El Gobierno polaco y la Iglesia cat¨®lica se enzarzan en una 'guerra de crucifijos'
Entre el Gobierno polaco y la jerarqu¨ªa cat¨®lica ha surgido un conflicto con motivo de la retirada de las escuelas y otros edificios p¨²blicos de los crucifijos que hab¨ªan sido colocados en los d¨ªas de actuaci¨®n legal del sindicato independiente Solidaridad. Antes de salir para Roma, donde asistir¨¢ al s¨ªnodo de los obispos el primado polaco, Josef Glemp, expres¨® su esperanza de que el Gobierno suspenda la retirada de crucifijos de las empresas y edificios p¨²blicos, sobre todo en las escuelas
El portavoz del Gobierno, ministro Jerzy Urban, declar¨® ante la Prensa extranjera en Varsovia que el Gobierno nunca se hab¨ªa comprometido a admitir los crucifijos en las escuelas. Subray¨® el car¨¢cter laico de las escuelas, aprobado en 1961, y, con su sarcasmo caracter¨ªstico, a?adi¨® que en Estados Unidos tampoco se permiten s¨ªmbolos religiosos en las clases y en Polonia nadie exige que se cuelguen fotos de Marx y Lenin en las parroquias donde se imparten clases de catecismo.El primado hab¨ªa acusado al Gobierno de romper el compromiso de permitir los crucifijos. El portavoz neg¨® que existiese tal compromiso, y dijo que "el Gobierno no quiere una guerra de crucifijos, pero se opondr¨¢ a todos los intentos de clericalizaci¨®n".
Esta miniguerra de crucifijos coincide con el anuncio de que el varias veces aplazado pleno ideol¨®gico del Comit¨¦ Central del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) se celebrar¨¢ los pr¨®ximos d¨ªas 14 y 15 de octubre. En ese pleno se espera una clarificaci¨®n entre duros y partidarios de la l¨ªnea moderada que representa el m¨¢ximo dirigente, general Wojciech Jaruzelski. Con estos gestos contra el clericalismo, el Gobierno se muestra duro cara a los duros del POUP, que parecen tener perdida la batalla contra JaruzeIski, que de momento es la ¨²nica alternativa.
El anuncio del pleno indica que se ha llegado ya a una soluci¨®n en la lucha de tendencias dentro del Comit¨¦ Central del POUP. Al mismo tiempo, los medios de comunicaci¨®n han reemprendido con todos sus recursos la campa?a contra el l¨ªder sindical Lech Walesa. La televisi¨®n polaca present¨® unas cintas magnetof¨®nicas, con una grabaci¨®n casi incomprensible, de una conversaci¨®n entre Walesa y su hermano Stanislaw cuando el l¨ªder sindical estaba internado en Arlamow.
Las cintas fueron presentadas con la advertencia de que los ni?os y j¨®venes no deb¨ªas escuchar, debido a las expresiones groseras empleadas. En ellas, que tuvieron que ser descifradas por el presentador, Walesa habla, supuestamente, del dinero que tiene en el extranjero.
Mientras tanto, ayer, el partido de f¨²tbol entre el Lechia -Gdansk y el Juventus de Tur¨ªn (que finaliz¨® con un 2-3 a favor de los italianos) se transform¨® de improviso en una gigantesca manifestaci¨®n a favor del sindicato ilegal Solidaridad, al descubrir los espectadores que su principal dirigente, Lech Walesa, se encontraba en la tribuna central.
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