El Bar?a fue muy superior al Real Madrid
No fue ni emocionante. La superioridad del Barcelona en la primera parte sentenci¨® el espect¨¢culo. En la Liga de la igualdad, el Madrid acab¨® los primeros 20 minutos con tan s¨®lo 29 puntos a favor por 50 de su rival. Todo estaba decidido y la segunda parte sobr¨®. El Barcelona se relaj¨® y aunque los hombres de Lolo Sainz evitaron recibir una paliza, no daban sensaci¨®n de peligro. Si el Madrid hubiera cre¨ªdo en la posibilidad de dar la vuelta al marcador no hubiera jugado los ¨²ltimos 32 minutos con Velasco como base, mientras Corbal¨¢n se mantuvo sentado en el banquillo.La primera canasta fue un espejismo. Hern¨¢ndez Cabrera lanz¨® el bal¨®n al aire, ¨¦ste cay¨® en manos de Corbal¨¢n, su pase cruz¨® la pista y Jackson, que estaba colocado en su sitio, se levant¨® y anot¨®. Tres segundos de partido y 0-2 para los madridistas. Nunca m¨¢s fueron. delante en el marcador. De ah¨ª se pas¨® al 11 -4, al 24-15, al 36-17, al 48-23 y al 50-29 final de este per¨ªodo Las dos defensas eran al hombre, con tres emparejamientos similares: Soloz¨¢bal-Corbal¨¢n; Epi-Iturriaga; y Sibilio-Jackson. Los pivots cambiaban, porque cuando defend¨ªa el Barcelona Starks tomaba a Mart¨ªn y Davis a Robinson, mientras que cuando lo hac¨ªa el Madrid, los marcajes variaban.
Soloz¨¢bal estaba mejor que Corbal¨¢n. Iturriaga, s¨®lo pudo con Epi en los primeros 10 minutos, el tiempo que tard¨® el Super barcelonista en empezar su cuenta particular. Davis borr¨® a Robinson. Mart¨ªn se asust¨® ante Starks y se diluy¨® tras fallar sus primeros cuatro lanzamientos. Jackson y Sibilio estaban para sumar puntos, olvidando que deb¨ªan vigilarse.
La entrada de Romay por Mart¨ªn, a falta de cinco minutos y medio para el descanso, motiv¨® el cambio de marcaje en la defensa barcelonista igualando los emparejamientos del Madrid. A falta de dos minutos entr¨® Velasco, para evitar que la moral de Corbal¨¢n se hundiera m¨¢s.
El inicio del segundo per¨ªodo fue una muestra de lo que iba a pasar. Los visitantes estaban m¨¢s decididos que los locales, y atacaban con m¨¢s ah¨ªnco. El Barcelona todav¨ªa apretar¨ªa el acelerador hasta llegar al 70-47 a los 30 minutos, m¨¢xima diferencia del partido.
Fue entonces cuando se acab¨® la concentraci¨®n de los barcelonistas, que se dedicaron a hacer concesiones a los espectadores. Precisamente cuando m¨¢s sufr¨ªan los blancos para sumar alguna canasta y evitar los contraataques barcelonistas, alguno de los cuales levantaba al p¨²blico de sus asientos.
Hasta el final, el partido se convirti¨® en un continuo enceste de ambos equipos sin m¨¢s trascendencia.
El Madrid salv¨® su honor ganando el parcial de la segunda parte y evit¨® un tanteo de esc¨¢ndalo, pero dio una muestra muy endeble de su potencial. La direcci¨®n del partido, el dominio en los rebotes y el acierto en los lanzamientos fue barcelonista. El a?o concluye para los dos grandes rivales del baloncesto espa?ol con un saldo concluyente: han jugado cuatro veces y las cuatro con triunfo del Barcelona, al margen de la incomparecencia blanca en las semifinales de la primera Copa jugada en primavera.
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