Satisfacci¨®n opositora y silencio oficial en los reg¨ªmenes dictatoriales del Cono Sur
El proceso electoral con que Argentina ha vuelto a la democracia fue seguido con especial emoci¨®n e inter¨¦s por sus principales vecinos del Cono Sur latinoamericano, a¨²n gobernado por reg¨ªmenes militares. Aunque ninguno de los Gobiernos militares que dominan en Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile se ha pronunciado oficialmente sobre el fin de la dictadura argentina, representantes pol¨ªticos de los m¨¢s diversos sectores ideol¨®gicos dedicaron gran atenci¨®n al proceso y saludaron con entusiasmo el advenimiento de la democracia en el pa¨ªs vecino.
En Chile, donde acaba de concluir la s¨¦ptima jornada de protesta contra un r¨¦gimen cada vez m¨¢s desgastado, pero que se resiste a adelantar las elecciones previstas para 1989, la mayor¨ªa de los dirigentes pol¨ªticos y analistas pone de relieve que, a diferencia de lo proclamado por el r¨¦gimen de Augusto Pinochet, un proceso hacia la democracia puede ser concluido de forma pac¨ªfica sin el caos ni el desorden que, seg¨²n el discurso oficial del r¨¦gimen, acompa?an a estas transiciones.Especialmente entusiastas estuvieron las distintas corrientes del radicalismo de Chile, compa?eros ideol¨®gicos muy cercanos del candidato triunfante en Argentina, Ra¨²l Alfons¨ªn. J¨®venes radicales de Valpara¨ªso, un puerto a 140 kil¨®metros de Santiago, llevaron cientos de rosas rojas hasta el consulado argentino y luego siguieron repartiendo flores por las calles del centro, saludando el triunfo radical en el pa¨ªs vecino.
Desde el sector oficial, el silencio fue la respuesta. S¨®lo hubo reacciones de funcionarios menores de la canciller¨ªa, quienes afirmaron que esperaban que el cambio pol¨ªtico en Argentina permita llegar pronto a un entendimiento dentro del proceso de mediaci¨®n encomendado por ambos pa¨ªses al papa Juan Pablo II para dirimir una contienda lim¨ªtrofe en la zona austral. Se espera en estos c¨ªrculos que el nuevo r¨¦gimen civil sea m¨¢s flexible que el anterior y firme pronto un tratado de paz con el Gobierno chileno.
Desde Uruguay, donde tambi¨¦n el pueblo est¨¢ realizando protestas en contra de los militares por su demora en devolver el poder a los civiles, el presidente de la comisi¨®n pol¨ªtica de las fuerzas armadas, general Julio Rapela, dijo que saludaba el retorno de la democracia a Argen tina, pero que este hecho no incidir¨¢ en el proceso pol¨ªtico uruguayo. "Tenemos nuestro propio pensamiento, nuestras propias ideas, y no necesitamos que nadie nos imponga una forma de actuar en funci¨®n de lo que hacen otros", dijo. El r¨¦gimen de Gregorio Alvarez tiene previsto llevar a cabo elecciones presidenciales en enero de 1985, pero la oposici¨®n insiste en adelantar la fecha. La totalidad de los partidos pol¨ªticos uruguayos recibi¨® con satisfacci¨®n el proceso argentino y afirm¨® que ¨¦ste alentar¨¢ los procesos similares en el resto de los pa¨ªses del Cono Sur.
En Paraguay, pa¨ªs que lleva 30 a?os gobernado por el general Alfredo Stroessner, las elecciones fueron seguidas por la Prensa con un inter¨¦s inusitado. Incluso los principales peri¨®dicos -lanzaron dos y tres ediciones para incluir los resultados finales del triunfo de Alfons¨ªn. Varios pol¨ªticos paraguayos de oposici¨®n hab¨ªan viajado a Buenos Aires en los d¨ªas anteriores, la mayor¨ªa para estar junto a Alfons¨ªn. Tampoco hubo pronunciamiento oficial acerca de la democratizaci¨®n argentina, pero el principal peri¨®dico del partido gubernamental, Patria, rechaz¨® en un editorial la idea de que "un viento sur podr¨ªa plantear cambios en las relaciones con Paraguay". El viento sur fue una imagen planteada por diversos analistas pol¨ªticos para sugerir que un posible triunfo electoral del candidato, radical podr¨ªa influir en un proceso democratizador de Paraguay.
En Brasil, el Gobierno tampoco emiti¨® pronunciamientos oficiales, pero clientes gubernamentales manifestaron su esperanza en la intensificaci¨®n de las relaciones argentino-brasile?as, los dos gigantes del Cono Sur. Los l¨ªderes de la oposici¨®n consideran la rapidez del proceso argentino hacia la democracia (siete a?os) un ejemplo a seguir por un Brasil que lleva, desde el golpe de 1964, luchando por la democracia. "El ejemplo argentino ser¨¢ muy importante para nuestra lucha", sostiene Ulysses Guimar?es, presidente del Partido del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o, primera fuerza electoral del pa¨ªs y segunda parlamentaria.
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