Los militares involucionistas argentinos consideran una traici¨®n el acuerdo sobre Beagle

Veinticuatro horas antes de la firma en el Vaticano del compromiso de paz por el canal del Beagle entre Argentina y Chile, el canciller Dante Caputo dirigi¨® un mensaje radiotelevisado a sus conciudadanos. Afirm¨® que Argentina s¨®lo ten¨ªa tres opciones: la firma de este compromiso; la congelaci¨®n de las negociaciones, que a largo plazo lesionar¨ªan los intereses argentinos, y una soluci¨®n militar, a la que el Gobierno radical renuncia expresa, firme y tajantemente. La poblaci¨®n ha recibido con tranquilidad este acuerdo, que s¨®lo provoca repulsa en los medios m¨¢s caracterizados de la reacci¨®n militar.El pueblo argentino, perdido en sus propios y graves problemas jur¨ªdicos y morales, ha acogido el compromiso con apacibilidad. La vieja inquina territorial argentino- chilena, alimentada por el militarismo de las dos vertientes de la cordillera, ha perdido fuerza ante los dramas internos que vive cada pueblo. No obstante, el general retirado Luciano Benjam¨ªn Men¨¦ndez (t¨ªo del general que rindi¨® las Malvinas) afirm¨® recientemente que las tres islas australes en litigio deb¨ªan haber sido ocupadas por la fuerza. "Como las Malvinas", se le replic¨®.

Para el almirante retirado Isaac Rojas, ex vicepresidente provisional de la naci¨®n, el acuerdo vaticano es una traici¨®n a la patria, y es obvio que en los cuarteles la proximidad de una paz con Chile mediante renuncia a la soberan¨ªa de las tres islitas del Beagle no ser¨¢ bien recibida. La bestia parda del patrioterismo argentino no es el Reino Unido (al que admiran), sino Chile (al que desprecian), y los juegos de la guerra mejor elaborados por el ej¨¦rcito de tierra y la aviaci¨®n siempre estuvieron destinados a partir a Chile en dos a la altura de Santiago, forzando los pasos de la cordillera con un coste argentino estimado en 50.000 bajas.

La clase pol¨ªtica, los intelectuales, los estudiosos del problema, han recibido gratamente la noticia del compromiso de paz. Saben bien que las tres islas en litigio nunca fueron argentinas y que en toda esta teor¨ªa de desprop¨®sitos heredados de la inexacta delimitaci¨®n colonial espa?ola hay que poner una pizca de sentido com¨²n.

En tres meses, seg¨²n fuentes radicales, Chile y Argentina firmar¨¢n un tratado de delimitaci¨®n aceptable para ambas partes y favorecido por la tecnolog¨ªa espacial, que estima que la plataforma continental de las tres islas carece de petr¨®leo.