¨®. Como de inc¨®gnito pas¨® Aguilar por Las Ventas. No parece adecuado proceder para quien pretende llegar a figura del toreo.
Manolo Tirado, tercer espada, no se acopl¨® con un Garcibravo de corta embestida y cuaj¨® algunos muletazos meritorios al segundo sobrero, cuajado, guapo, con edad de toro, que si manso en los primeros tercios, lleg¨® noble al ¨²ltimo.
Faltaba la afici¨®n; una porque se hab¨ªa ido al cine, la mejor porque ya se encuentra en el m¨¢s all¨¢, donde quiera que sea ese m¨¢s all¨¢. Si es el cielo, en el cielo, pues d¨®nde van a estar, si no, gentes tan buenas. Iniciaron la marcha hace d¨¦cadas El Ronquillo y el coronel Echalecu; despu¨¦s fueron ?ngel L¨®pez y Tom¨¢s Mart¨ªn; m¨¢s tarde el popular¨ªsimo Juanito Parra, y ahora es Paco Valderrama el que nos deja.
La mayor¨ªa crearon y consolidaron el "esp¨ªritu de la andanada", con tanto amor, que seguramente les acompa?a en la eternidad. Quiz¨¢ ahora mismo siguen todos ellos juntos, d¨¢ndole palmas de tango a un arc¨¢ngel que mete el pico. Est¨¢ arreglado san Pedro, como se le ocurra dar un paso en falso. "¨ªSan Pedro dimisi¨®n!", le gritar¨¢n cuantas veces haga falta; menudos son.
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