Felipe hippy
Don Manuel y pico ha vuelto a acertar una vez m¨¢s por adivinaci¨®n o calumnia m¨¢gica, cuando ha dicho el otro d¨ªa, en las Cortes, que los socialistas mantienen "ideales hippies". Conocida es del paciente seguidor de esta columna mi devota defensa de la calumnia como g¨¦nero literario. Lo que pasa es que yo suelo calumniar con la verdad. "Pero eso ya no es calumnia; es delaci¨®n", me comenta un esp¨ªritu un poco basto, de esos que creen de: verdad que con el pescado hay que tomar vino blanco. "Perd¨®n, hay un matiz entre la verdad calumniosa y la delaci¨®n, joven", le digo. Y el matiz lo ha dado don Manuel y pico. Uno, en este a?o que ahora se cumple de victoria del socialismo, ha hecho toda clase de cortes y calas en el PSOE, deslindando y elucidando lo que estos chicos tienen de rom¨¢nticos, de arbitristas, de reformistas, de socialdem¨®cratas. Lo que tienen de liberales a lo Espronceda y lo que tienen de revolucionarios a lo Pablo Iglesias. No creo que, aparte del pec¨¦, haya un partido con mayor biograf¨ªa cultural. Lo que nunca seme hab¨ªa ocurrido, hombre, ya ves, si es que estoy tonto, es que los socialistas son unos hippies. Y lo son porque su mayor gloria y ventaja es haber arrastrado con todos los movimientos progresistas del siglo: nuevos historiado res, sistem¨¢tica, neomarxismo, Mayo/68, libertarismo (ese concejal punk, de Henares, que daba ayer este matutino/manchego, o sea Mart¨ªn del Pino), Freud/Lacan y la sociobiolog¨ªa, m¨¢s lo que Gonz¨¢lez tiene de Kennedy espa?ol de izquierdas y lo que Guerra tiene de Woody Allen de la pol¨ªtica, que prefiere ir de oyente -sabia actitud-, mientras toca Mahler al clarinete jondo y jandal¨². Pues claro que son hippies, don Manuel y pico. Uno, que es algo as¨ª como un Yehudi Menuhin del columnismo, con aportaciones/ trasverberaciones de Santa Teresa (ayer mismo se lo dec¨ªa yo aqu¨ª al se?orito, o sea Cebri¨¢n), uno ve, mediante su sociolog¨ªa de caf¨¦, c¨®mo las mocedades del ya acecinado pasotismo se van integran do en el proyecto sugestivo y psocialista de vida en com¨²n, mayormente porque el psocialismo no les impone ning¨²n proyecto. Por ah¨ª, por ah¨ª. Francisco Rico, el m¨¢s brillante ling¨¹ista joven de Barcelona, insiste en edici¨®n cr¨ªtica de un libro m¨ªo, hecha por ¨¦l, y Los amores diurnos le parece como demasiado para futuros lectores p¨²beres. Comprender¨¢s Camino, amor/amor, que tiene raz¨®n. Era un libro hippy. D¨¢maso Alonso habl¨® sobre su poes¨ªa en la Aut¨®noma. Como no hay poes¨ªa m¨¢s aut¨®noma que la suya, la actuaci¨®n me parece gloriosamente redundativa. Y todo esto lo est¨¢ haciendo posible un Gobierno hippy, don Manuel Raflex Pedalier, Paco Dacoy, Marta Malona (amor), los Hern¨¢ndez, etc., me ofrendan un recital particular, ?Inkilinos del 5?!: "No est¨¢s / te estoy llamando,/ no est¨¢s,/ yo estoy aqu¨ª / zik zag / estoy liando / tu amor me hace re¨ªr". M¨¢s toda la marchi del mundo. Ellos, como tantos saben que sus experiencias de pubertad se las deben a la democracia, como la democracia sabe el compromiso que tiene con los viejos hippies de los 70 o sus hermanos peque?os. Por eso funciona el rollo pol¨ªtico entre la juventud m¨¢s joven. Nunca lo hubi¨¦ramos cre¨ªdo. Vienen de radios y revistas, y me sacan de la siesta para las varias entrevistas cuotidianas. Ya ni me peino para las fotos. A todos les digo lo mismo "Democracia a cualquier precio y si es socialista, mejor"."Ideales hippies". Queda usted un poco carroza en la calificaci¨®n don Manuel y pico, pero ha acertado usted en la calumnia. (Yo cuando les digo calumnias verdaderas a mis novias o ex, se me ponen muy tarascas, y es que la verdad es siempre ordinaria.) Lo que jam¨¢s hubiera ensayado AP. La imaginaci¨®n al Poder, 15 a?os m¨¢s tarde, y en Espa?a.
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