Emigrantes frente a inquilinos

Muchos espa?oles han tenido que emigrar y, esperanzados en regresar alg¨²n d¨ªa, han invertido el fruto de su trabajo de a?os en el extranjero en la compra de una vivienda, la cual pudo haber sido alquilada.En tal caso, el retorno del emigrante queda ampliamente condicionado por la buena voluntad del inquilino. Pero inquilinos que deseosos de aprovechar al m¨¢ximo sus derechos llegan, en situaciones extremas, a proponer la compra de la vivienda a precios irrisorios piden sumas exageradas como indemnizaci¨®n o notifican que permancer¨¢n el m¨¢ximo tiempo posible en la vivienda (hasta casi dos a?os y medio seg¨²n la legislaci¨®n en vigor).

Cabe, sin embargo, preguntarse si la aplicaci¨®n de la actual ley de Arrendamientos Urbanos podr¨ªa ser contraria a la letra y al esp¨ªritu del texto constitucional, al vulnerarse los derechos y obstaculizarse el retorno del emigrante y/o de su familia por la actitud que pueden asumir aquellos inq'uilinos resueltos, pase lo que pase, a hacer uso exhaustivo de sus derechos. Sin negar los derechos leg¨ªtimos del inquilino, las situaciones extremas aludidas privan al emigrante, cuando m¨¢s lo necesita, del medio imprescindible para su reiserci¨®n en la comunidad nacional despu¨¦s de a?os de desarraigo, trabajo y sacrificios.

Habr¨ªa incluso que situar el concepto de necesidad en el contexto espec¨ªfic¨® del emigrante, que puede llegar a estar ante la disyuntiva de trabajo o recuperaci¨®n de vivienda si uno y otro no coinciden en el mismo lugar. Esperemos que la nueva ley de Emigraci¨®n contemple tambi¨¦n el caso de la recuperaci¨®n de la vivienda alquilada con procedimientos m¨¢s adecuados y razonables. /