La mayor¨ªa de izquierda en Francia, dividida ante el proyecto socialista de ley de Prensa
En un clima pol¨ªtico tenso, la Asamblea Francesa se dispone a debatir la ley sobre la Prensa elaborada por el Gobierno socialista. El proyecto quiere ser una barrera contra las concentraciones de empresas informativas, que, en opini¨®n del Gobierno, recortan progresivamente el pluralismo y, a largo plazo, la libertad de expresi¨®n. La oposici¨®n conservadora liberal piensa exactamente lo contrario.
Pero lo m¨¢s significativo es que los dos partidos que apoyan al Gobierno, socialistas y comunistas, consideran que la pol¨¦mica ley tiene puntos esenciales contrarios a los intereses de la prensa de partido y a la Constituci¨®n.El debate real de la ley antitrust se iniciar¨¢ hoy por la noche con una intervenci¨®n del primer ministro, Pierre Mauroy, tras la votaci¨®n de la moci¨®n de censura a la ley, presentada y apoyada por toda la oposici¨®n (neogaullistas y giscardianos). Por lo que respecta a la moci¨®n de censura, no existen dudas: toda la mayor¨ªa -comunistas, socialistas y radicales de izquierda- votar¨¢ favorablemente el proyecto de ley gubernamental.
Para la mayor¨ªa de izquierdas, la ley representa justamente lo contrario de lo que critica la oposici¨®n. La ley sobre la Prensa no es, para la mayor¨ªa gobernante, una "amenaza para la libertad p¨²blica fundamental", tal como lo estima la oposici¨®n, sino que resguarda, precisamente, "la libertad de informaci¨®n".
Ahora bien, como ya ha ocurrido en m¨²ltiples ocasiones semejantes desde que los socialistas accedieron al poder en Francia, en mayo de 1981, el Gobierno vuelve a ser acusado por la oposici¨®n de "improvisaci¨®n y de precipitaciones inadmisibles". Y, en este punto, hay comunistas, socialistas y radicales que se dicen de acuerdo con la derecha.
Esta improvisaci¨®n, o las incoherencias de la ley, ya fueron advertidas los dos ¨²ltimos d¨ªas por varios empresarios period¨ªsticos, favorables a la izquierda, que testimoniaron ante la comisi¨®n de asuntos culturales de la Asamblea. Por eso, ni anoche mismo se conoc¨ªa el texto definitivo de la ley que quiere aprobar el Ejecutivo.
En cinco puntos concretos, esa ley se presta a dudas jur¨ªdicas, pol¨ªticas y constitucionales. Uno de los art¨ªculos es lo bastante borroso para que no se sepa con exactitud lo que podr¨ªa significar, a la hora de la verdad, el t¨¦rmino "grupo de hecho o de derecho". Los sindicatos y partidos pol¨ªticos entienden que dicha expresi¨®n pudiera serles aplicable y, en tal caso, el Partido Comunista Franc¨¦s (PCF) ser¨ªa el primer afectado por la ley, que prohibe poseer un diario de circulaci¨®n nacional y tres regionales, como es su caso.
Prensa nacional y regional
Otra disposici¨®n del texto hace una diferencia entre la normativa relativa a la Prensa nacional y la que concierne a la regional. En contra de este art¨ªculo se erige uno de los grandes principios del Derecho, que exige la igualdad de todos ante la ley. En otro art¨ªculo no se aclara la definici¨®n de lo que es un "grupo de Prensa", que a veces se valora en funci¨®n de los t¨ªtulos de su propiedad y en ocasiones es consecuencia del n¨²mero de electores. Esta confusi¨®n puede acarrear resultados inesperados a la hora de aplicar la ley.Tambi¨¦n dice el texto que todo diario o semanario debe tener un equipo de redacci¨®n, pero no explica si ese equipo estar¨¢, o no, compuesto por periodistas profesionales. Por fin, la oposici¨®n, como la mayor¨ªa de izquierda, se interroga a prop¨®sito de las reales atribuciones de la llamada "comisi¨®n para la transparencia y el pluralismo", qu¨¦ ser¨¢ de hecho la autoridad vigilante del cumplimiento de la ley.
Seg¨²n la normativa ad hoc puede creerse que, en lo sucesivo, para cerrar un peri¨®dico en Francia ser¨¢ necesaria una autorizaci¨®n previa de dicha comisi¨®n, lo que ser¨ªa contrario a la libertad, sin m¨¢s.
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