El fiscal pide 52 a?os para un grupo 'ultra' que quem¨® la efigie del Rey en Barcelona

Nueve militantes de la extrema derecha, vinculados con el Frente de la Juventud, y que formaban un comando autodenominado con el nombre de Grupos Activos Militaristas, comparecieron ayer ante Ia Audiencia Nacional, acusados de delitos de injurias, incendios y estragos supuestamente cometidos en Barcelona el 23 febrero de 1982, al atacar con c¨®cteles molotov un local de Convergencia Democr¨¢tica y destruir una efigie del Rey que se encontraba en el Museo de Cera. Por estos hechos, el fiscal reclam¨® para los acusados una pena total de 52 a?os de prisi¨®n. Tres de los procesados no acudieron a la vista. Uno de ¨¦stos, Juan Carlos Baille, se encuentra huido.Los procesados, Mario Blanco Rodr¨ªguez, Francisco Javier Vidiella, Rosendo Torrente, Emilio Guti¨¦rrez, Joaqu¨ªn Dalmau, Miguel Mart¨ª, Jos¨¦ Montoro, Francisco Javier Berzosa y Javier Sesma Mart¨ª, aseguraron ayer en su declaraci¨®n no saber nada de los hechos y que s¨®lo participaron en una manifestaci¨®n que se hab¨ªa convocado aquel d¨ªa en favor de los militares detenidos por los hechos del 23-F y que se deb¨ªa celebrar en las Ramblas.

Frente a este silencio que se produjo ayer en la Audiencia Nacional se encuentra un voluminoso sumario en el que se explica con todo lujo de detalles un sinf¨ªn de acciones terroristas de extrema derecha que se iniciaron en octubre de 1981 en el Instituto Italiano de Cultura, cuando los componentes de la trama ultra acudieron armados de palos y bates de b¨¦isbol para protestar por la detenci¨®n en Italia de militantes de la extrema derecha.

La carrera presuntamente desestabilizadora de los acusados culmin¨® el 23 de febrero de 1982, cuando, con ocasi¨®n del primer aniversario del 23-F, decidieron destruir la figura del Rey que se encontraba en el Museo de Cera de Barcelona. Seg¨²n se desprende de las declaraciones judiciales, el comando, que estaba formado por cuatro personas, plane¨® la acci¨®n con minuciosidad, y no se descart¨® la posibilidad de apu?alar la efigie del Monarca antes de rociarla con gasolina. Se habl¨® tambi¨¦n de la redacci¨®n de unos panfletos en los que el grupo reivindicaba la abdicaci¨®n de don Juan Carlos.

Pero, sobre todo, los activistas acordaron que antes de prender fuego a la figura del Rey la sacar¨ªan de su pedestal y la llevar¨ªan hasta el centro de un pasillo. La raz¨®n de este traslado era obvia: junto a la efigie del Rey se encontraba la de Franco, y tem¨ªan que las llamas pudieran da?arla.

La jornada de aquel aniversario del 23-17 la culminaron los j¨®venes ultras frente al local de Convergencia, en la calle del Pr¨ªncipe de Asturias, donde lanzaron un c¨®ctel molotov causando diversos da?os.