Retroceso parlamentario de la extrema derecha y huelgas de funcionarios estatales en El Salvador
A casi tres a?os del estallido de la guerra civil, el Gobierno salvadore?o ha tenido que afrontar por primera vez dos huelgas en el sector p¨²blico (Instituto de la Vivienda Urbana y Seguro Social) y una manifestaci¨®n multitudinaria de los sindicatos agrarios moderados, que cuentan con el apoyo de la poderosa central norteamericana AFL-CIO
Los funcionarios se limitan a exigir aumentos salariales, que les han sido negados desde 1980 en virtud del decreto 544, de emergencia econ¨®mica, pero las agrupaciones campesinas de la UPD (Unidad Popular Democr¨¢tica) han bajado a la arena pol¨ªtica, exigiendo a los diputados una mayor seriedad en los debates de la Constituci¨®n y el mantenimiento de la reforma agraria.Pocos creen que el nuevo texto constitucional vaya a durar, ya que no cabe un proyecto pol¨ªtico de futuro en El Salvador mientras no se llegue a un acuerdo con la izquierda para poner t¨¦rmino a la guerra, pero de su aprobaci¨®n depende que vayan a celebrarse las elecciones generales anunciadas en primera instancia para diciembre y retrasadas luego hasta mediados de febrero. Al ritmo que lleva el debate de la Constituci¨®n, es probable que los comicios tengan que ser nuevamente aplazados.
Los constituyentes han rebasado con creces el per¨ªodo de un a?o que se autoimpusieron para entregar al pa¨ªs la nueva Carta Magna, enzarz¨¢ndose en discusiones bizantinas sobre un anteproyecto de 246 art¨ªculos, de los que apenas se ha aprobado un centenar. No es probable que la votaci¨®n de conjunto tenga lugar hasta el pr¨®ximo a?o y, antes de convocar a las urnas, es preciso elaborar tambi¨¦n una nueva ley electoral.
Los plazos se quedan demasiado cortos para una asamblea que durante meses ha estado dividida en dos bloques de 30 diputados cada uno, encabezados respectivamente por la Democracia Cristiana y la ultiaderechista ARENA (Alianza Republicana Nacionalista). Esto oblig¨® a apartar el art¨ªculo 83, que define en qui¨¦n reside la soberan¨ªa nacional. El bloque m¨¢s conservador entend¨ªa que la declaraci¨®n de que el pueblo es el depositario de la soberan¨ªa ten¨ªa que ser convenientemente matizada.
El reciente traspaso de un diputado al grupo m¨¢s moderado ha roto este equilibrio en favor de los democristianos, lo que puede ser determinante para que la Constituci¨®n no revoque la reforma agraria.
Muerte y dinero
Una de las discusiones m¨¢s ¨¢speras discurri¨® en tomo al art¨ªculo, 27, que supone la abolici¨®n de la pena de muerte salvo en caso de una guerra internacionaL El presidente de la asamblea, Roberto D'Aubuisson, esgrimi¨® razones econ¨®micas en defensa de la pena m¨¢xima. Muchos empresarios, vino a decir, se han marchado del pa¨ªs bajo amenazas de secuestro; si se, establece la pena de muerte para este delito, regresar¨¢n con los capitales que se han llevado, a Miami.No faltaron diputados en la extrema derecha que se proclamaran "fervientes partidarios de la pena de muerte". Toda la discusi¨®n tuvo tintes algo macabros en un pa¨ªs en guerra, donde han muerto ya m¨¢s de 40.000 personas. En una votaci¨®n confusa se aprob¨® finalmente el texto abolicionista, pero la fracci¨®n de ARENA pidi¨® una nueva votaci¨®n, que ya no tiene posibilidades de prosperar ante la ruptura del equilibrio entre los dos bloques parlamentarios.
A los enfrentamientos dial¨¦cticos sucedieron ocasionales incomparecencias de la extrema derecha en el recinto legislativo, cuando preve¨ªan una votaci¨®n desfavorable. Si no bastaba con esto, las bandas paramilitares vinculadas al bloque parlamentario ultraconservador amenazaban directamente a los diputados reformistas. La simple defensa que hacen los demotristianos de una reforma agraria que se puso en marcha con apoyo del Ej¨¦rcito y de la Administraci¨®n norteamericana ya es motivo de sospecha.
El Ej¨¦rcito Secreto Anticomunista (ESA) y la Brigada Maximiliano Hern¨¢ndez han restablecido con inusitada frecuencia la pr¨¢ctica del secuestro y el asesinato. Esto revela que la oligarqu¨ªa salvadore?a no se resigna a perder ni su papel de ¨¢rbitro pol¨ªtico ni una m¨ªnima parte de sus privilegios econ¨®micos. La irrupci¨®n de las bandas paramilitares endurecer¨¢ sin duda a¨²n m¨¢s los debates de una asamblea constituyente en la que por primera vez, ha quedado en minor¨ªa la extrema derecha.
En medio de este confuso panorama pol¨ªtico, la extrema derecha teme que las huelgas del sector p¨²blico y la reciente manifestaci¨®n de la UDP puedan ser el comienzo de una reactivaci¨®n de la pol¨ªtica de masas por parte de la izquierda. De ah¨ª que, algunos l¨ªderes sindicales hayan sido secuestrados bajo la acusaci¨®n de mantener v¨ªnculos con la guerrilla.
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