?Paz en L¨ªbano?

El alto el fuego en L¨ªbano ha provocado un alivio general. Sobre todo, en el caso de los libaneses de todas las opiniones, excedidos por una locura asesina, que no ha resuelto ninguno de los problemas sobre los cuales se enfrentan desde hace cerca de ocho a?os. ( ... ) Despu¨¦s de la marcha de los soldados jud¨ªos, el Ej¨¦rcito liban¨¦s, apoyado por las milicias falangistas, intent¨® establecer su ley sobre los drusos. ( ... )La amarga experiencia de estos ¨²ltimos a?os ha demostrado que los ceses de hostilidades en L¨ªbano son provisionales. ?Ocurrir¨¢ lo mismo ahora? Es posible que uno de los dos campos en presencia o- los dos no hayan aceptado esta tregua para saltar mejor a una nueva fase de combates.

Se debe constatar, en efecto, que el compromiso a que acaba de llegarse ha sido dictado menos por la buena voluntad de los beligerantes que por las presiones que han sufrido. Los guerrilleros drusos estaban sometidos a los rudos bombardeos de la flota americana, y sus aliados sirios se expon¨ªan al riesgo de chocar con la m¨¢quina de guerra de Estados Unidos.

El Ej¨¦rcito liban¨¦s no se ha desintegrado, como muchos esperaban. Pero no ha podido, pese al apoyo americano, imponer su ley en el Chuf. ( ... ) Para las delegaciones gubernamental y falangista, la evacuaci¨®n de las fuerzas sirias y palestinas es un objetivo prioritario; para la oposici¨®n, es la retirada. incondicional de Israel y de sus colaboradores del sur de L¨ªbano la que constituye la condici¨®n sine qua non para la salida de otras tropas extranjeras. ( ... )

El presidente Reagan se ha anticipado, desde la proclamaci¨®n de alto el fuego, en reafirmar el apoyo total de Estados Unidos a los objetivos declarados del presidente Gemayel. ( ... ) De todas formas, Estados Unidos no piensa abandonar L¨ªbano aunque se restablezca la paz civil.

, 27 de noviembre