Sagunto: a¨²n estamos a tiempo
Todos sabemos que reconvertir significa crear las condiciones para que el sistema productivo, en sus partes m¨¢s afectadas por la crisis y por los avances tecnol¨®gicos, se ponga al d¨ªa, a fin de garantizar un desarrollo desde empresas rentables, econ¨®mica y socialmente . Pero la reconversi¨®n, tal como se est¨¢ concibiendo en Espa?a en la hora presente -y ion muchos los que piensan as¨ª-, parece m¨¢s bien una simple operaci¨®n, no exenta de pesimismo, de reducci¨®n de la oferta para adaptarla a unos. niveles de demanda influidos por la propia crisis y por la falta de previsiones de recuperaci¨®n global. De este modo, se genera la destrucci¨®n de puestos de trabajo, y, al generalizarse las medidas, nos adentramos en todo un vasto proceso de desindustrializaci¨®n, sin creaci¨®n de empleo alternativo, en condiciones y plazos razonables.Planes cambiantes
En el caso de la siderurgia, en apenas seis a?os, la pol¨ªtica de reconversi¨®n ha creado condiciones continuamente cambiantes que lejos de aclarar el panorama han configurado un ambiente de no pocas frustraciones, y ahora cargado de traumas sociales. Primeramente vino la Ley 60/1978, de 23 de diciembre, "de medidas urgentes de apoyo al sector sider¨²rgico", qu¨¦ signific¨® el comienzo de lo que en poco tiempo ser¨ªa una participaci¨®n total del INI en Altos Hornos del Mediterr¨¢neo. M¨¢s tarde, ante la insuficiencia de esas medidas urgentes, se abri¨® una larga negociaci¨®n que, culmin¨® en el "acuerdo sobre saneamiento y reconversi¨®n del sector sider¨²rgico integral", que se tradujo en el Real Decreto 878/1981, de 8 de mayo, disposici¨®n por la cual se previeron pr¨¦stamos para la modernizaci¨®n de Ensidesa y Altos Hornos de Vizcaya, as¨ª como para la terminaci¨®n del esquema fabril de AHM.
Ulteriormente, la Comisi¨®n Coordinadora de la Siderurgia Integral, formada por las tres mayores empresas espa?olas (Ensidesa, AHV, AHM), solicit¨® a la firma japonesa Kawasaki la elaboraci¨®n de un estudio sobre la explotaci¨®n equilibrada de la siderurgia espa?ola, a fin de determinar el "plan de reestructuraci¨®n m¨¢s beneficioso desde el punto de vista t¨¦cnico y econ¨®mico hasta el a?o 1995". En su trabajo, Kawasaki recomend¨® situar un nuevo tren de bandas en caliente en la factor¨ªa de Sagunto, que habr¨ªa hecho de ¨¦sta la planta m¨¢s importante de las tres. Esa propuesta suscit¨® toda una dura controversia en la Comisi¨®n Coordinadora deja Siderurgia Integral, por la oposici¨®n de AHV y Ensidesa. Pero todo eso es ya historia y no vamos ahora a volver sobre ello.
Elcaso es que el Gobierno hubo de intervenir nuevamente en el tema. Y a la postre -para no alargar este art¨ªculo- descart¨® todas las recomendaciones de Kawasaki, planteando, por medio del Real Decreto 1.853/1983, de 6 de julio, una reorientaci¨®n que ven¨ªa a significar el desmantelamiento de la cabecera de Sagunto (los hornos altos productores de hierro), con la consiguiente ruptura del esquema fabril de la, factor¨ªa, e incluso con la previsi¨®n, nada descartable, de su desmantelamiento total en un futuro no lejano.
Todo el mundo sabe cu¨¢l ha sido la respuesta de los trabajadores de AHM y de los saguntinos en general ante la mencionada decisi¨®n gubernativa, que supondr¨¢ una p¨¦rdida inmediata de m¨¢s de 2.000 puestos de trabajo. Pero lo que en cambio se ignora casi por completo es que los t¨¦cnicos y los trabajadores de Sagunto han presentado al Gobierno de la naci¨®n una estrategia de supervivencia de la que todav¨ªa hoy es la ¨²nica siderurgia integral de Espa?a en la costa mediterr¨¢nea.
Modernizaci¨®n de AHM
El planteamiento hecho desde Sagunto, escuetamente expuesto, plantea la modernizaci¨®n razonable y comparativamente poco costosa de la f¨¢brica, mediante la renovaci¨®n de las bater¨ªas de coque (a fin de poner estos suministros a precios adecuados) y con la reconstrucci¨®n -por lo dem¨¢s absolutamente normal en cualquier siderurgia- de los hornos altos. De ese modo, el equipo instalado en Sagunto podr¨ªa rendir al m¨¢ximo en precio y calidad.
Los t¨¦cnicos y obreros de AHM aceptaron hace ya tiempo, con indudable serenidad, que no se instale en Sagunto el tren de bandas calientes. Nada tienen que oponer tampoco a las inversiones previstas para Ensidesa y Altos Hornos de Vizcaya, que hasta 1990 pueden representar unos 500.000 millones de pesetas. Lo que plantean es que, frente a esas cifras casi astron¨®micas, se asigne a AHM una inversi¨®n de 16.000 millones de pesetas hasta 1995, para reducir costes de producci¨®n y asegurar as¨ª el buen funcionamiento de una factor¨ªa que en pocos a?os podr¨ªa rendir beneficios.
La opini¨®n p¨²blica debe saber que todo esto es posible. Altos Hornos del Mediterr¨¢neo es la ¨²nica f¨¢brica sider¨²rgica espa?ola capaz de procesar todo su acero en coladas continuas, en instalaciones que se terminaron hace muy pocos meses, en agosto de 1983, con una elevada inversi¨®n que ahora podr¨ªa quedar ociosa. Por otro lado, los t¨¦cnicos y los obreros de Sagunto son quiz¨¢ los m¨¢s propicios a la colaboraci¨®n de las tres sider¨²rgicas integrales del pa¨ªs. Y lo que piden a este respecto es algo tan sencillo como que el coste de la transformaci¨®n de los productos intermedios (los slabs) que env¨ªan a las sider¨²rgicas del Norte para su tratamiento en r¨¦gimen de maquila, con devoluci¨®n de bobinas en caliente para el tren de laminaci¨®n en fr¨ªo de Sagunto, se sit¨²e al nivel internacional que lo practican otras empresas en el exterior, por ejemplo, la siderurgia francesa de Fos.
Ahora que tanto se habla de reindustrializaci¨®n, conviene que el Gobierno recapacite sobre lo que puede significar destruir de inmediato 2.000 puestos de trabajo, poner en peligro otros 2.200 a plazo medio y crear condiciones muy dif¨ªciles para toda una comarca. Ninguna reindustrializaci¨®n m¨¢s econ¨®mica que modernizar Sagunto es un programa compacto, nada colosalista y eficaz.
Ademas, los saguntinos sienten una especie de agravio comparativo en la decisi¨®n, poco razonada -la sentencia antes que el veredicto-, de cerrar Sagunto. Parece como si fuera una necesaria prueba de dureza. Pero ojo con las durezas. Las decisiones de pol¨ªtica econ¨®mica han de basarse en una apreciaci¨®n completa, con una visi¨®n de econom¨ªa pol¨ªtica, y no de meros tecnocratismos que pueden conducir, como de hecho podr¨ªa suceder en este caso, a decisiones de consecuencias irreversibles.
Sagunto a¨²n espera una soluci¨®n razonable. Los dem¨¢s espa?oles tambi¨¦n mantienen esa esperanza. Lo que sencillamente se propone desde estas l¨ªneas es la apertura de conversaciones a fondo y con tiempo limitado para estudiar la ¨²ltima alternativa planteada desde Sagunto, de comparativo bajo coste econ¨®mico y de amplias posibilidades de modernizaci¨®n, traducibles en un contrato programa en donde el rigor no excluya la esperanza, y viceversa. El Gobierno tiene la palabra.
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