Hero¨ªsmos olvidados

El art¨ªculo Hero¨ªsmos olvidados, de Francisco Vega, publicado el 30 de agosto, aborda un tema que dar¨ªa para mucho m¨¢s que una carta. No me detengo, por tanto, en la id¨ªlica visi¨®n de una Espa?a en la que todos nos esforzamos por comprendernos, amarnos y superar, por medio del di¨¢logo, viejos prejuicios y enfrentamientos seculares. Es muy humano confundir los deseos, nobles deseos en este caso, con la cruda realidad, y esa realidad puede verse simbolizada en el Museo del Ej¨¦rcito, que yo definir¨ªa como una especie de museo de los horrores, reformado tras la guerra civil a la mayor gloria de los vencedores.Renuncio a exponer lo que, a mi modesto entender, deber¨ªa ser y para qu¨¦ deber¨ªa servir un museo semejante; no, desde luego, para mostrar a nuestros chavales las grandezas de la guerra, colonial, civil, cruzada de liberaci¨®n..., en lugar de educarlos para la paz. Llevando adelante la idea del se?or Vega de suplir las carencias del museo complementando la exposici¨®n de reliquias de los vencedores, hoy exclusiva, con las de los vencidos, sin cambiar el enfoque agresivo y apolog¨¦tico, se explicar¨ªa la historia aproximadamente as¨ª: "El general Tal mataba bien, pero el general Cual, del bando contrario, no le andaba a la zaga".

Pese a las discrepancias expuestas, gracias al se?or Vega por haber levantado la liebre de esa verg¨¹enza nacional que representa el Museo del Ej¨¦rcito. Un dato final: a la entrada ondea, a cinco a?os largos de la Constituci¨®n, la ense?a franquista, con su yugo, sus flechas y dem¨¢s invictos s¨ªmbolos. ?Puede sorprender a alguien que militares dem¨®cratas, como el capit¨¢n Pitarch, sean coartados en su libertad de expresi¨®n, sufran arrestos y sanciones nada m¨¢s que por eso, por ser dem¨®cratas practicantes? /