El seminario sobre el barroco centra la atenci¨®n de los cursos de la UIMP en Sevilla
El seminario sobre el barroco ha terminado por convertirse en la estrella de la primera semana de actividades de la OMP. El barroco concebido como arte de vivir, como reflejo de una sociedad desorientada que huye hacia adelante ha sido desarrollado a trav¨¦s de distintas conferencias. Una ciencia barroca, una econom¨ªa y una sociedad barrocas han sido explicadas en el seminario tanto como la religiosidad o el arte, los aspectos hasta ahora menos ocultos de aquella ¨¦poca.
El ¨¦xito del curso quiz¨¢ haya estado en esa orientaci¨®n trazada por el director del curso, Carlos ?lvarez Santalo, profesor de Historia moderna y contempor¨¢nea de la universidad de Sevilla: "El barroco es m¨¢s que nada una forma de vivir, un escape de una sociedad europea que esperaba que el Renacimiento solucionara sus problemas. No fue as¨ª, y busc¨® en el barroco la salidas de sus crisis".El barroco se basa, en opini¨®n del director del seminario, en unos pocos pilares: salvaci¨®n del alma; dignidad de la persona, que se refleja en que el modelo art¨ªstico cl¨¢sico cambia y se trabaja con lo feo, y una especie de miedo ret¨®rico, consensuado, aceptado con complacencia y complicidad. Se produce una est¨¦tica en el desarrollo de las ant¨ªtesis, una est¨¦tica de luces y sombras dif¨ªcil de alcanzar: "Todo el barroco es como la oposici¨®n de dos fuerzas violentas, de dos muelles presion¨¢ndose mutuamente".
Las clases que compusieron el seminario fueron desarrollando poco a poco, parcela a parcela, esta forma de ver el barroco. Francisco Rico, con su Guzm¨¢n o la teor¨ªa del p¨ªcaro, explic¨® los signos religiosos y los s¨ªmbolos teol¨®gicos que Mateo Alem¨¢n desliza en la novela, y que eran comunes al protagonista y a los lectores. Para el conferenciante, el gran acierto del escritor estuvo en fundir` la narraci¨®n y la doctrina tan intensamente como se fund¨ªan en la Espa?a barroca. Ricardo Garc¨ªa C¨¢rcel explic¨® La violencia sobre la opini¨®n: panfletos pol¨ªticos y t¨®picos nacionales, y abord¨® la cultura del Estado, promocionada por ¨¦ste para conseguir adhesiones o rechazos. El Estado encuentra en el panfleto, el folleto y el cartel la f¨®rmula ideal para la propagaci¨®n de las ideas que interesaban al sistema dominante. Este fen¨®meno se desarrolla particularmente en las ¨¢reas de la revoluci¨®n catalana, donde se enfrentaban los puntos de vista castellano y catal¨¢n, y provocaron una violencia panfletaria sin precedentes'.
Iglesia y pueblo
Antonio Dom¨ªnguez Ortiz tuvo a su cargo Religiosidad popular y normativa eclesi¨¢stica en la Espa?a barroca, donde explic¨® que la Iglesia barroca fue indulgente con las manifestaciones populares e incluso las promovi¨®. La Iglesia tuvo en Espa?a, en esa ¨¦poca barroca, un tinte popularista sin m¨¢s freno que cuando se rozaban las l¨ªmites d¨¦ la superstici¨®n de la ridiculizaci¨®n de las jerarqu¨ªas. En El barroco: modelos y antimodelos de santidad, Bartolom¨¦ Bennasar explica c¨®mo al h¨¦roe ¨¦pico el barroco opone el h¨¦roe santo.Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez Pi?oro abordo en Tradici¨®n y renovaci¨®n en el pensamiento cient¨ªfico de la Espa?a del siglo XVII la lucha de contrarios que tambi¨¦n caracteriz¨® a la ciencia barroca, entre nov,tores o partidarios de las novedades copernicanas o m¨¦dicas y tradicionales, m¨¢s apegados al aristotelismo conservador. Los novatores perder¨¢n la batalla, pero no sin dejar semillas que permitir¨¢n posteriores reformas. Antonio Bonet Correa, en La fiesta barroca: luces y sombras, habl¨® de la masificaci¨®n de la fiesta, en la que testigo y protagonista se identifican y resultan polos intercambiables y simult¨¢neos. Jes¨²s Gallego habl¨® de Vel¨¢zquez y la met¨¢fora po¨¦tica. Puso de dejar de relieve c¨®mo el barroco se aleja de los arquetipos de belleza cl¨¢sicos y busca en lo feo su modelo, en una reivindicaci¨®n de la dignidad de la persona, defendi¨® el papel de Vel¨¢zquez como un rico creador, culto, inteligente y en dominio de las claves de su ¨¦poca, frente a la opini¨®n de quienes le consideran poco menos que un gran fot¨®grafo, poseedor de una excelente t¨¦cnica pero sin contenido.
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