Las tres centrales italianas renuncian a la unidad sindical
![Juan Arias](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F5a86bcd5-e5fc-49ab-b292-f3043b0fbfd4.png?auth=2d48be4f56908c68f3c88d7da3c4bd83b9078e68267346b6bac73e371847252d&width=100&height=100&smart=true)
Las ¨²ltimas horas han agravado a¨²n m¨¢s, si cabe, el drama que est¨¢ viviendo el sindicalismo italiano. Despu¨¦s de otra jornada entera de debate de las secretar¨ªas de los tres gremios, CGIL, CISL y UIL, a las 7.30 de la tarde del martes pasado los tres secretarios generales anunciaron que el acuerdo era imposible. Y ayer en Mil¨¢n, por primera vez despu¨¦s de 12 a?os de unidad sindical, los trabajadores salieron a la calle durante una huelga general sin las banderas unitarias y en pol¨¦mica entre las diversas centrales. La huelga hab¨ªa sido convocada por el sindicato CGIL, de mayor¨ªa comunista. Se adhiri¨® a ella, aunque sin demasiadas ganas, la CISL, democristiana, y se opuso rotundamente la UIL, el sindicato socialista.Igualmente, por primera vez en 12 a?os, las consultas en las f¨¢bricas para debatir el posible acuerdo de un nuevo pacto social ser¨¢n hechas por cada una de las tres centrales CGIL, CISL y UIL.
Y ahora, por primera vez, a grandes t¨ªtulos, toda la Prensa habla por primera vez sin medias palabras de la "ruptura" de los sindicatos italianos. Los tres secretarios generales, Lama, Carniti y Benvenuto, est¨¢n haciendo a¨²n esfuerzos sobrehumanos para mantener encendida la ¨²ltima mecha despu¨¦s del incendio que les ha estallado entre las manos, pero ni ellos mismos albergan demasiadas esperanzas de que pueda seguir en pie una federaci¨®n unitaria.
El Gobierno italiano estaba los d¨ªas pasados ya a punto de firmar con sindicalistas y empresarios un nuevo pacto antiinflacionista, que supone una reestructuraci¨®n de los problemas del coste del trabajo, del bloqueo de precios y de la ocupaci¨®n. Incluso el sindicato Uni¨®n Italiana de Trabajadores (UIL), de mayor¨ªa socialista y minor¨ªa republicana, socialdem¨®crata y liberal, hab¨ªa invitado a un grupo de periodistas extranjeros para brindar ante el acontecimiento.
Para el Gobierno de Bettino Craxi, el primero con presidencia socialista de la Rep¨²blica, significaba un buen tanto a favor precisamente en el momento en que los primeros nubarrones empezaban a cernirse sobre su Gabinete a los s¨®lo siete meses de vida.
Pero, de repente, todo se paraliz¨® por los problemas pol¨ªticos internos que est¨¢ viviendo el sindicalismo italiano. Precisamente cuando estaban en pleno debate las negociaciones entre Gobierno y sindicatos llegaron, como una bomba, las declaraciones hechas por el secretario general de UIL, Giorgio Benvenuto, a EL PA?S, en, las que afirmaba que la unidad sindical a nivel de confederaci¨®n se pod¨ªa considerar "muerta".
Los comunistas, que han decidido hacer una oposici¨®n dura e intransigente al Gobierno de Craxi, han presionado sobre el componente comunista de CGIL para que no d¨¦ al Gobierno Craxi el regalo de un pacto social.
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