El ministro de Econom¨ªa de la RFA, Otto Lambsdorff, niega las acusaciones de soborno y ataca a la fiscal¨ªa de Bonn
Ante el Gabinete, en su reuni¨®n habitual de los mi¨¦rcoles en Bonn, el ministro federal de Econom¨ªa, el liberal conde Otto Lambsdorff (FDP), declar¨® que "como ministro nunca he recibido, solicitado o facilitado ni un solo marco de la firma Flick. Por eso no ha podido existir ning¨²n beneficio que haya podido tener la m¨¢s m¨ªnima influencia sobre mis decisiones". El conde acus¨® a la fiscal¨ªa de Bonn de desorientar a sus abogados y a la opini¨®n p¨²blica, y denunci¨® que "yo todav¨ªa no conozco el acta de acusaci¨®n y no s¨¦ cu¨¢ndo la recibir¨¦".
El Gabinete se abstuvo de d¨ªscutir el tema Lambsdorff, seg¨²n comunic¨® a la Prensa el portavoz, Peter Boenish; pero el canciller federal alem¨¢n, el democristiano Helmut Kohl, lament¨® que "los principales implicados no hayan recibido todav¨ªa el escrito de acusaci¨®n, despu¨¦s de la espectacular conferencia de prensa organizada por los fiscales el martes en Bonn". El portavoz del Ministerio de Econom¨ªa federal, Dieter Vogel, declar¨® ayer en Bonn que Lambsdorff decidir¨¢ sobre su permanencia en el cargo "cuando reciba el acta de acusaci¨®n". Los pol¨ªticos liberales implicados en el caso Lambsdorff, el ex ministro de Econom¨ªa de Renania del Norte-Westfalia, Horst-Ludwig Riemer (FDP), y el actual presidente ejecutivo del Dresdner Bank, Hans Friederichs, aseguran categ¨®ricamente que son inocentes.En contra de las primeras informaciones, difundidas el martes por las agencias en Bonn, Friederichs no ha pedido una suspensi¨®n de sus funciones como presidente del Dresdner Bank y se ha limitado a solicitar al presidente del consejo de administraci¨®n que se le libere temporalmente de sus funciones, si se llega a la vista oral del proceso, mientras dure la misma.
Ganar tiempo
La inmunidad parlamentaria de Lambsdorff podr¨ªa levantarse este mismo viernes en la reuni¨®n plenaria del Parlamento federal (Bundestag), que tiene que votar el suplicatorio. La defensad e los pol¨ªticos implicados ha sido pasar al ataque contra los m¨¦todos de la fiscal¨ªa de Bonn. "Una conferencia de prensa en la que aparecen seis fiscales" es un hecho ins¨®lito, en opini¨®n del portavoz del Gabinete, Boenisch. Con estos ataques contra el procedimiento seguido y la falta de entrega del escrito de acusaci¨®n, los implicados ganan, de momento, tiempo y tratan de desviar la atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica sobre el contenido de la acusaci¨®n: el soborno por parte del consorcio financiero m¨¢s conocido de la Rep¨²blica Federal de Alemania.Resulta dif¨ªcil aceptar que los fiscales ocupados en el caso se hayan prestado a una maniobra pol¨ªtica para desprestigiar a toda una serie de pol¨ªticos destacados de la RFA. Los fiscales dijeron en su conferencia de prensa que en un 90% de casos el acta de acusaci¨®n es aceptada por los tribunales y se llega a la vista oral. Dada la posici¨®n de los acusados, la l¨®gica induce a pensar que la acusaci¨®n tiene que estar bien construida.
El caso, que ya se conoce como Bonnergate, plantea una situaci¨®n dif¨ªcil al canciller Kohl y a su socio de coalici¨®n, el ministro de Exteriores, Hans-Dietrich Genscher (FDP), si Lambsdorff tiene que dimitir. La dimisi¨®n de Lambsdorff dejar¨ªa en el Gabinete un puesto libre, adecuado para la potencia pol¨ªtica del presidente de Baviera, Franz Josef Strauss (CSU). Hasta ahora, Kohl pudo resistir las pretensiones, m¨¢s o menos veladas, de Strauss con el argumento de que el presidente b¨¢varo no quiso ser ministro de Hacienda en el momento del cambio, en octubre de 1982. En marzo de este a?o, tras ganar las elecciones, a Strauss se le ofreci¨® el Ministerio de Defensa, que tampoco acept¨®. Kohl dijo hace d¨ªas que no hay motivo para reorganizar el Gabinete, pero resulta dificil gobernar con un ministro de Econom¨ªa acusado de corrupci¨®n. La oposici¨®n -socialdem¨®cratas (SPD) y verdes- ya dijo que un revisor de tren bajo una acusaci¨®n similar estar¨ªa ya suspendido de empleo.
Si Lambsdorff dimite, Strauss podr¨ªa plantear su deseo de ocupar el puesto con el argumento de poner orden en la econom¨ªa, una tarea adecuada para sus ambiciones. Entonces quedar¨ªa abierta la puerta a un verdadero rompecabezas en el Gabinete y el carrusel de puestos tendr¨ªa que ponerse en marcha. Hasta ahora, Kohl siempre supo -y ¨¦ste siempre ha sido su punto fuerte- desbaratar todas las intentonas de su amigo b¨¢varo. La capacidad de maniobra de Kohl y Genscher tendr¨¢ que soportar una dura prueba si la vacante del Ministerio de Econom¨ªa llega a producirse, aunque Strauss ya no es el de antes y da muestras de p¨¦rdida de facultades.
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