Por un cine en Libertad
Delegados de quince pa¨ªses se re¨²nen en Madrid para discutir la situaci¨®n de sus cinematograf¨ªas y los puntos de contacto que permitan una soluci¨®n global a sus problemas m¨¢s inmediatos. Ya en 1967, una reuni¨®n similar, aunque menos representativa, tuvo lugar en Brasilia (Brasil). Las conclusiones optaron por crear un mercado del filme iberoamericano que pudiera contrarrestar la presi¨®n de las multinacionales: aunque sea sorprendente, en cualquier pa¨ªs latinoamericano se conoce antes la identidad del cine de Estados Unidos que la de cualquier otro pa¨ªs vecino.
Lo precis¨® Julio Garc¨ªa Espinosa, el director general de la cinemarograf¨ªa cubana: "Estamos invadidos por demasiadas pel¨ªculas cretinas como para no poder encontrar el lugar que nos pertenece", opini¨®n apuntalada por Manuel Mart¨ªnez Carril, de la cinemateca uruguaya, cuando aport¨® el dato de que "la suma de los mercados de todos los pa¨ªses de lengua espa?ola y portuguesa representan un vasto mercado".Son necesarios, pues, los acuerdos gubernamentales necesarios que permitan que la proyecci¨®n cinematogr¨¢fica de las culturas de estos pa¨ªses no quede sepultada por la colonizaci¨®n imperialista. Miguel Littin, cineasta chileno. en el exilio, lo matiz¨®: "Nuestros Estados est¨¢n obligados a recuperar sus mercados porque ese es el ¨²nico equilibrio posible, toda vez que tenemos una dependencia tecnol¨®gica de los norteamericanos y tenemos quebradas nuestras econom¨ªas".
, No bastan, sin embargo, las declaraciones de principios ('Lo nuestro es un estado de ¨¢nimo", dec¨ªa el realizador argentino Ra¨²l de la Torre, "y no debe, quedar aqu¨ª"). Los componentes de la mesa se comprometieron, por tanto, a concluir en proyectos concretos aprovechando la ocasi¨®n ¨²nica que facilita la Direcci¨®n General de Cine de Espa?a. "No s¨¦ si habr¨¦is comprobado", contaba un cineasta latinoamericano en uno de los breves descansos autorizados en las maratonianas tres sesiones, ?pero por primera vez se han reunido aqu¨ª gentes que en su pa¨ªs podr¨ªan matarse para habIar en t¨¦rminos de igualdad. Junto a un capit¨¢n de fragata vestido de paisano se ha sentado un marxista-leninista; y he o¨ªdo hablar del mismo Chile a enemigos irreconciliables. Nunca ha habido un acontecimiento como ¨¦ste.
Las penurias impuestas
Es necesario un cine propio, aut¨®ctono, apoyado en la realidad de las cinematograf¨ªas vecinas en geograf¨ªa, historia o lengua, pero que permita desarrollar el talento machacado por penurias impuestas: "El nuevo cine latinoamericano ha realizado pel¨ªculas buenas y malas, como cualquier otro movimiento cinematogr¨¢fico en el mundo", dec¨ªa Garc¨ªa Espinosa.
Llueven, pues, las propuestas precisas, porque ninguno de los m¨¢s de cincuenta convocados quiere que esta reuni¨®n se reduzca a la an¨¦cdota. Quiz¨¢ no sean muchos tres d¨ªas de trabajo entre cineastas poco acostumbrados a debatir sus problemas fuera de la complicidad de otros compa?eros de pa¨ªs o de exilio, pero esta la ¨²nica oportunidad posible. Alguien ya sugiri¨® que estos encuentros se celebren cada a?o, pero cuanto hoy se proponga seriamente en la reuni¨®n final ser¨¢, en definitiva, lo que permitir¨¢ que otros encuentros sean posibles.
Porque no se trata de una reuni¨®n de amigos sino de una necesidad imperiosa: o los cineastas iberoamericanos toman conciencia de su posible fuerza com¨²n o las cinematograf¨ªas de estos pa¨ªses, unas desarrolladas y otras incipientes, desaparecer¨¢n entre los escombros, y s¨®lo al cabo de algunos a?os se encontrar¨¢n sus cad¨¢veres como promesas que nunca encontraron su leg¨ªtimo lugar en el sol.
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