El pecado
El Papa Wojtyla ha hablado sobre el pecado en el S¨ªnodo de Obispos. Jes¨²s Hermida me llam¨® el otro d¨ªa desde su radio: "?Y qu¨¦ vas a hacer, Umbral, con esa hora sobrante que nos regala el nuevo horario de invierno?". "Me temo que, como siempre, dedicarla a pecar". Se lo dije a una amiga m¨ªa: "Que dice el Papa que el 80 por ciento de las mujeres est¨¢is condenadas por tomar la p¨ªldora". "Dile al Papa de mi parte que se queda corto". Ya es que no respetan nada. Juan Pablo II ha hablado del pecado, en Roma, como una lucha entre la luz y las tinieblas, lo que prueba que, como es inherente a su empleo, ignora no s¨®lo la ¨¦tica, sino la est¨¦tica del siglo. Los Papas ten¨ªan que sacarlos de monaguillos -yo pude llegar a Papa-, para que creciesen con su tiempo y no manejasen conceptos tan kitsch como el pecado. Carol Maier se me queja de la mala comida americana, pero vivir¨ªa toda una vida de perritos calientes antes de entrar en la barraca de feria del Infierno / pecado. Del pecado, por no llevarse, no se lleva ya ni la transgresi¨®n. Bataille / Klossovski pusieron de moda la transgresi¨®n, que no era sino una fe inversa, como el anticlericalismo espa?ol de Gald¨®s, pero con m¨¢s clase y con menos cocidito de Pepe Blanco repicando en la buhardilla. Bueno, pues ni la transgresi¨®n se lleva ya, en esta temporada oto?o / invierno. La moral social. Padres procesales y pedernales han sustituido la moral individual e interiorizada, un trapicheo entre Madame Bovary y su confesor, por la moral social.More¨¢s, Rub¨¦n, Valle, hicieron de la ¨¦tica una est¨¦tica, manejaron lo sagrado y lo maldito en t¨¦rminos m¨¢s literarios que otra cosa. Y cuando la literatura se apodera de una idea, es para matarla, para secarla como idea, aunque la perpet¨²e como contraidea, como Obra. Esto es lo que hay en Cela -sobre el que sigo escribiendo ensayos para USA (pagan en d¨®lares y Camilo es un tronco)todo el ideario del 98 pasado por el hombre que ha vivido la guerra mundial y, por lo tanto, no puede ya creer en nada. Quien se carg¨® la idea de pecado, mister Wojtyla, no fue el Satan¨¢s art / dec¨® que usted invoca, sino el presidente Truman con su nudo de corbata Truman (triangular). Desde entonces, la humanidad no ha vuelto a creer en s¨ª misma y el pecado es s¨®lo una an¨¦cdota de retrete. "Vivo solo y hago a menores bien dotados", dice en unos lavabos del Edificio Espa?a. Dan tambi¨¦n el tel¨¦fono, claro. Bradley University. Departament of English and Foreign Languages. Armail, Armail. Detr¨¢s de eso puede haber un pecado o la m¨¢s virtuosa de las mujeres. Wojtyla qu¨¦ sabe. Aunque cometa pecados todas las noches (prefiero la tarde, los "amores diurnos", seg¨²n titul¨¦ mi mejor y menos difundido libro), nadie me va a quitar el carnet de identidad. Sociedad secular y sociedad religiosa se alejan por d¨ªas. El fin de semana me voy a la finca de Agust¨ªn ?beda, a ver si le saco un cuadro, que ya va siendo hora. Agust¨ªn, una especie como de Clav¨¦ manchego a su aire, ha pintado los mejores desnudos femeninos de la nueva figuraci¨®n. A ver si Adri¨¢n Piera, en el Siglo XXI, el lunes, se lo hace mejor y nos persuade de que la moda no es el pecado, sino la puesta en escena del pecado. Jes¨²s Isla presenta a los nuevos creadores espa?oles de moda en Galer¨ªas / Boyer. La moda no es sino el protocolo del pecado. Llongueras las peina, mi querido amigo, y uno, si puede, va y las despeina.
Marilyn, de Coru?a, habladora, riente y ninfa, me hizo feliz la noche de los Police. Ella ven¨ªa -ni?a m¨ªa- buscando en la miusic lo que s¨®lo da el amor. A esta juventud tan joven no se le puede hablar de pecado, como a nuestros primeros padres. Marilyn es manzana, serpiente y ¨¢ngel con espada de fuego. La gente nueva tiene su nueva moral. El pecado, mayormente, es que se ha quedado kitsch.
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