La elipse
13 lunesDe nuevo Lindsay Kemp en Madrid, para actuar dentro de unos d¨ªs en la sala Olimpia. Ahora trae su Njinski. Shakespeare, Titania, las noches de verano sin sue?o, los milagros canallas de la rosa de Genet, comediante y m¨¢rtir, nuestra se?ora de las flores del mal, Garc¨ªa Lorca y Nijinski son anatom¨ªas culturales, osamentas l¨ªricas que han temblado y tiemblan en la m¨²sica de LK, que tiene simetr¨ªa de llama, caminar de coraz¨®n violentado e inesperadas muecas de m¨²sica. LK equivale, s¨ª, a una especie de ballets Diaghilev de nuestro tiempo, a los que ha quitado modernismo/simbolismo de ¨¦poca para meterlos expresionismo alem¨¢n, que es lo suyo. Aquella remota integraci¨®n de las artes que so?aban Wagner/ Nietzsche (y que, como integraci¨®n de las pol¨ªticas, hubiera dado el superhombre). Qu¨¦ peligroso todo, qu¨¦ peligroso. LK, inscrito ya en la relatividad y la carencia del hombre postlunar y prenuclear, dice lo caedizo de la condici¨®n individual con un temblor de "olivo despu¨¦s de vareado" (Vivanco), que s¨®lo resulta paralelo del cine parpadeante de Chaplin. Ambas cintilaciones, la de Chaplin y la de Kemp, nos dan mejor que Sartre o San Agust¨ªn la condici¨®n del hombre moderno, relativizado y posteinsteniano, que lleva clavada para siempre, en la espalda, la daga dubitativa de Hamlet o, sencillamente, una dubitaci¨®n como una daga. (Mientras huele una flor baudeleriana con estructura de soneto.) Nijinski se lo dijo a un periodista: "S¨ª yo pudiera explicarle con palabras mi baile, no bailar¨ªa". Nikinski dicen que lleg¨® a permanecer un instante inmovilizado en el aire, durante su famoso salto. Par¨® el tiempo y la gravedad, y eso lo hemos pagado todos. Lo estamos pagando. La inmovilidad de Kemp est¨¢ hecha de infinitos escalofr¨ªos comunicantes: Shakespeare, Lorca, Genet tiemblan en ¨¦l como figuras vistas dentro de un r¨ªo: el r¨ªo de Her¨¢clito.
16 jueves Joan Mart¨ª presenta su exposici¨®n/homenaje a la mujer. Ha inaugurado en una sala de la calle Espalter. Muchachas de ropa arrebolada, que se cubren el desmadre con una pamela ap¨®crifamente aldeana, de paja. Mujeres de espalda que se bajan el ropamen con la mano, justo hasta la rabadilla. M¨¢s desnudos de espalda con ca¨ªda de holandas exquisitas, juego de lazos y flores, erotismo fin de siglo en este otro fin de siglo. Muchachas de camisa abierta y ropa indecisa en el contraluz de un ¨¢rbol que no est¨¢ en la bot¨¢nica ni en mi huerto. Un recochineo. Es el fen¨®meno del hiperrealismo de calendario er¨®tico/hortera que uno tiene denunciado aqu¨ª. El otro d¨ªa se lo dije a Anto?ito L¨®pez:
-Te copian y te degradan.
-A lo mejor ni siquiera me copian. Es tan amplio eso del realismo...
Pero, de momento, Anto?ito lleva el pelo m¨¢s largo que hace un a?o y se ha anudado una seda fuscia al cuello. Me lo est¨¢n mundanizando, al ¨¢ngel de La Mancha, al Vel¨¢zquez del siglo. "Yo sigo trabajando mis esculturas, las de siempre, ya sabes". Claro que s¨¦. Tanto como minuciosidad, hay en su lentitud una defensa contra el arte apresurado y comercial de este tiempo y de cualquier tiempo. Se impone tardanzas a s¨ª mismo. Este Joan Mart¨ª, no. ?ste va ceguer¨®n a lo suyo. Hipierrealismo de calendario, ya digo, como todo el hiperrealismo espa?ol, salvado el padre y maestro m¨¢gico, y mucho gl¨²teo de se?ora bien, socapa de haber redescubierto el lirismo de la realidad. Un mercado que est¨¢ entre Revello de Toro y la pornograf¨ªa, m¨¢s el "desnudo de buen gusto" que trajo el hiperrealismo. Lo que denuncio aqu¨ª, claro, es el buen gusto, y no el desnudo. Los desnudos tienen que ser de mal gusto -Gauguin, Delacroix-, porque, si no, no son desnudos. La nueva cursiler¨ªa es la cursiler¨ªa de los culos. Almuerzo en casa de Carmela Garc¨ªa Moreno, que nos echa cocido a Berlanga y a m¨ª. Y me ofrece firmar en un ¨¢lbum del XIX, donde est¨¢n Mart¨ªnez de la Rosa y Campoamor. De la cursiler¨ªa de los "ojos claros, serenos", hemos pasado a la de los gl¨²teos claros, serenos.
18 s¨¢bado
Que Carmina Ord¨®?ez se casa para antes del verano. Corona de flores de sal en el pelo despeluquerizado de los vientos, collarcito en el cuello desnudo (cuello desnudo hasta los pies, o casi) gestecillo de ni?a caprichosita y llena de asquitos que una vez le dijo a Carmen Rigalt, explicando el contraste entre su altar nacionalcat¨®lico y su vida, hechos y frutos:
-Mi ideolog¨ªa no tiene nada que ver con mi vida privada.
Tormentosa y dif¨ªcil manera de desarmonizar lo armonizable. Bikini a bandas y la braguita m¨¢s lac¨®nica de todo el desnudismo nacional/nacionalista. Hermosa mujer que conoc¨ª de ni?a y en la que s¨®lo el ombligo tiene la misma cualidad agresiva, paradisiaca y banal del gesto. Largos muslos con curvatura de viol¨ªn, Afrodita Anadiomenes de derechas saliendo de las procelas del Hondo Sur, que da personajes as¨ª (ya hemos hablado de otros), y m¨ªtolog¨ªas a destiempo, como esta Carmina Ord¨®?ez, torera y ba?atriz, que se mete en el Atl¨¢ntico con anillos y mucha laca de u?as. Pura contradicci¨®n, como la rosa rilkeana, a m¨ª siempre me gust¨® m¨¢s, cuando ambas eran adolescentes, su hermana Bel¨¦n, que no s¨¦ por d¨®nde anda. Pero Carmina sali¨® m¨¢s altarera y saltatorera, eso s¨ª, y ahora se casa otra vez, si los tab¨²es y totems de ese totem que es el toro, no lo remedian. O sea los dioses. Hay una oligocracia sure?a, pastue?a, medieval, intemporal, que se apunta a cualquier notario con bandera o duque con trapo identificativo, que no otra misi¨®n ten¨ªan las gr¨ªmpolas/ikurri?as, como gusta de recordar M¨¢ximo. Yo dir¨ªa que nuestra querella no es capitalismo contra socialismo, sino capitalismo contra capitalismo, porque hay dos, y me quedo corto: el agropecuario y paleocereal y el urbano/manchesteriano y progresista. A Carmina Ord¨¦?ez le parece m¨¢s cat¨®lico el suyo, a juzgar por sus altares pol¨ªtico/dom¨¦sticos. Aunque luego, esbelta y en bikini contra el galernazo de la Historia, en sus mares del Sur de Espa?a, es una semidiosa en cuatricom¨ªa, anterior a todo mito y rito, lac¨®nica como su desnudo y locuaz como una protagonista del ?Hola! Para salida de ba?o usa mantilla de Viernes Santo.
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