La purga de Gazi, ex ministro del Interior de Croacia, abre una polemica sobre la corrupci¨®n
La reciente expulsi¨®n de PavIe Gazi del Comit¨¦ Central de los comunistas croatas, tras haber sido cesado en septiembre de su cargo de ministro del Interior de Croa cia, uno de los seis Estados de la federaci¨®n yugoslava, va camino de convertirse en el mayor esc¨¢ndalo pol¨ªtico desde que, en 1966, fuera cesado por Josip Broz Tito el entonces vicepresidente de la Rep¨²blica y hombre fuerte de los ser vicios de Seguridad, Alexandar Rankovich.Atando los escasos cabos que a la Prensa se le escapan, la opini¨®n p¨²blica yugoslava est¨¢ tejiendo fant¨¢sticos rumores sobre corrupci¨®n y malversaciones, acusaciones que habr¨ªan sido lanzadas por el hoy expulsado con cajas destempladas.La dimisi¨®n de Gazi se present¨® en septiembre como "debida a motivos de salud", evidentemente pol¨ªtica.
PavIe Gazi es el hombre que cuando estaba en buena forma pol¨ªtica declar¨® que "muchos directores de empresa tendr¨ªan que cambiar su sof¨¢ de direcci¨®n por el banquillo de los acusados". La opini¨®n p¨²blica yugoslava suele recibir bien estos ataques, ante una crisis que se ha llevado ya el 40% del nivel de vida que el yugoslavo hab¨ªa alcanzado en 1980, a?o, de la muerte de Tito.
En sus tiempos de primer polic¨ªa de Croacia, PavIe Gazi tuvo que lidiar con esc¨¢ndalos delicados, como el de uno de los directores de la mayor empresa yugoslava, la INA de petr¨®leos, que se pas¨® a las filas de los separatistas croatas refugiados en Alemania, con secretos y caudales, seg¨²n las autoridades. Una bala profesionalmente disparada acab¨® con su vida en su refugio germano. Se coment¨® que se trat¨® de un ajuste de cuentas entre fracciones ustachis rivales, incapaz de interrumpir las vacaciones del ministro alem¨¢n del Interior, que por entonces cazaba osos en Yugoslavia. El Comit¨¦ Central croata se ha limitado a decirle a Croacia y a Yugoslavia que PavIe Gazi utiliz¨® su puesto para intrigar contra dirigentes, fuera de los cauces establecidos en los reglamentos pol¨ªticos yugoslavos. Cosas inveros¨ªmiles salieron a relucir en el esc¨¢ndalo federal de 1966, cuando se dijo que el hombre de los servicios secretos le hab¨ªa puesto a Tito un micr¨®fono en la pata de la cama. La opini¨®n p¨²blica yugoslava adivina detalles similares en este caso.
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