Solicitan un suplicatorio para procesar a Carlos Barral
La comisi¨®n permanente del Senado se reuni¨® ayer para tratar el suplicatorio solicitado por la Audiencia de Oviedo para el procesar por supuesto delito de injurias del escritor y editor catal¨¢n Carlos Barral, senador por Tarragona del PSC-PSOELa comisi¨®n nombr¨® ayer una ponencia, compuesta por los senadores socialistas Rafael Nadal i Company (Tarragona), Pedro Alvarez de Frutos (Segovia) y Jos¨¦ Mar¨ªa Rey Ram¨ªrez (Valencia) y por los representantes de Alianza Popular Luis Hens Tienda (C¨®rdoba) y Jos¨¦ Mac¨ªas Santana (Las Palmas).
El pr¨®ximo d¨ªa 16 se reunir¨¢ esta ponencia, a las 17.00 horas, para emitir su informe, y una hora m¨¢s tarde lo har¨¢ la comisi¨®n para elaborar el dictamen correspondiente, que serc¨¢ estudiado, probablemente, en el pieno que el Senado celebrar¨¢ el d¨ªa 22.
El editor Francisco Gracia Guill¨¦n present¨® en febrero de 1982, una querella criminal contra Carlos Barral ante el juzgado n¨²mero 4 de la Audiencia de Oviedo, por causa de supuestas injurias en forma de alusiones contenidas en el texto Fin de cap¨ªtulo, publicado en la revista Cuadernos del Norte. Gracia Guill¨¦n reclama como indemnizaci¨®n la cantidad de veinticinco millones de pesetas.
Este texto es un fragmento de la novela Pen¨²ltimos castigos, que ser¨¢ publicada en breve por Seix y Barral. En dicho texto se empleaba el nombre del querellante pero en la novela ha sido deformado. No obstante, ha declara do Barral, "se trata de una obra de ficci¨®n; que trata de una aventura imaginaria, y un procesa miento por su causa ser¨ªa tanto como un juicio ala irnaginaci¨®n"
Por el contrario, Gracia Guill¨¦n estima que al art¨ªculo de Los Cuadernos del Norte s¨®lo le falta poner una fotografla suya para saber qui¨¦n es el injuriado.
El editor se da por aludido cuando el autor habla de un personaje con este mismo apellido "Desde el princicio de sumisi¨®n", escrib¨ªa Barral, "Gracia consider¨® un deber burocr¨¢tico la absorci¨®n total de la peque?a Barral Editores, en la que sus due?os hab¨ªan puesto dinero de juguete por fr¨ªvolas razones personales".
"Es cierto", dijo en su d¨ªa Barral, "que en el art¨ªculo hay un retrato rencoroso de Gracita que un personaje de ficci¨®n hace al narrador".
Y a?adi¨® que es "un retrato cruel, hecho por un despechado, pero no hay material legal de delito porque en el libro todo es ficci¨®n", dijo el escritor, quien reconoci¨® que el episodio del intento de absorci¨®n de Barral Editores por Labor existi¨®, pero que en el libro la historia es contada como si no fuera cierta.
Babelia
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