V¨¢zquez Montalb¨¢n
Lo dijo Graci¨¢n a su manera amanerada: "Milicia contra la malicia y malicia contra la milicia". La pol¨ªtica necesita de los escritores porque siempre ejercitan milicia, o sea cr¨ªtica, contra la malicia, y viven de la malicia contra la milicia. Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, tan completo y nutritivo escritor, lo ha dicho mejor y antes que cualquier pol¨ªtico que s¨®lo sea pol¨ªtico: "La concepci¨®n nacional de Jordi Pujol implica una visi¨®n clasista y se horroriza ante la posibilidad de que las clases populares, emigrantes y aut¨®ctonas, puedan tener objetivos hist¨®ricos comunes y propios". El tema, como dir¨ªa el se?or Roca -?conocen?- va de que los intelectuales catalanes han denunciado un retroceso en la integraci¨®n ling¨¹¨ªstica de los emigrantes. La cosa hay que hacerla extensiva, inmediatamente, al resto de las autonom¨ªas. Si van a ser autonom¨ªas burguesas, clasistas, resulta ir¨®nico que las financie y propicie un Gobierno central socialista. Si van a ser una versi¨®n adecentada del viejo caciquismo de majada y panllaver, m¨¢s vale dejarlo, oyes. Manolo V¨¢zquez afirm¨® asimismo: "Un dirigente socialista ha criticado que quieran hacer de Catalunya una Pujolandia. Estoy de acuerdo. Pero me preocupa tambi¨¦n la disyuntiva entre una Pujolandia estrecha y excluyente y un Felipelandia". De sant¨ªsima madre, t¨ªo. Me parece, desde aqu¨ª desde Madrid, que no hay mayor peligro de Felipelandia, y, en cuanto a la Pujolandia, en eso puede irse covirtiendo Catalunya, y no precisamente por voluntad de Pujol, sino de qu¨ªenes desean hacer de los Pa¨ªses Catalanes uan cosa entre convencional y provenzal.V¨¢zquez Montalb¨¢n, que no quiere ser el Mistral de esa Provenza diseneyana, llena de mu?equitos felices, no ha podido decirlo mejor. L¨¢stima que ya no se pueda escribir "intelectual engag¨¦" sin que d¨¦ un poco de risa. Si no, ManoloV¨¢zquez ser¨ªa el modelo, el piso/piloto del intelectual engag¨¦. Me ha emocionado la informaci¨®n sobre ¨¦l que da este matutino/ manchego. Pero urge extrapolar esa Pujolandia al resto de las autonom¨ªas. Los Gobiernos de Madrid se lo han hecho mal -caf¨¦ para todos, tabla de quesos, todo eso-, pero los Gobiernos auton¨®micos no pueden responder con un caciquismo de la CEDA, puesto un poco m¨¢s a la izquierda, entre lo agrario y Walt Disney, que est¨¢ hibernando en una archivadora de cad¨¢veres, en USA, esperando la resurrecci¨®n de la carne, como hibernados est¨¢n nuestros m¨²ltiples pujoles cartogr¨¢ficos, involuntariamente, mientras no demuestren que van a hacer de su autonom¨ªa -tan deseada y deseable- algo m¨¢s que una taifa provinciana, aprovechona y peque?onacionalista. Catalunya, m¨¢xima autonom¨ªa natural de Espa?a, ha sido denunciada en su peligro por V¨¢zquez Montalban. Hace falta en cada foralidad un V¨¢zquez Montalb¨¢n que denuncie el peligro entre Walt Disney y Alejandro Lerroux, que son los dos indeseables polos de la elipse auton¨®mica. Me parece. Por encima de todo, Espa?a se ha pronunciado socialista -o psocialista, si as¨ª lo quer¨¦is-, y este reformismo, que est¨¢ entre el arbitrismo de Cellorigo o Mac¨ªas Picavea o Lucas Mallada, y el eticismo de Giner de los R¨ªos/ Krause (no Ie¨ªdo), es una revoluci¨®n municipal, una Ilustraci¨®n ped¨¢nea, como reiteradamente tengo dicho, que no debe malograrse, entre otras cosas, porque no tenemos otra cosa.
Ayer he viajado, de la mano de Jos¨¦ Luis G¨®mez (hubiera preferido, ay, la mano de Jeannine), "al coraz¨®n del teatro", en el Espa?ol, con Hamlet discurseando por las escaleras y Garc¨ªa-Lorca dici¨¦ndole a la Ondina de Giradoux aquello de "qu¨¦ seraf¨ªn de llamas busco y soy". Madrid, desde que ha decidido eucaristizarse en autonom¨ªas, ha cogido, ir¨®nicamente, una marcha como nunca tuvo. No hagamos tampoco ahora, seg¨²n la advertencia de Montalb¨¢n, una Madrilandia.
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