Andr¨¦s Gimeno super¨® a Manolo Santana en un duelo sentimental
Andr¨¦s Gimeno y Manolo Santana recordaron ayer sus viejos tiempos en la inauguraci¨®n del centro de tenis de la Federaci¨®n Espa?ola, en Barcelona. Gimeno, con 46 a?os, gan¨® a Santana, 45 a?os, en un corto y extra?o partido que finaliz¨® cuando a la televisi¨®n se le acab¨® el tiempo, con el resultado de 8-7 (7-4 en el tie-break). De todas formas, ambos pusieron los dientes largos a media Espa?a. Pasados los 45, levantan olas de envidia cuando corren para llegar a una bola. Y es que, con esa edad, corren, llegan y, adem¨¢s, golpean con fuerza.
Andr¨¦s Gimeno y Manolo Santana pertenecen a la misma generaci¨®n, pero no protagonizaron una enconada rivalidad. La elecci¨®n de Crimeno, que se pas¨® al campo profesional y jug¨® unos torneos donde el d¨®lar era lo m¨¢s importante, quebr¨® la posibilidad de que esa rivalidad existiese. Adem¨¢s, la profesionalidad de Gimeno le impidi¨® jugar las dos finales de lar Copa Davis que, con ¨¦l, quiz¨¢ hubiese ganado Espa?a. Gimeno eligi¨® el dinero; Santana, la gloria.Anoche, las nuevas instalaciones del centro de la Federaci¨®n Espa?ola entraron en un t¨²nel del tiempo que nos llev¨® a todos diez a?os atr¨¢s. Fue precisamente en 1973 cuando Santana y Gimeno dejaron el tenis activo. Santana con sus triunfos en Roland Garros (1961 y 1964), Wimbledon (1966) y Forest Hill (1965). Gimeno, con su solitario y tard¨ªo triunfo en Roland (iarros, en 1972 y con 35 a?os.
Santana y Gimeno han seguido una evoluci¨®n distinta desde su retirada, y anoche se not¨® en la pista de moqueta de la Zona Franca. En ella, y aderezado con la retransmisi¨®n televisiva, Gimeno y Santana brindaron un partido con m¨¢s fuego de fogueo que real. Ninguno de los dos quer¨ªa herir a su rival. Santana parec¨ªa m¨¢s entero y part¨ªa como favorito, por algo sigue jugando a¨²n en torneos para profesionales veteranos. Santana, adem¨¢s, siempre ha estado en primer plano. Ha sabido vender su imagen. Gimeno se lo toma con m¨¢s calma. Disfruta de los beneficios de un club que lleva su nombre.
Una vez comenzado el largo set ya se vio que Santana no ten¨ªa la superioridad prevista. Una incipiente barriga y unas carnes apretadas delataban la vida tranquila que desde su reciente boda disfruta Santana. Quiz¨¢ ha descuidado su forma f¨ªsica. El duelo, pues, se redujo al toque y al juego de mu?eca. Los golpes duros, los puntos de servicio y los smash fueron los menos numerosos. Hubo m¨¢s picard¨ªa que la que habitualmente brindan los j¨®venes en los torneos actuales, lo que permiti¨® gozar con matem¨¢ticos passing-shot y perfectas dejadas de ambos jugadores que, esa es la l¨¢stima, llegan con diez a?os de retraso y muy lejos de la m¨ªtica pista talism¨¢n.
El partido no fue emocionante, pero s¨ª bello. Gimeno y Santana no estaban nerviosos. Sab¨ªan que la conexi¨®n televisiva deb¨ªa durar una hora y el partido tambi¨¦n. Por eso, Gimeno desperdici¨® dos pelotas de partido estrell¨¢ndolas contra la red de forma harto sospechosa. Pero a nadie le import¨®. A las ocho en punto, el partido se aceler¨®. Hab¨ªa que acabar, porque Televisi¨®n Espa?ola manda. En el tie-break se vio lo que estaba cantado desde el principio: Gimeno anoche estaba en mejor forma que Santana. Gimeno gan¨® por 7-4. Fue una victoria diferente a aquella ocasi¨®n, a finales de los sesenta, cuando Santana se lesion¨® en Roland Garros, en el quinto set, en el ¨²nico partido importante de una, rivalidad que no existi¨®.
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