El otro reconocimiento
La Espa?a peregrina de Jos¨¦ Bergam¨ªn y Juan Larrea, inicia ma?ana, con su muerte a cuestas, el camino del retorno. Casi 45 a?os necesit¨® la Espa?a oficial para acoger en su memoria a estos espa?oles "del ¨¦xodo y del llanto", a los que Le¨®n Felipe aconsejara en sus primeros versos mexicanos: "planta un ¨¢rbol / ri¨¦galo con tus l¨¢grimas / y aguarda".Este esperar suyo, siempre con la maleta lista, no fue un mero acto de nostalgia ni una traves¨ªa por el desierto. Una parte importante del M¨¦xico moderno, y as¨ª lo han reconocido los propios mexicanos, lleva la huella de los espa?oles trasterrados, que edificaron aqu¨ª lo que no les permiti¨® su pa¨ªs y que, por encima de todo, se ganaron el respeto de un pueblo que no hab¨ªa olvidado por entero la historia negra de la colonia.
Las maduras relaciones que mantienen hoy Espa?a y M¨¦xico no ser¨ªan del todo comprensibles sin el aporte de estos hombres que lejos de llevarse nada, dejaron aqu¨ª el esfuerzo de toda su vida. Nadie como ellos fue tan mexicano sin dejar de ser al tiempo tan espa?ol.
Espa?a en el recuerdo
La historia de este pa¨ªs lo recuerda a cada paso. Faltaba s¨®lo el reconocimiento de la otra parte. Por este recuerdo clamaba Pedro Garfias, a bordo del barco Sinaia, en medio de 1.800 peregrinos que en 1939 iniciaban el camino del exilio hacia M¨¦xico, al avistar las costas de Veracruz, "con Espa?a presente en el recuerdo, con M¨¦xico presente en la esperanza", el poeta interpretaba el sentir de su gente con estas palabras: "Espa?a que perdimos, no nos pierdas / gu¨¢rdanos en su frente derrumbada / conserva a tu costado el hueco vivo de nuestra ausencia amarga, que un d¨ªa volveremos, m¨¢s veloces, / sobre la densa y poderosa espalda / de este mar, con los brazos ondeantes / y el latido del mar en la garganta".
Esa otra Espa?a, a la que la guerra civil arroj¨® a un destino incierto, muchas veces m¨¢s duro del que padecieron los exiliados en M¨¦xico, es la que regresa con esta exposici¨®n El exilio espa?ol en M¨¦xico, que ma?ana se inaugura en el Palacio de Vel¨¢zquez, en el parque del Retiro madrile?o, que no es sino el honor tard¨ªo a los perdedores.
Espa?a entera fue la que perdi¨® entonces y la que gana ahora, con la recuperaci¨®n hist¨®rica y cultural de algunos de su hijos m¨¢s nobles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.