Los precios suben
EL CRECIMIENTO de los precios al consumo ha sido del 1,3% en agosto respecto al mes anterior. Este incremento, para los tiempos que corren, es grave. La inflaci¨®n interanual agosto-agosto se sit¨²a en tomo. al 11%, frente a una media de inflaci¨®n tambi¨¦n interanual en los pa¨ªses de la OCDE de s¨®lo el 5,5% y del 7,2% en los pa¨ªses de la CEE.En julio, el incremento de precios al consumo recogido por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica hab¨ªa sido del 0,3%. Sin embargo, existe la, presunci¨®n de que la recogida de datos no cumpli¨® las fechas de otros a?os. Al parecer, encuestadores y funcionarios andaban enfadados y hab¨ªan decidido anticipar sus vacaciones, de derecho o de hecho. Los cambios en la direcci¨®n del INE han sido excesivamente frecuentes para un organismo que requiere la machacona continuidad de la rutina, y meter la pol¨ªtica, con min¨²scula, entre los n¨²meros quiz¨¢ no haya sido un cambio acertado.
En 1983, tres meses, enero, abril y agosto, han tenido incrementos de precios iguales o superiores al 1,3%. En esos tres meses, los productos alimenticios han sido los princip¨¢res protagonistas de la lubida. La socorrida excusa de la sequ¨ªa quiz¨¢ no baste para explicar que las hortalizas y sobre todo patatas, registraran alzas muy acentuadas. En el caso de las patatas la desaparici¨®n de las actividades de la Comisar¨ªa de Abastecimientos en su intervend¨¢n para regular los mercados agr¨ªcolas tuvo una importancia decisiva. No se permiti¨® la importaci¨®n de patatas hasta que los precios se hab¨ªan disparado. El Ministerio de Comercio se ha ocultado entre los planificadores y los much¨ªsimos gabinetes de estudios de Econom¨ªa y Hacienda. Los problemas cotidianas sobre precios y regulaciones de productos agrarios son ahora s¨®lo competencia de Agricultura, donde los productores tienen vara alta, pero donde se descuida el inter¨¦s de los consumidores, es decir de la gran masa de ciudadanos espa?oles.
Las alzas de agosto son en buena medida resultado de la depreciaci¨®n de la peseta. El ma¨ªz y la soja que alimentan nuestros gallineros y establos han subido, y los huevos, el pollo y el cerdo elevan sus precios. Pero tambi¨¦n influyen factores internos. La venta de una partida de cerdos entre Toledo y Segovia, por ejemplo, se ha convertido en una complicada operaci¨®n comercial. El veterinario de la regi¨®n aut¨®noma de Castilla-La Mancha debe emitir la correspondiente gu¨ªa sanitaria de que los cerdos de la expedici¨®n gozan de buena salud. Esta gu¨ªa necesita la convalidaci¨®n de la autonom¨ªa de Castilla-Le¨®n. La convalidaci¨®n tarda. Se pide por t¨¦lex, pero en la autonom¨ªa castellano-leonesa no funciona el t¨¦lex. Las gestiones se hacen a nivel personal. La tardanza contin¨²a. Entre tanto, los precios de la carne de cerdo suben en la autonom¨ªa importadora y sus productores locales disfrutan de la reserva del mercado. De esta forma, exportar cerdos a Catalu?a parece ser ya cosa prohibida, mientras subsista la necesidad de proteger a los productores de L¨¦rida.
Este no era el esp¨ªritu del Estado de las Autonom¨ªas, pero la realidad empieza a desperezarse. El proteccionismo comercial, arte en el que somos casi inimitables, disfrutar¨¢, de este modo, de un desarrollo floreciente.
La correcci¨®n de la inflaci¨®n nunca ha sido f¨¢cil cuando los intereses de productores, nacionales o ahora auton¨®micos, prevalecen sobre los de los consumidores.
El mercado, como mecanismo reasignador de recursos, desaparece, y su lugar es ocupado por la discrecionalidad y el intervencionismo. Este es un peligro muy reciente, que se suma al proteccionismo general, tambi¨¦n inflacionista, y a que las expectativas de alzas de precios para final de a?o no son precisamente optimistas. Las previsiones de subidas de precios industriales en la encuesta del Ministerio de Industria crecen bruscamente en junio y julio. El aumento de la cantidad de dinero, pese a los aparentes rigores monetarios, se ha acelerado en agosto y parece que de manera alarmante en septiembre. Recu¨¦rdese, finalmente, que en 1982 la inflaci¨®n cedi¨® en la segunda mitad. Es decir, la base de comparaci¨®n con respecto al a?o pasado no ser¨¢ ya tan ventajosa a partir de septiembre.
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