Estado de excepci¨®n y toque de queda en Tunicia tras los disturbios en los que han muerto al menos 20 personas
El estado de excepci¨®n y el toque de queda fueron decretados ayer en todo el territorio tunecino por el presidente Habib Burguiba, al extenderse a a la capital los graves disturbios iniciados en el sur de Tunicia el pasado jueves como protesta por la subida del precio del pan y que han causado, seg¨²n se?ala la agencia France Presse desde T¨²nez, citando fuentes oficiosas, al menos 20 muertos y decenas de heridos.
El Ej¨¦rcito ha tomado posiciones en los puntos neur¨¢lgicos de la capital, y el Ministerio del Interior ha lanzado un llamamiento a la poblaci¨®n para que mantenga la calma, informa la agencia Reuter. El toque de queda tendr¨¢ vigor desde el anochecer hasta el amanecer, y en el decreto presidencial se prohibe la reuni¨®n en la v¨ªa p¨²blica de m¨¢s de tres personas.Seg¨²n informa Efe, una nube de humo procedente de coches y tiendas incendiados por manifestantes invadi¨® ayer la capital tunecina, mientras los transportes p¨²blicos quedaron suspendidos y el tr¨¢fico era casi inexistente.
El precio del pan, duplicado por el Gobierno tunecino desde el d¨ªa 1 de enero, es el origen de los conflictos que mantienen las provincias del sur del pa¨ªs, en pr¨¢ctica revuelta, que desde ayer se hizo extensiva a la capital, T¨²nez.
Como hab¨ªa sido anticipado desde que el pasado mes de octubre el Gobierno que preside el primer ministro Mohamed Mzali anunciara su intenci¨®n de eliminar las subvenciones a los productos cerealeros, las manifestaciones de protesta, las revueltas, y los enfrentamientos de los manifestantes con la Guardia Nacional y la polic¨ªa, iniciados desde el s¨¢bado pasado en el sur del pa¨ªs, m¨¢s pobre y abandonado, llegaron ayer a la capital, informa Domingo del Pino desde Rabat.
Numerosos barrios de T¨²nez fueron ayer escenario de choques violentos, iniciados por los estudiantes de las facultades universitarias y colegios, pero con una constante y creciente participaci¨®n de trabajadores y parados. La polic¨ªa intervino en numerosos casos con gases lacrim¨®genos, mientras que los estudiantes apedreaban las vitrinas de los comercios, autobuses p¨²blicos y autom¨®viles privados.
La mayor parte de los comerciantes de T¨²nez cerraron las puertas de sus establecimientos por temor a los disturbios y a que se reproduzca en la capital el pillaje de comercios que tuvo lugar en varias ciudades del sur.
Cerradas las carreteras
Los disturbios fueron particularmente violentos en las ciudades de Thilisi, Gafsa y Gabes. En Gafsa el toque de queda se anticip¨® al decreto presidencial que lo hac¨ªa extensivo a todo el pa¨ªs, y Gabes est¨¢ pr¨¢cticamente paralizado por las manifestaciones. Todas las carreteras que unen Sfax, a 200 kil¨®metros al sur de T¨²nez, con el sur del pa¨ªs est¨¢n cerradas a la circulaci¨®n, y la Guardia Nacional y la polic¨ªa han reforzado considerablemente sus efectivos en casi todas las provincias suse?as,Ayer por la tarde, al igual que el lunes, sindicatos y Gobierno intentaban encontrar una soluci¨®n sobre la base del aumento del salario m¨ªnimo solicitada por los sindicatos en una cuant¨ªa suficiente para compensar el aumento del precio del pan y de los otros productos derivados de los cereales y art¨ªculos de primera necesidad afectados.
El precio del pan, que se manten¨ªa inalterado y, por tanto, subvencionado en Tunicia desde 1970, ha sido siempre considerado como una especie, de prueba para todos los Gobiernos. Ninguno se atrevi¨® a aumentarlo hasta ahora, y la mayor¨ªa de los especialistas considera hoy d¨ªa que el primer ministro Mohamed Mzali,ha asumido un riesgo considerable con su decisi¨®n.
El pan es, en efecto, todo un s¨ªmbolo en Tunicia, fundamentalmente para las poblaciones del sur agr¨ªcola y tur¨ªstico, y en donde a consecuencia de la crisis y de la disminuci¨®n de la producci¨®n agr¨ªcola, es, para un sinn¨²mero de familias pobres, el alimento b¨¢sico. Son las noticias de la situaci¨®n en el sur las m¨¢s dif¨ªciles de recopilar, precisamente porque, dado su car¨¢cter tur¨ªstico, las autoridades intentan minimizarlas o bien ocultarlas para no perjudicar esa importante fuente de ingresos que es el turismo.
El problema ahora generado con el aumento del precio del pan, que se produce ahora en Tunicia como en la mayor¨ªa de los. pa¨ªses subdesarrollados, se debe a la decisi¨®n del Gobierno de eliminar las subvenciones en un af¨¢n de saneamiento de la econom¨ªa y de acercar los precios a los costos.
El tunecino consume el pan m¨¢s barato de toda ?frica. La barra de pan de 300 gramos cuesta aproximadamente lo que dos cigarrillos de fabricaci¨®n local. En opini¨®n del Gobierno, ese bajo precio del pan no s¨®lo estimula su consumo, sino el despilfarro de los cereales. Los bajos rendin¨²entos agr¨ªcolas de los ¨²ltirnos a?os han obligado adicionalmente al Gobierno a importar cada vez m¨¢s cereales (450.000 toneladas en 1982 y 520.000 en 1983), que a su vez han aumentado considerablemente de precio en el mercado internacional.
El aumento del salario m¨ªnimo que proponen y reclaman los sindicatos tunecinos, si bien puede provisionalmene contribuir a apaciguar los ¨¢nimos, originar¨¢ a la larga nuevos problemas al repercutir sobre los costos de las empresas y, en consecuencia, al iniciar una espiral de aumentos de salarios seguidos de aumentos de precios, que puede poner en peligro la estabilidad tan tenazmente mantenida por el primer ministro Mohamed Mzali en una coyuntura particulamente cr¨ªtica de Tunicia.
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