La adolescencia forzosa
Alberto Moncada me da su ¨²ltimo libro, M¨¢s all¨¢ de la educaci¨®n, todo ¨¦l interesant¨ªsimo, pero en el que encuentro, sobre todo un cap¨ªtulo, "La adolescencia forzosa", cuyo t¨ªtulo ya es fascinante y excede con mucho de lo pedag¨®gico o lo sociol¨®gico. Sobre todo, para quienes hemos sido forzados a ser adolescentes m¨¢s all¨¢ de nuestra adolescencia. Porque dice que dicen -yo no s¨¦, ustedes sabr¨¢n- que hubo un proyecto, en el cuarenta?ismo, de prolongar el servicio militar en el doble de su duraci¨®n:-Es la edad peligrosa de los chicos; mejor tenerlos en el cuartel. Saldr¨¢n ya con ganas de trabajar y de casarse.
O sea, integrados. Las dictaduras no hacen sino aplicar por procedimientos un poco rudos los mismos sistemas de las democracias sofisticadas, como dicen ahora quienes no saben decir (ayer he almorzado en Zalaca¨ªn con Luis Calvo y Mar¨ªa Cuadra: Luis me da primera edici¨®n de los art¨ªculos de Larra, de 1837, libro, o sea, que el rom¨¢ntico alcanz¨® a conocer poco antes de pegarse el tiro del curr¨ªculum: Sainz de Robles sosten¨ªa que se le dispar¨® el arma mientras la limpiaba, como a un guardia civil). Luis, por otra parte (lo que es casi m¨¢s de agradecer), me presta 5.000 p¨²as, es decir, unos durandartes, en el cheli de su ¨¦poca, porque estoy volcado y por la tarde debo invitar a unas damas. Vengo a decir con esto que, en libertad o democracia, el sistema social que vivimos impone a los j¨®venes una adolescencia forzosa, y el t¨¦rmino, aparte de dram¨¢tico, es casi po¨¦tico, y me recuerda aquello, inolvidable, de Leopoldo Panero (la otra noche ha saludado a Felicidad con todo mi amor): "Y regresaba siempre adolescente". Franco les impon¨ªa la adolescencia cuadriculada del cuartel, les manten¨ªa al margen de la Historia, como los "grandes ausentes" (cosa que alguien dijo de los campesinos), y la sociedad capitalista, con la intensificaci¨®n de los estudios, por un lado, o con la falta de un primer empleo, por otro, tambi¨¦n hace que "regresen siempre adolescentes". (Qu¨¦ trinidad de poetas, Panero, Rosales, Vivanco). Ayer he comprado al librero Berchi, en la cuesta de Moyano, un n¨²mero de Escorial del a?o 41, porque quiero rever / releer lo que aquellos intelectuales -La¨ªn, Tovar, el citado Rosales- salvaban y salvaron de la cultura que la guerra dej¨® sin brazos, como a la Venus de Milo. La adolescencia forzosa. No es todo calvinismo de la cultura y el trabajo, este af¨¢n por tener al p¨²ber, al adolescente, al joven, lejos del desfile de carrozas de la Historia. Hay, querido Alberto, amor, un miedo a la generaci¨®n que viene con marcha, un ir amortiguando el golpe. Y para eso valen las carreras interminables, el paro obrero o la educaci¨®n sentimental de quienes no han le¨ªdo a Flaubert, seg¨²n la clase social. Yes. Ya que no se hizo la ruptura pol¨ªtica (se ha hecho despu¨¦s, por s¨ª misma), la mayor ruptura de la transici¨®n, para m¨ª, ha sido la ruptura generacional. La llamada generaci¨®n del Rey, que no es un halago ¨¢ulico, sino una realidad hist¨®rica. Aqu¨ª ha tomado el Poder la adolescencia forzosa. Forzosamente, han dejado la adolescencia y se han hecho con Espa?a; del Rey abajo, ninguno y todos. Gir¨®n sale con sus gironazos. Aparte argumentos argumentales, en los que ni siquiera hay que entrar, a Gir¨®n (como a m¨ª, m¨¢s o menos) nos descalifica la edad. Contra eso iban los viejos / j¨®venes ¨¢cratas de mayo / 68, de quien s¨®lo nos queda, en Espa?a, como realidad brillante, espl¨¦ndida, teatral y vital, Emma Cohen, hoy mismo en escena. Largo servicio militar, paro o carreras interminables. Las carrozonas tienen / tenemos miedo de las generaciones que vienen detr¨¢s o van por delante. La ense?anza priv¨¦, religiosa, espa?ola, tiende a perpetuar la adolescencia forzosa. O sea, que no es s¨®lo un problema de subvenciones y catecismos. Es miedo al porvenir recental. Alberto, qu¨¦ bien lo has visto.
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