La otra cara de Bergam¨ªn
En todos los art¨ªculos que han aparecido en la prensa con motivo del fallecimiento del escritor cat¨®lico y comunista Jos¨¦ Bergam¨ªn se destilan honores y alabanzas. Sin embargo, por omisi¨®n o silencio intencionado no hemos podido encontrar ni un sola l¨ªnea que hiciera referencia al pr¨®logo que hizo para un libro publicado en 1938 por unas amadas Ediciones Unidad, con sede en Madrid y Barcelona, bajo el t¨ªtulo Espionaje en Espa?a, que firmaba como. autor un tal Max Rieger y como traductores Lucienne y Arturo Perucho, este ¨²ltimo tambi¨¦n, fallecido. Quiero precisar que Max Rieger nunca existi¨®. Seg¨²n nuestras noticias, el autor fue un periodista franc¨¦s. Jes¨²s Hern¨¢ndez, que fue ministro comunista en el Gobierno que presidi¨® Largo Caballero, escribi¨® a?os m¨¢s tarde, fuera ya del partido, que el autor hab¨ªa sido el profesor Wenceslao Roces. Quiz¨¢ tambi¨¦n tuviera ¨¦ste participaci¨®n en la sucia faena. Bergam¨ªn sab¨ªa probablemente algo del tema.El libro era un burdo libelo construido con documentos falsos y datos manipulados, que trataba de justificar la disoluci¨®n del POUM y el exterminio de sus hombres present¨¢ndolos como una banda de esp¨ªas y de saboteadores al servicio de Franco y de la Gestapo. No discutimos ahora la obra literaria de Bergam¨ªn: no es el escritor quien provoca nuestra repulsa, sino el hombre. ?l sab¨ªa muy bien que todo lo que se afirmaba en el libro al que puso pr¨®logo era falso, y se prest¨® a avalarlo. Por eso, ante Bergam¨ªn no cabe otra actitud que la del rechazo por incompatibilidad moral./ ex militantes, del POUM. .
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