Una aventura poco juiciosa
La acci¨®n de Estados Unidos, en contra de la opini¨®n del Reino Unido y contra un Estado bajo la soberan¨ªa de la Commonwealth ha provocado un furor comprensible en la C¨¢mara de los Comunes. Se ha recurrido a la fuerza, sin ning¨²n intento aparente por emplear otros medios, a, fin de resolver la situaci¨®n que origin¨® la semana pasada el derrocamiento sangriento de Maurice Bishop, primer ministro de Granada. ( ... )La tentaci¨®n de ejercer la hegemon¨ªa norteamericana en su propio patio trasero, inmediatamente despu¨¦s de la tragedia de L¨ªbano y en un momento en que la Administraci¨®n estadounidense cree que Cuba y Nicaragua necesitan recibir una lecci¨®n, parece que ha sido irresistible.
Estados Unidos ha tenido buen cuidado de asegurarse el respaldo de los pa¨ªses vecinos de Granada m¨¢s directamente afectados por el golpe contra Bishop. Sin embargo, la invasi¨®n conlleva graves riesgos, independientemente de su ¨¦xito. En primer lugar, Estados Unidos se expone a empa?ar su imagen internacional. Se ha condenado el empleo de la fuerza para controlar el Caribe, rememorando la intervenci¨®n norteamericana de 1965 en la Rep¨²blica Dominicana. No est¨¢ claro que el derrocamiento de Bishop pusiera en grave peligro los intereses estrat¨¦gicos de Estados Unidos en la zona. ( ... )
Otros dos factores debilitan la argumentaci¨®n estadounidense en favor de la intervenci¨®n. El Reino Unido rechaz¨® el uso de la fuerza y, despu¨¦s de todo, ¨¦ste es la cabeza de la Commonwealth, a la cual pertenece Granada. La interven ci¨®n tambi¨¦n ha producido una grave divisi¨®n en el Caribe, dentro del cual Estados. grandes como Jamaica se oponen firmemente a esa acci¨®n y prefieren, en cambio, una mezcla de sanciones econ¨®micas y ostracismo diplom¨¢tico. Este enfoque ni siquiera se intent¨®. En realidad, los Estados m¨¢s peque?os del este del Caribe, conscientes de la actitud brit¨¢nica, han respaldado al Reino Unido.
A consecuencia de ello, Estados Unidos ha puesto en un aprieto a su fiel aliado europeo y ha creado una fisura en el Caribe. Sobre el terreno tienen que dar credibilidad a su invasi¨®n, controlando r¨¢pidamente la situaci¨®n y restaurando la democracia que fueron a defender. Esto puede que no sea tan f¨¢cil como parece.
Los enemigos de Bishop, se aseguraron de que las principales figuras de su Gobierno fueran eliminadas, con lo cual hay que encontrar nuevos dirigentes. No se puede garantizar la cooperaci¨®n de la poblaci¨®n con los planes de los invasores. Ni Estados Unidos ni sus aliados caribe?os fueron invitados por ning¨²n grupo de la isla.
Esta nueva aventura norteamericana, emprendida en contra de la opini¨®n del Gobierno brit¨¢nico, va a poner en tensi¨®n las relaciones angloamericanas. Sucede en el peor momento, cuando el secretario de Estado, Shultz, va a tratar de persuadir a sus aliados europeos de que el liderazgo estadounidense en la crisis libanesa es plausible.
26 de octubre.
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