La conclusi¨®n
Una conclusi¨®n es el lugar exacto en el que alguien se cans¨® de pensar. Tras estos c¨ªclicos y pelmazos follones televisivos que raptan la actualidad espa?ola, hay una tremenda conclusi¨®n que s¨®lo delata vagancia mental: los mass media tradicionales influyen decisivamente en las actitudes pol¨ªticas, morales y est¨¦ticas de los ciudadanos. Todas esas histerias nacionales que con tediosa periodicidad organizan alrededor del t¨®tem electr¨®nico, evidencian una ex¨®tica fe sin fisuras en la influencia todopoderosa del medio.Nuestros hombres pol¨ªticos y buena parte de los civiles, sin distinci¨®n de razas auton¨®micas, sexos ideol¨®gicos o intereses materiales, comulgan devotamente con la conclusi¨®n impresentable de la enorme influencia del chisme. Y quien dice la televisi¨®n, tambi¨¦n dice la influencia de los editoriales de un peri¨®dico, del catecismo, de las letras de una canci¨®n, de las entrevistas radiof¨®nicas calientes, de las portadas amarillas de ciertas revistas o de los tropos a?iles de un columnista. Esta obsesi¨®n infantil por las influencias denuncia la flojera intelectual en la que est¨¢n confortablemente atrapados. Se han detenido en esa conclusi¨®n protohist¨®rica a tomar un bocadillo, fatigados por tanto esfuerzo te¨®rico, y de ah¨ª no hay quien los mueva. Pero denuncia, sobre todo, la creencia firme de que las masas son completamente idiotas, vulnerables a catecismos decimon¨®nicos, a programas televisivos dieciochescos o a pedagog¨ªas ruralizantes.
Hace ya un par de d¨¦cadas que nadie se toma en serio esa conclusi¨®n subdesarrollada, inventada en los a?os treinta. Incluso cuando se habla de influencia en los cambios de decisi¨®n pol¨ªtica o de actitud moral, preocupan bastante m¨¢s las llamadas influencias interpersonales que las derivadas de los catecismos, las pantallas. Pero saltar en este pa¨ªs a la conclusi¨®n siguiente, sostener que esos mass media apenas influyen en los comportamientos ciudadanos excepto para la elecci¨®n de frigor¨ªficos, detergentes, sopas o colas, implicar¨ªa una verdadera conmoci¨®n pol¨ªtica e informativa. Quedar¨ªamos hu¨¦rfanos de acontecimientos, porque la mayor parte de esas tensiones que articulan nuestra actualidad surgen de esa cerril creencia en las influencias de Maricasta?a.
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