Joan Ferrat¨¦, cr¨ªtico, traductor, poeta, lector en definitiva
El escritor ha regresado por unos d¨ªas a Barcelona
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Joan Ferrat¨¦ vive en Edmonton (Canad¨¢) desde 1962. All¨ª imparte cursos de literaturas comparadas en la universidad. Durante unos a?os comparti¨® su trabajo universitario canadiense con largas estancias en Barcelona, donde ejerc¨ªa tareas de direcci¨®n editorial en Seix y Barral. En los ¨²ltimos tiempos, despu¨¦s de abandonar la editorial, el cr¨ªtico ha ido espaciando m¨¢s sus retornos, hasta alcanzar ese hueco de cuatro a?os de ausencia, como un s¨ªmbolo de algo que est¨¢ quebrado en este pa¨ªs y que dispersa y desune a las gentes.En estos cuatro a?os, sin embargo, Ferrat¨¦ ha seguido en contacto con sus amigos de siempre, y esos amigos se han ido tambi¨¦n perfilando m¨¢s en sus ideas, en su obra literaria y en su presencia en la escena p¨²blica de la literatura. En un pa¨ªs donde casi todas las tradiciones han hecho quiebra, donde no hay magisterios ni influencias un¨¢nimes, Ferrat¨¦ ha conseguido, sin docencia universitaria ni otra tribuna fuera de sus libros y sus charlas personales, que en un amplio sector del mundo literario se le reconozca casi como reconstructor de la tradici¨®n y nuevo e informal maestro.
La lengua castellana
Poetas de la talla de Pere Gimferrer, Narc¨ªs Comadira, Salvador Oliva y F¨¦lix de Az¨²a, cr¨ªticos como Dolors Oller, editores como Jaume ValIcorba, y no digamos ya los amigos de su generaci¨®n -y seguramente muchos de los enemigos- reconocen en ¨¦l a la voz m¨¢s autorizada de la cr¨ªtica literaria catalana y una de las mejores de las letras hisp¨¢nicas. Bajo su voz, adem¨¢s, los j¨®venes escritores no se diferencian por distingos ling¨¹¨ªsticos. La cultura es una, cuando es buena, por encima de lenguas. Por eso, por vez primera en muchos a?os, escritores barceloneses en catal¨¢n y en castellano sintonizan. El o¨ªdo atento a la voz de Ferrat¨¦ es uno de sus puntos en com¨²n.
Ferrat¨¦ es de los que no entra en guerras de lenguas. El castellano es tambi¨¦n su lengua, a pesar de que gran parte de su obra es catalana. Y cuando ha escrito en castellano lo ha hecho de temas catalanes con la misma tranquilidad y con la ausencia de explicaciones con que habr¨ªa escrito sobre cualquier tema. Su etapa de t¨¦cnico de educaci¨®n en Cuba le sirvi¨® para llegar a sentir el castellano como lengua propia. "Fue una experiencia extraordinaria que me permiti¨® penetrar en la lengua viva, que es la lengua del pueblo. El castellano que se habla en Espa?a tiene mucho menos inter¨¦s". En cuestiones ling¨¹¨ªsticas Ferrat¨¦ consigue hacer perder los nervios a mucha gente del medio literario. A sus propios amigos de los Quaderns Crema les recomend¨® la admisi¨®n de art¨ªculos en castellano en la revista, ante el esc¨¢ndalo de propios y extra?os.
Estos d¨ªas de estancia barcelonesa Ferrat¨¦ los ha aprovechado para resolver cuestiones dom¨¦sticas y ver unos pocos amigos. Ni una sola aparici¨®n, acto, o conferencia p¨²blica. Su voz se oy¨®, desde las sillas de los alumnos, en un seminario sobre poes¨ªa en Sitges, en el que hablaban poetas que ¨¦l casi dobla en edad. Su humildad y su talante de enamorado radical y estricto de la literatura le permitieron intervenir desde abajo y no prepararse ning¨²n parip¨¦ de gran mandar¨ªn.
Ferrat¨¦ asegura que jam¨¢s ha mandado sus libros a personas desconocidas. El lector, el buen lector, no el erudito sofisticado y cr¨ªptico, es para ¨¦l el centro de la literatura. Por eso manda sus libros a quienes sabe buenos lectores entre sus amigos y no entra en la promoci¨®n comercial. Id¨¦ntico comportamiento observa en su actividad acad¨¦mica. "Jam¨¢s voy a congresos, que s¨®lo interesan a quienes desean hacer pol¨ªtica, ni me interesa escribir en revistas de cient¨ªficos para cient¨ªficos. A m¨ª me interesa la buena gente capaz de gozar con una buena pieza literaria, no quienes est¨¢n dispuestos a utilizar la literatura para su ambici¨®n de poder". Ferrat¨¦ jam¨¢s ha hecho tampoco una oposici¨®n y naturalmente no piensa hacerla "No es extra?o que yo no tenga sitio en la universidad espa?ola porque nunca he callado ni he reprimido mis ideas".
Pluma y garra
La pluma de Ferrat¨¦ no hace cosquillas. Parece la garra de un ave rapaz, aunque es la expresi¨®n sencilla y clara de una ¨¦tica literaria inflexible. Corresponde a la voz de un hombre que dice: "La literatura es una de las pocas cosas de este mundo que me han compensado y me compensan incluso de los infortunios personales". A ella, como objeto, y a ella como actividad, dedica Ferrat¨¦ todas sus fuerzas. Por eso su escritura sirve para decir lo que piensa, no para pensar lo que dice. Por eso su expresi¨®n produce desgarraduras.
En cualquier g¨¦nero, Ferrat¨¦ hace gala de una admirable tranquilidad en la manifestaci¨®n de su pensamiento. Su Ep¨ªlogo a la ¨²ltima edici¨®n de Din¨¢mica de la poes¨ªa (Seix y Barral), que recoge su obra ensay¨ªstica en castellano, es buena muestra de ello. En ¨¦l arremete contra la pr¨¢ctica totalidad de la cultura oficial catalana y espec¨ªficamente contra los grandes patronos. "Escric per fotre a la meitat del personal" (escribo para joder a la mitad del personal), dice con una sonrisa ancha.
Cuando realiza observaciones sobre la situaci¨®n de Catalu?a y de Espa?a, no es en cambio plesimista. "No est¨¢ mal como est¨¢ el pa¨ªs Aqu¨ª hay una cultura importante, en forma de usos y costumbres. La buena gente sabe c¨®mo vivir y c¨®mo vivir lo mejor posible. El ¨²nico problema es que estamos en un pa¨ªs terriblemente analfabeto. Los catalanes somos tan analfabetos como el resto de los espa?oles. Y por eso el nivel de la producci¨®n literaria es bajo, muy malo. Por fortuna, la lengua tiene una resistencia maravillosa e incre¨ªbIe". Lo piensa y adem¨¢s lo dice. Hace unos a?os asegur¨® a un editor que la literatura catalana estaba muerta. "Pero no te preocupes, porque seguir¨¢s publicando versos". Versos malos, sin embargo. El propio Ferrat¨¦, como otros de sus amigos, escriben poes¨ªa casi para demostrar a los poetas como hay que fabricar ritmos, tarea en la que cree que los vates del lugar son tan analfabetos como sus conciudadanos.
Su hermano, Gabriel
Algunos de sus tics, como sus erres -egues-, su persistencia en llamar las cosas por su nombre y la fijeza de sus ojos en mirarlo todo -todo, todo, incluso aquello que cuesta m¨¢s mirar- evocan tremendamente a su hermano Gabriel, cuyo recuerdo y obra cuida y cultiva sin reverencialismos y con naturalidad. "Mi hermano deb¨ªa sustituir a Carles Riba en su papel de patum -pope ser¨ªa una posible equivalencia para esa intraducible expresi¨®n- pero ni su car¨¢cter ni su iconoclastia se lo permitieron. ?l era la persona m¨¢s preparada para seguir ejerciendo un magisterio que es imprescindible para que la tradici¨®n no se rompa".
Ese hilo quebradizo de la tradici¨®n literaria y cultural, sucio y manoseado por el oficialismo, por la superprotecci¨®n del postfranquismo, tiene ahora una de sus mejores garant¨ªas en Joan Ferrat¨¦, que contin¨²a el papel jugado por su hermano. Entre las cosas que quedan por publicar de Gabriel hay a¨²n un conjunto de informes de lectura realizados por encargo suyo, en su etapa de director literario. Escritos para no ser publicados, ten¨ªan como destinatario ¨²nico a su hermano peque?o y un ¨²nico objetivo: rechazar o recomendar una obra. Son, seg¨²n explica, una joya de humor, sabidur¨ªa y mala leche literarias.
Ahora tiene en la cabeza una lectura de la obra de Ausi¨¤s March. "Lo tengo todo dentro en mi cabeza, pero a¨²n no he empezado a escribir". Su lectura de Ausi¨¤s March, como la que hizo con The Waste Land de T.S.Eliot, significa una comprensi¨®n total y exhaustiva de todos los aspectos presentes en la obra, y es consecuencia de su trabajo como editor. El texto de March fue establecido en su totalidad, hasta la ¨²ltima coma, por Ferrat¨¦. Edici¨®n de los cl¨¢sicos, traducci¨®n, cr¨ªtica y escritura po¨¦tica son, sin embargo, proyecciones y desarrollos de una actividad ¨²nica y sencilla, que le identifica con "las buenas gente? a quienes admira. Su vocaci¨®n, como aclara en Ep¨ªlogo ya citado, es simplemente la de lector.
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