El drama de la 'guerra sucia' deja en segundo plano la lucha contra la crisis en Argentina
El Gobierno radical argentino est¨¢ ocup¨¢ndose de la extremadamente grave situaci¨®n social. As¨ª, el Gabinete de Ra¨²l Alfons¨ªn envi¨® ayer al Congreso un proyecto de ley estableciendo el salario m¨ªnimo vital m¨®vil que alivie la situaci¨®n de tantas familias destruidas econ¨®micamente por la hiperinflaci¨®n. Pero los problemas de la econom¨ªa, claves para la estabilidad de la democracia reci¨¦n recuperada, quedan en un forzoso segundo plano ante el drama de los a?os de la guerra sucia que ahora se empieza a rememorar.
El profesor Alfredo Galletti, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional, miembro prominente de la comisi¨®n de derechos humanos del Partido Intransigente, se tir¨® el lunes a la calle desde el balc¨®n de su casa, en un sexto piso. Sus amigos y allegados estiman que: se encontraba desquiciado ante el relato que ahora comienza a hacerse -t¨ªmidamente- de las atrocidades cometidas y ante el espect¨¢culo de ver y escuchar por televisi¨®n a los asesinos y torturadores, como el general Ram¨®n Camps, justificando aun en libertad aquellos cr¨ªmenes. Galletti ten¨ªa una hija desaparecida desde hace siete a?os, su otro hijo, exiliado a¨²n en M¨¦xico, y ¨¦l mismo hab¨ªa sufrido humillaciones y malos tratos durante el "proceso de reorganizaci¨®n nacional".Ante las exhumaciones que se est¨¢n llevando a cabo en los cementerios bonaerenses de cad¨¢veres con las manos amputadas, suboficiales en activo durante el proceso afirman que las manos se cercenaban en vida a los detenidos como ¨²ltima forma de tortura. Los militares que ahora hacen estas revelaciones estiman como una tonter¨ªa la tesis de que los esqueletos amputados se exhuman as¨ª en un intento de impedir su identificaci¨®n necrodactilosc¨®pica; nadie esperaba que los desenterraran en 100 a?os.
El carnicero de Buenos Aires, el general Camps, ha regresado de sus vacaciones en Uruguay y ha comparecido ante el juez que le investiga por la desaparici¨®n de un ciudadano. Seg¨²n el abogado querellante, revel¨® ante el juez la existencia de tribunales militares secretos que entre 1976 y 1978 impusieron pena de muerte a los detenidos. Tras declarar, ha vuelto a su casa y a su mesa de despacho rebosante de armas.
El almirante Massera ha recibido autorizaci¨®n de la justicia civil para comparecer ante el Consejo Supremo de Justicia Militar (que le comunicar¨¢ su nuevo procesamiento), y los ocho restantes altos jefes de las tres primeras juntas militares han designado ya sus abogados. Este consejo supremo de las fuerzas armadas ya ha perdido su capacidad de qu¨®rum al retirarse del mismo generales, brigadieres y almirantes que sirvieron hasta como ministros de Justicia a algunos de los ex presidentes que ahora han de juzgar.
Las Madres de la Plaza de Mayo se manifiestan desde hace dos d¨ªas ante el Congreso en repudio del enjuiciamiento militar de los asesinos pese al proyecto de ley que har¨¢ apelable la sentencia ante la jurisdicci¨®n civil. Ernesto S¨¢bato, que preside la Comisi¨®n Nacional de Desapariciones de Personas, creada por Ra¨²l Alfons¨ªn, declara su inter¨¦s especial por el tema de los ni?os que desaparecieron. El actual subsecretario de Educaci¨®n relata c¨®mo le aplicaron la picana de grupo: "Rueda de presos encapuchados y desnudos cada uno con una picana en la mano obligados a clavarla en la carne de quien ten¨ªa delante". Tras la tortura, el general Camps le asegur¨® que si revelaba algo aparecer¨ªa "suicidado" en su celda.
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