Kim Philby
El mejor esp¨ªa del siglo XX cumple ma?ana 72 a?os
Harold Adrian Russell Philby, caballero de la Orden del Imperio Brit¨¢nico, cruz de la Orden del M¨¦rito Militar de Espa?a (concedida e impuesta por el propio Franco), ex jefe de los servicios de contraespionaje antisovi¨¦tico brit¨¢nicos, ex jefe de la oficina de enlace entre los Servicios Secretos Brit¨¢nicos y la CIA, y, en cierta medida, padre de la propia CIA, celebra ma?ana, 1 de enero, su 72? cumplea?os. La celebraci¨®n tiene lugar, naturalmente, en Mosc¨², donde vive desde hace 21 a?os, Kim Philby sigue acudiendo a¨²na diario a su puesto de trabajo en la plaza de Dzerzhinsky, sede del KGB, organizaci¨®n a la que ha servido con lealtad los ¨²ltimos 50 a?os. Por su nacimiento y educaci¨®n, Kim Philby pertenece a la flor y nata de la sociedad brit¨¢nica. Hijo de John Philby, uno de los personajes m¨¢s notables que dio el imperio brit¨¢nico en la primera mitad del siglo, Kim estudi¨® en el colegio de Westminster, junto a la abad¨ªa, y en el Trinity College, de Cambridge. Con ¨¦l estuvieron en la universidad, adem¨¢s de otros personajes limpios que hoy prefieren ocultar aquellos a?os, hombres como Anthony Blunt, ex esp¨ªa sovi¨¦tico y conservador de los tesoros art¨ªsticos de la Corona brit¨¢nica, fallecido el pasado marzo; Guy Burgess, tambi¨¦n esp¨ªa sovi¨¦tico, confidente de Churchill y diplom¨¢tico brit¨¢nico, fallecido en Mosc¨² hace bastantes a?os; Allan Nunn-May, el cient¨ªfico que proporcion¨® a los rusos las primeras muestras de uranio enriquecido, y Donald Mac Lean, el diplom¨¢tico brit¨¢nico que pas¨® a la URSS todo el plan at¨®mico norteamericano, tambi¨¦n fallecido el pasado a?o, en Mosc¨².
El primer trabajo que Kim desempe?¨® para sus superiores de Mosc¨² tuvo como escenario la Viena de Dolluss, hace ahora 50 a?os. Tras quemarse en Austria, Philby se dedic¨® a encubrir su imagen izquierdista con un apropiado ropaje nazifascista: edit¨® la revista de la Sociedad de Amistad Anglo-Alemana y viaj¨® a menudo a Berl¨ªn, acompa?ando a los lores que la presid¨ªan, logrando as¨ª excelentes contactos con los jerarcas del nazismo, al tiempo que manten¨ªa a sus superiores en Mosc¨² al tanto de las relaciones entre Londres y Berl¨ªn.
Guerra civil espa?ola
En 1937, Philby vino a Espa?a como corresponsal principal del peri¨®dico The Times, de Londres, en el bando de Franco. Precisamente ma?ana hace tambi¨¦n 26 a?os que Kim cay¨® herido en el frente de Teruel, por lo que Franco le condecor¨® personalmente. Al acabar la guerra de Espa?a, The Times nombr¨® a su m¨¢s prominente german¨®filo corresponsal en Berl¨ªn. Curiosamente, estos antecedentes no impidieron que, al estallar la Segunda guerra mundial, sus influyentes amigos reclutaran a Philby para los Servicios Secretos Brit¨¢nicos. Kim desempe?ar¨ªa dentro de ellos la jefatura de la secci¨®n ib¨¦rica, que englobaba, adem¨¢s, buena parte de Africa.Su brillante labor hizo que, poco antes de que acabara la contienda, se creara para ¨¦l una nueva secci¨®n. Se trataba de la famosa Secci¨®n IX, nada menos que la primera organizaci¨®n espec¨ªficamente antisovi¨¦tica creada en Occidente. ?Y se la eintregaron al mejor agente sovi¨¦tico en Occidente! La URSS pod¨ªa, respirar tranquila, como tambi¨¦n lo hizo cuando en el momento en que se iba a crear la CIA, los americanos quisieran que el maestro ingl¨¦s les echara una mano.
Corr¨ªa el a?o 1949 y Philby iba a ser nombrado subjefe del M16 o Servicio de Inteligencia Brit¨¢nico, cuando desde Washington se anunci¨® la creaci¨®n de la CIA, con los recelos del FBI, tan s¨®lo unos pocos hombres, y ¨¦stos sin ninguna experiencia. De ah¨ª que se enviara a Washington a Kim, el hombre m¨¢s experimentado que hab¨ªa en el mundo del espionaje contra la URSS. Philby fue recibido en Estados Unidos con los brazos abiertos, se reun¨ªa a diario con el jefe de la CIA y participaba en todas sus actividades. Desde all¨ª organiz¨® algunas de sus operaciones m¨¢s brillantes, como la invasi¨®n de Alban¨ªa o la infiltraci¨®n de Ucrania, que costaron a la CIA centenares de v¨ªctimas. All¨ª coordin¨® red de espionaje at¨®mico que permiti¨® a los sovi¨¦ticos construir r¨¢pidamente sus primeras bombas. Y desde all¨ª avis¨® tambi¨¦n a Burgess y Mac Lean para que escaparan a Mosc¨² el d¨ªa antes de su interrogatorio por la polic¨ªa.
Todos ¨¦xitos fueron suficientes para que los americanos sospecharan de Philby, pidiendo a Londres autorizaci¨®n para interrogarle, a lo que los ingleses se negaron en redondo, rescatando a Kim de Washington y exculp¨¢ndolo p¨²blicamente en una investigaci¨®n parlamentaria. Philby sigui¨® desde entonces trabajando para los Servicios Secretos Brit¨¢nicos, hasta que en 1963, abrumado ya por las pruebas de su culpabilidad que aportaban los norteamericanos, decidi¨® huir ¨¦l tambi¨¦n a Mosc¨². Desde entonces es, ya al descubierto, uno de los m¨¢s importantes funcionarios del KGB.
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