Nabih Berri: "Que el ¨²ltimo soldado israel¨ª abandone L¨ªbano antes de que Madrid establezca relaciones con Tel Aviv"
Nabih Berri, el abogado de 46 a?os que dirige el poderoso movimiento pol¨ªtico-militar Amal (Esperanza), con el que se identifica la comunidad m¨¢s numerosa de L¨ªbano, la de los musulmanes chiitas, se confiesa, en una entrevista concedida a EL PA?S, "poco optimista" sobre el futuro y asegura que si, como se rumorea insistentemente, el Ej¨¦rcito regular liban¨¦s intenta en los pr¨®ximos d¨ªas tomar la inmensa periferia meridional de Beirut, "destruir¨¢ lo que a¨²n queda de L¨ªbano, la poca unidad que nos queda". Berri, heredero pol¨ªtico del c¨¦lebre im¨¢n Mussa Sadr, misteriosamente desaparecido en 1978 durante un viaje, en Libia, solicita una vez m¨¢s la retirada de Beirut de la fuerza multinacional -integrada por tropas norteamericanas, francesas, italianas y brit¨¢nicas-, al tiempo que pide al Gobierno espa?ol que no establezca relaciones diplom¨¢ticas con Israel antes de que, por lo menos, las fuerzas airmadas deTel Aviv hayan evacuado todo el sur de L¨ªbano, actualmente ocupado.
Pregunta. ?Teme usted un ataque del Ej¨¦rcito regular contra el reducto de Amal, esos populosos barrios chiitas de las afueras del sur de la capital, que el Estado no controla?Respuesta. Si el Ej¨¦rcito liban¨¦s intenta invadir esos barrios, destruir¨¢ lo que queda de L¨ªbano, la poca unidad que nos queda. Porque en estos barrios nosotros, los chiitas, estarnos apegados a la unidad de L¨ªbano, y all¨ª vive nada menos que la cuarta parte de la poblaci¨®n del pa¨ªs, unas 800.000 personas, en gran. parte refugiados originarios del sur, ocupado por Israel, o de zonas del este de Beirut, dominadas por las fuerzas libanesas (milicias cristianas).
P. Tanto la Prensa como c¨ªrculos oficiales sostienen, sin embargo, que el sur de Beirut sirve de base y refugio para grupos terroristas.
R. Son argumentos poco serios, y aquellos que formulan estas acusaciones nunca han podido aportar ni una sola prueba. Cuando el 17 de abril del a?o pasado fue volada la Embajada de Estados Unidos en Beirut, los Ej¨¦rcitos liban¨¦s e israel¨ª controlaban el sur de la ciudad, y a¨²n as¨ª y todo se produjo el atentado. Adem¨¢s, ?c¨®mo podr¨ªan gentes cercanas a nosotros asesinar. al rector de la universidad americana de Beirut, Malcolm Kerr, un hombre que impidi¨® que la tropas israel¨ªes entrasen en el recinto universitario?
P. ?Qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de la organizaci¨®n Jihad Isl¨¢mica (Guerra Santa Isl¨¢mica), que ha reivindicado aqu¨ª todas las acciones violentas?
R. Jihad Isl¨¢mica no existe como tal. Es un invento para desacreditarnos, para que la culpa de la violencia destructora recaiga sobre los musulmanes, concretamente sobre los chiitas. Si existiese un grupo isl¨¢mico de estas caracter¨ªsticas lo sabr¨ªa.
P. ?Cree usted que el plan de seguridad que deber¨ªa separar a las facciones rivales y ampliar las zonas bajo control de las fuerzas armadas va a ser finalmente aprobado por todos los beligerantes tras la ¨²ltima concesi¨®n del Gobierno, que permite a los oficiales drusos que desertaron reintegrarse al Ej¨¦rcito?
R. No soy nada optimista al respecto. En el fondo, la cuesti¨®n de los militares drusos es secundaria. Lo que de verdad nos interesa es transformar al Ej¨¦rcito liban¨¦s para que deje de estar a las ¨®rdenes de una comunidad y se ponga al servicio de toda la naci¨®n. Siempre he luchado porque el Ej¨¦rcito liban¨¦s est¨¦ por encima de las diversas confesiones.
P. ?Tiene usted divergencias a prop¨®sito del plan de seguridad y de la conducta a seguir ante el poder con sus aliados de la oposici¨®n y exige, como el l¨ªder druso, Walid Jumblat, la dimisi¨®n del presidente Gemayel?
R. No discrepamos en nada, y por eso hemos firmado un texto conjunto hace dos semanas, en Damasco, aunque, eso s¨ª, yo no pido la dimisi¨®n de Gemayel, a pesar de que lamente que hasta ahora s¨®lo haya sido el presidente de una franja de los libaneses (los cristianos).
P. ?Cu¨¢les son las aspiraciones de la comunidad chiita?
R. Ser liban¨¦ses en pie de igualdad con los dem¨¢s libaneses. Dejar de ser ciudadanos de segunda clase o incluso de tercera y cuarta. Para esto s¨®lo hay una soluci¨®n: suprimir el confesionalismo; laicizar el pa¨ªs otorgando cargos y responsabilidades sobre criterios de competencia y formaci¨®n y no de religi¨®n. F¨ªjese que la abolici¨®n del reparto confesional del poder seguir¨¢ beneficiando a los cristianos, porque es en su comunidad donde se encuentra el mayor numero de universitarios, que seguir¨¢n ocupando puestos clave. Pero estamos dispuestos a aceptarlo. Es la condici¨®n indispensable para crear una aut¨¦ntica naci¨®n
P. Algunos grupos chiitas asentados en la regi¨®n de Baalbek, controlada por el Ej¨¦rcito sirio, reivindican, sin embargo, la instauraci¨®n de una rep¨²blica isl¨¢rnica de corte iran¨ª en L¨ªbano.
R. Son peque?os y carecen de influencia, aunque su aparato propagand¨ªstico est¨¢ muy desarrollado. Pregunte en Baalbek a la gente cu¨¢l es la audiencia de estos movimientos y comprender¨¢ hasta qu¨¦ punto son marginales. L¨ªbano es un pa¨ªs para todos los ?iban eses, y nosotros s¨®lo somos la principal minor¨ªa, entre un 35% y un 40% de la poblaci¨®n. No podemos ni queremos imponer ese tipo de r¨¦gimen, y los dem¨¢s musulmanes tampoco nos seguir¨ªan en esta aventura.
P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ en el sur de L¨ªbano, mayoritariamente chiita, cuando se produzca un nuevo repliegue israel¨ª? ?Se reactivar¨¢ la guerra civil, como ocurri¨® tras la retirada israel¨ª, en septiembre, de las monta?as del Chuf?
R. En el sur, cristianos y musulmanes han vivido en paz durante siglos, y todos luchan ahora un¨¢nimemente contra el ocupante, que, como lo hizo en el Chuf, ha alentado a las fuerzas libanesas a instalarse en la regi¨®n para intentar as¨ª sembrar la discordia entre comunidades. Para defenderse de las eventuales exacciones de la milicia cristiana, algunos chiitas formaron recientemente grupos armados, que he conseguido disolver, y uno de sus jefes, Abu Sateh, reconoci¨® p¨²blicamente en Beirut que hab¨ªa ca¨ªdo en la trampa tendida por los israel¨ªes. Mil veces he pedido, en vano, a las fuerzas libanesas que se marchen de una regi¨®n donde la vida de los cristianos no corre ning¨²n riesgo. Temo que si los israel¨ªes evacuan parcialmente el sur, una peque?a provocaci¨®n por parte de un miliciano nos haga caer en el engranaje de la violencia y de las matanzas confesionales. Cr¨¦ame, quiero evitarlo a toda costa.
P. ?Sigue usted ahora pidiendo la retirada de Beirut de la fuerza multinacional?
R. La fuerza multinacional vino aqu¨ª hace a?o y medio, con el acuerdo de todas las partes implicadas en el conflicto, como fuerza de pacificaci¨®n, pero desde entonces algunos de sus integrantes, los norteamericanos y los franceses, se han desviado de su misi¨®n inicial para inmiscuirse en los asuntos internos libaneses, luchando, un bando contra otro. Han tr aicionado nuestra eonfianza, y por eso es necesario que se vayan todos. Esto no significa que coloquemos en pie de igualdad a los cuatro contingentes que la componen. No tenemos nada que reprochar a los brit¨¢nicos, y a¨²n menos a los italianos, que han realizado una estupenda labor humanitaria, pero se trata de un proyecto conjunto llevado a cabo por cuatro pa¨ªses, y carecer¨ªa de sentido exigir la retirada de s¨®lo la mitad de la fuerza multinacional. Proponemos su sustituci¨®n por tropas de las Naciones Unidas.
P. ?Los iran¨ªes asentados en los alrededores de Baalbek no se inmiscuyen tambi¨¦n, como la fuerza multinacional, en los asuntos internos libaneses?
R. En absoluto. Aunque al principio su cometido consisti¨® en combatir al invasor israel¨ª en la llanura de la Bekaa, ahora su misi¨®n. es meramente espiritual y teol¨®gica. Imparten clases de religi¨®n, y ni siquiera circulan arrnados. Adem¨¢s, s¨®lo hay entre 400 y 500 iran¨ªes en esa regi¨®n.
P. ?Qu¨¦ sentimiento le'inspirar¨ªa un eventual establecimiento de relaciones diplom¨¢ticas entre Madrid y Tel-Aviv y qu¨¦ represalias ¨¢rabes deber¨ªan esperarse en Espa?a?
R. Si Espa?a no ha mantenido relaciones con Israel hasta el 6 de junio de 1982, ?porqu¨¦ debe establecerlas despu¨¦s de esa fecha, que marca el inicio de una nueva agresi¨®n israel¨ª, con la conquista de un nuevo territorio ¨¢rabe, en el sur de L¨ªbano? Si el Gobierno espa?ol est¨¢, no obstante, decidido a tomar esa iniciativa diplom¨¢tica, yo le pedir¨ªa que ponga, por lo menos, una condici¨®n previa antes de dar el paso: que el ¨²ltimo soldado israel¨ª haya marchado de L¨ªbano antes de que se establezcan las relaciones hispano-israel¨ªes. Nos liar¨¢ as¨ª un gran favor. Pero no ereo que sea de inter¨¦s para Espa?a, un pa¨ªs amigo y apreciado por los ¨¢rabes, abrir una Embajada en Tel-Aviv. Espa?a tiene mucho que perder, porque sus relaciones comerciales con el mundo ¨¢rabe resultar¨ªan da?adas durante mucho tiempo.
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