El vicepresidente de EE UU afronta hoy en Argel los temas candentes de Africa
El vicepresidente de Estados Unidos, George Bush, llega hoy a Argel, en el marco de una gira por los pa¨ªses magreb¨ªes, centrada en el reforzamiento de las relaciones tradicionales de Washington con Rabat, cuya visita concluy¨® ayer, y T¨²nez, y la b¨²squeda de un consenso sobre los temas candentes de Africa, incluido el S¨¢hara, con la Argelia no alineada.
MANUEL OSTOS, Argel
ELORRIAGA,
Pocos d¨ªas despu¨¦s de la visita a Argel del jefe del Gobierno franc¨¦s, Pierre Mauroy, llega el vicepresidente norteamericano con un mismo objetivo parcial: lograr que Argel ponga su peso pol¨ªtico en la balanza de Chad y de L¨ªbano para descrispar ambas crisis. Con respecto al conflicto de Chad, Argelia dif¨ªcilmente podr¨¢ compartir los puntos de vista de Washington, que mantiene la tesis de una amenaza permanente libia y apoya al actual presidente de Chad.Con relaci¨®n al conflicto de L¨ªbano, Estados Unidos acepta la idea de una reactivaci¨®n de la diplomacia argelina en esa zona a partir de las relaciones que mantiene este pa¨ªs con la Siria de Hafez el Assad y con el dirigente socialista liban¨¦s Walid Jumblatt. Aunque geogr¨¢ficamente Argelia se haya harto de esa conflictiva regi¨®n, podr¨ªa jugar un papel de moderaci¨®n, en el que se incluye la defensa de los intereses de las fuerzas que acaudilla Walid Jumblatt.Pero en ambos casos la decisi¨®n hipot¨¦tica de Argelia de recoger los balones-sonda lanzados por el primer ministro franc¨¦s, Pierre Mauroy, y el que se propone lanzar Georges Bush tropieza con la voluntad del r¨¦gimen argelino de obtener el reconocimiento de la legitimidad de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) y los derechos del pueblo palestino.Por esa raz¨®n, al optimismo que esgrimen los medios diplom¨¢ticos norteamericanos en Argel hay que enfrentar la cautela y un relativo desencanto de los medios argelinos sobre la visita de Bush. Su viaje, seg¨²n la expresion de los argelinos, puede facilitar el relanzamiento de la cooperaci¨®n bilateral, pero dif¨ªcilmente desembocar¨¢ en una f¨®rmula de consenso sobre la crisis libanesa, dado el vac¨ªo existente entre las posiciones de la casi totalidad del mundo ¨¢rabe y las de la Administraci¨®n Reagan.
Para Argelia, la presencia de Bush y el deseo de ¨¦ste de hacer de su escala en Argel la m¨¢s significativa de su periplo no va m¨¢s all¨¢ del contexto de una diplomacia cargada de elegancia, pero vac¨ªa de buenas intenciones. Todav¨ªa es prematuro, seg¨²n los argelinos, considerar que con Reagan se podr¨ªa llegar a corto plazo al nivel que hab¨ªan alcanzado las relaciones americano-argelinas en la ¨¦poca de la soluci¨®n de la crisis de los rehenes norteamericanos de Teher¨¢n, en, la que Argelia jug¨® un papel determinante.
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