El PEN ratifica la moratoria nuclear al congelar la puesta en marcha de cinco centrales
La versi¨®n definitiva del nuevo Plan Energ¨¦tico Nacional (PEN) est¨¢ experimentando estos d¨ªas los ¨²ltimos retoques y viajar¨¢ a la comisi¨®n delegada del Gobierno antes de fin de a?o con el prop¨®sito de que otros ministerios introduzcan los cambios que se consideren necesarios. El texto que saldr¨¢ del Ministerio de Industria y Energ¨ªa, en el aspecto m¨¢s llamativo, ratifica la moratoria nuclear anunciada por su titular, Carlos Solchaga, el pasado octubre, ya que s¨®lo contempla el enchufe a la red de cuatro centrales m¨¢s, aparte de las seis que ya funcionan (las tres de la primera generaci¨®n m¨¢s los dos grupos de Almaraz y Asc¨® I). Esto significa que cinco grupos nucleares, que el documento no identifica, quedar¨¢n fuera de la perspectiva energ¨¦tica de aqu¨ª hasta 1992.
Fuentes fidedignas de la Administraci¨®n califican de intencionadas las versiones aparecidas en las ¨²ltimas semanas sobre una eventual reconsideraci¨®n por el Gobierno de lo que, ll¨¢mese como se llame, va a constituir una aut¨¦ntica moratoria del programa nuclear heredado de la anterior legislatura. Por el contrario, apuntan las fuentes, los planes anunciados por Solchaga se mantienen y, seg¨²n los estudios realizados a prop¨®sito de la elaboraci¨®n del PEN, vendr¨¢n marcados por la cifra de 7.500 megawatios como tope de la potencia instalada de origen nuclear que ser¨¢ necesaria de aqu¨ª a 1992.
Cofrentes y Ase¨® II, autorizadas
En el texto definitivo del PEN se insiste en los 7.500 megawatios de procedencia nuclear como potencia m¨¢xima a instalar y, dato esperado, se citan solamente las dos centrales en avanzado estado de construcci¨®n (Cofrentes y Asc¨® II, propiedad de Hidroel¨¦ctrica y Fecsa, respectivamente) que tienen garantizado a corto plazo su enchufe a la red. Cofrentes, seg¨²n el documento, entrar¨¢ en funcionamiento en los primeros meses de 1984, y Asc¨® II durante el curso del a?o siguiente. El dato novedoso es que el PEN menciona a otras dos centrales m¨¢s, aunque no las identifica, que podr¨¢n conectarse a la red antes de 1992, seg¨²n evolucione la demanda de energ¨ªa el¨¦ctrica.El aut¨¦ntico interrogante que deja abierto el PEN es la identificaci¨®n de estos dos grupos, que habr¨¢ que escoger de entre los siete que restan y que componen la denominada segunda generaci¨®n de centrales nucleares autorizadas.
Estos siete grupos, que tienen licencia de construcci¨®n definitiva, son los dos grupos de Lem¨®niz, los dos de Valdecaballeros, los dos de Trillo y Vandell¨®s II. De estos siete se descarta, en funci¨®n de que las obras de construcci¨®n ni siquiera han comenzado, las tres centrales que corresponden a los grupos segundos de las mencionadas, con excepci¨®n de Vandell¨®s II, que, en la pr¨¢ctica, es un grupo primero. Quedan, pues, en la duda para ocupar esas dos plazas los grupos uno de Trillo, Valdecaballeros y Lem¨®niz, as¨ª como Vandell¨¦s Il. Si a Lem¨®niz I se la descarta por razones que a algunos se les antojan obvias, permanece la inc¨®gnita sobre Trillo I, Valdecaballeros I y Vandell¨®s II, es decir, que la moratoria nuclear contemplada en la que parece ser la versi¨®n definitiva del PEN afectar¨¢, en realidad, tan s¨®lo a un grupo' nuclear de los tres que tienen posibilidades de ser aprovechados en un per¨ªodo apropiado de tiempo. Esto es as¨ª si se excluyen definitivamente los dos grupos de L¨¦moniz.
M¨¢s gas, ?pero de d¨®nde?
Otro cap¨ªtulo pol¨¦mico del nuevo PEN es el papel a desempe?ar por el gas natural dentro de la distribuci¨®n de las distintas fuentes energ¨¦ticas en la estructura de la energ¨ªa primaria. El PEN, en efecto, contempla un incremento hasta el 4,6% de la participaci¨®n del gas natural, aunque todo en funci¨®n del previsible acuerdo con Argelia. En este sentido, el documento no descarta la posibilidad de que el desarrollo de esta fuente energ¨¦tica en Espa?a, mediante la llegada de la red de gasoductos a puntos de gran consumo, como Madrid y la zona central, tenga que ser aplazado si no se materializa un acuerdo rentable con Argelia.Con todo, el incremento en la participaci¨®n del gas es bastante modesto, teniendo en cuenta que actualmente este hidrocarburo ya representa el 3% de la energ¨ªa primaria consumida. Un aumento de apenas punto y medio es considerado bastante realista por los defensores de otras fuentes energ¨¦ticas donde ya se han realizado fuertes inversiones.
Por ¨²ltimo, el PEN insiste en el ahorro y sustituci¨®n de algunos consumos, as¨ª como el mantenimiento del desarrollo del carb¨®n, algo ya esperado y anunciado en funci¨®n de las anteriores versiones conocidas del documento.
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