Gabriel Celaya conmemora con sus amigos sus bodas de oro con la poes¨ªa
Gabriel Celaya recibi¨® anteayer en Madrid el homenaje de sus amigos y admiradores, que se reunieron en su torno para conmemorar las bodas de oro del poeta con la literatura. Trescientos intelectuales se dieron cita en la cena, en la que el poeta dijo: "Tengo m¨¢s amigos que admiradores".
Al final del homenaje a Celaya no hubo pelea y los conatos de pol¨¦mica se ci?eron a lo estrictamente literario: Gerardo Iglesias, secretario general del PCE, coexisti¨® sin demasiados problemas en la mesa presidencial, a la derecha de Celaya, con su disidente prosovi¨¦tico Ignacio Gallego, situado un poco m¨¢s hacia la izquierda. Al lado del poeta, el director general del Libro, Jaime Salinas y el diputado Bandr¨¦s, entre otros.El editor Gustavo Dom¨ªnguez y el tambi¨¦n editor y escritor Jos¨¦ Esteban ofrecieron el homenaje, leyendo los telegramas de adhesi¨®n, cuya lista -que se inici¨® con los enviados por la familia de Jorge Guill¨¦n, por el ministro de Cultura, Javier Solana, ausente del acto por hallarse en Roma, por Rafael Alberti y por Dolores Ibarruri, Pasionaria- fue ampliamente aplaudida por los asistentes. El poeta Leopoldo de Luis rindi¨® tributo a la obra de Celaya, "que se ha paseado por todos los ¨¢mbitos, del realismo al mito"; otro poeta, Manrique de Lara ley¨® un poema de homenaje, y el magistrado Joaqu¨ªn Navarro record¨® lo que hab¨ªa supuesto durante la dictadura la lectura de la obra del poeta donostiarra. Intervino tambi¨¦n un representante de la sociedad de Los Caballeritos de Azcoitia, el actor Juan Diego, que ley¨® una serie de poemas, y una se?ora de 68 a?os, que acudi¨® al homenaje desde Santurce y ley¨® un poema.
Gabriel Celaya, muy emocionado, agradeci¨® el homenaje, 50 a?os despu¨¦s de la aparici¨®n de su primer libro, Marea de silencio, que fue publicado por, el librero Le¨®n S¨¢nchez Cuesta en 1934. "Pero dos a?os despu¨¦s -dijo Celaya- cay¨® una bomba en un dep¨®sito de este librero y ah¨ª termin¨® mi ¨¦xito". "Lo bueno de m¨ª, porque yo tambi¨¦n tengo algunas cosas buenas -dijo- ha sido la espontaneidad. Cuando escrib¨ªa un libro me daba cuenta de sus defectos, pero lo escrito ya no ten¨ªa remedio ' y escrib¨ªa otro libro para borrar aquellos defectos. Lo ¨²nico que he hecho ha sido amontonar libros y libros, y esa espontaneidad, en lugar de darme admiradores de grandes obras, me ha dado muchos amigos, que reconocen en uno sus defectos y sus buenas intenciones. Tengo m¨¢s amigos que admiradores, y t¨² tambi¨¦n", dijo refiri¨¦ndose al poeta Claudio Rodr¨ªguez, ganador del ¨²ltimo Premio Nacional de Literatura en poes¨ªa, que fue su competidor en este galard¨®n. Entre los aplausos, Celaya y Rodr¨ªguez se apretaron en un cordial abrazo. Al lado del poeta, como siempre, su esposa, Amparo Gast¨®n.
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