El vicepresidente brasile?o, Aureliano Chaves, se suma a la disputa por suceder a Figueiredo
La ¨²ltima jugada en el intrincado juego pol¨ªtico brasile?o empez¨® el viernes de la semana pasada en Minas Gerais y termin¨® ayer en Brasilia. Fue un largo fin de semana, que concluy¨® con el bautismo oficial del vicepresidente Aureliano Chaves, que ahora puede usar legalmente el calificativo de candidato. Con eso se cierra el primer cap¨ªtulo de lo que promete ser una muy agitada disputa dentro del poder por el derecho de suceder al general Jo?o Batista Figueiredo en la presidencia del pa¨ªs.
Son tres los hombres que tienen de hoy al 15 de septiembre para fortalecer sus candidaturas. Ellos ir¨¢n a presentarse a la convenci¨®n del gubernamental Partido Democr¨¢tico Social (PDS), para disputar el derecho de ser candidatos el 15 de enero del a?o que viene en el colegio electoral que decidir¨¢, en nombre de 130 millones de brasile?os, el sucesor del actual presidente. Eso, si de aqu¨ª a septiembre no surge ning¨²n cambio dr¨¢stico en la situaci¨®n del Brasil. No se puede olvidar que hay una clamorosa campa?a en las calles exigiendo el retorno de las elecciones directas -es decir, el voto popular- para nombrar el sucesor del actual presidente.Sin embargo, considerando que la Constituci¨®n creada por los militares en 1967 reserva al poder central el derecho de decidir el heredero de la presidencia, a trav¨¦s de un colegio electoral creado exactamente para impedir sorpresas, los hombres del sistema hacen como si no quisieran ver ni o¨ªr lo que se dice y se pide en las calles.
Los tres aspirantes
El primer nombre es el de Paulo Salin Maluf, diputado, ex gobernador de S?o Paulo, y sobre todo un muy h¨¢bil y poderos¨ªsimo empresario, un cl¨¢sico producto del sistema creado por el golpe militar de 1964. Es el m¨¢s activo de los candidatos y gasta fortunas incalculables en su campa?a. Parece capaz de hacer milagros, como estar por la ma?ana en el Noreste, llegar al mediod¨ªa a S?o Paulo nada m¨¢s que para hacer un adem¨¢n al presidente Figueiredo, y volver al mismo Noreste para una reuni¨®n al final de la tarde. Eso es como volar de Suecia a Lisboa tres veces en el mismo d¨ªa. Conservador a ultranza, su gran dinamismo no logr¨® borrar la profunda desconfianza que inspira a la mayor¨ªa del electorado. Es una especie de campe¨®n en la distribuci¨®n de favores, promesas y peque?os regalos. Es el favorito.El segundo nombre, que corre muy cercano a Maluf, es el coronel retirado Mario Andreazza, actual ministro del Interior. Su campa?a es agresiva, pese a no ser un hombre cuyos pronunciamientos puedan ser calificados de brillantes. Tiene un gran poder: los presupuestos de su ministerio. La semana pasada, por ejemplo, logr¨® importantes respaldos en el Noreste, despu¨¦s de distribuir cerca de 70 millones de d¨®lares (unos 11.000 millones de pesetas) para obras p¨²blicas. Su gran clientela est¨¢ en los Estados m¨¢s castigados por la sequ¨ªa.
La situaci¨®n del vicepresidente Aureliano Chaves ya es m¨¢s compleja. Tard¨® demasiado en oficializar su candidatura. Sus palabras fueron hasta ahora mucho m¨¢s discretas que las de sus adversarios. Sin embargo, logr¨® reunir alrededor de su candidatura algunos nombres de peso. Su gran baza fue haber logrado una carta de respaldo firmada por el ex presidente Ernesto Geisel. Con eso logr¨® apoyo paralelo de ex ministros, ex gobernadores y ex alcaldes.
El 11 de abril, el Congreso Nacional votar¨¢ la propuesta de cambio constitucional que devolver¨ªa a la v¨ªa directa el sistema de elecci¨®n presidencial. Hay grandes presiones en el ¨¢rea militar para que esa propuesta no sea aprobada.
Maluf y Andreazza igualmente movilizan todas sus bater¨ªas en contra del proyecto: saben que en las urnas no tendr¨ªan oportunidad. M¨¢s h¨¢bil, en su primer discurso como candidato oficial, Aureliano Chaves prometi¨® restaurar el sistema de sufragio universal.
La pr¨®xima etapa del partido del Gobierno se decide de aqu¨ª al 11 de abril. En caso de que la reforma constitucional no sea aprobada, habr¨¢ que esperar para ver cu¨¢l de los tres tendr¨¢ la misi¨®n de administrar la crisis brasile?a a partir del a?o que viene.
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