Pol¨¦mica reelecci¨®n de Ciriaco de Mita como secretario de la Democracia Cristiana italiana en el congreso del partido
Ciriaco de Mita fue reelegido ayer nuevo secretario de la Democracia Cristiana con el 57% de los votos de los delegados, es decir, con una mayor¨ªa no plebiscitaria, como se hab¨ªa pronosticado media hora antes de acabar el 16? congreso nacional del partido, que ha vivi¨® momentos dram¨¢ticos y no pocos cambios imprevistos en su ¨²ltima jornada.
La primera sorpresa fue que el contrincante del nuevo secretario, es decir, el ministro de Protecci¨®n Civil, Vincenzo Scotti obtuvo el 32,4% de los votos de los delegados del congreso cuando, como ¨¦l mismo declar¨®, no se esperaba m¨¢s del 4%, aunque los observadores m¨¢s optimistas hab¨ªan llegado a pronosticarle hasta un 10%.Si De Mita no ha obtenido e 90% de los votos del congreso, como se hab¨ªa previsto, se debe fundamentalmente a dos motivos. El primero, que el nuevo secretario hab¨ªa sido muy exigente ante sus posibles electores pidiendo un mandato muy amplio para gobernar el partido en lo dos pr¨®ximos a?os. Y el segundo, que tuvo un estruendoso resbal¨®n cuando estaba respondiendo a las intervenciones m¨¢s importantes del debate congresual
De repente, respondiendo a Franco Marini, el n¨²mero dos de la CISL (el sindicato mayoritariamente democristiano, con 3.500.000 afiliados), le atac¨® tan duramente que lleg¨® a decirle que, si continuaba por su camino, "ni siquiera interesaba a la misma Democracia Cristiana".
Hay que explicar que Marini democristiano con carn¨¦, hab¨ªa atacado a De Mita calificando su pol¨ªtica de reaganismo y declarando que votar¨ªa por su antagonista Vincenzo Scotti, "m¨¢s sensible", hab¨ªa dicho Marini, a los problemas del sindicato.
Lo cierto es que el congreso reaccion¨® con violencia. Hubo un cuarto de hora de pu?etazos bofetadas, insultos, pataleos y hasta gruesos escupitajos, tanto entre los invitados como entre los mismos delegados en el congreso, y de nada serv¨ªan los campanilleos del presidente Amintore Fanfani, que se despepitaba gritando: "?Qu¨¦ democristianos somos si no sabemos ser democr¨¢tico?". El servicio de orden logr¨® por fin poner paz mientras se o¨ªa a un delegado que dec¨ªa: "Sujetadme o le mato".
Ataque al sindicato
Las palabras de De Mita se hab¨ªan interpretado como un ataque al sindicato democristiano CISL, aunque ¨¦l, recuperado el silencio, pudo aclarar que hab¨ªa atacado a Marini como delegado democristiano, y no como l¨ªder sindical.De Mita, no se sabe si de forma premeditada o improvisada, en aquel momento lanz¨® la ¨²ltima bomba: "Si el congreso no acaba unitariamente, no aceptar¨¦ la secretar¨ªa". Y remach¨® a¨²n el clavo pidiendo al congreso plenos poderes para poder nombrar despu¨¦s todos los cargos con total autonom¨ªa, sin tener en cuenta los grupos de poder internos del partido.
Para un partido como la Democracia Cristiana, acostumbrado a vivir mediante los equilibrios internos de las famosas corrientes, las palabras de De Mita sonaron a arrogancia y provocaci¨®n, y no s¨®lo a voluntad firme de querer cambiar radicalmente su partido.
Para llegar a una lista unitaria de candidatos para el consejo nacional del partido se hicieron necesarias 14 horas de discusiones e intrigas. Gan¨® la batalla De Mita, pero con mucha amargura por parte de los mismos que aceptaron su desaf¨ªo.
Precisamente el d¨ªa anterior hab¨ªa irritado mucho a De Mita lo que hab¨ªa escrito uno de los delegados al congreso: "En el partido", escribi¨® Della Pietra en el diario cat¨®lico L'Avvenire, "se est¨¢ preparando una unidad de tipo liban¨¦s, donde todos afinan las armas para la pr¨®xima conjura".
De Mita hab¨ªa dicho en el congreso: "La gente ya no entiende nuestras palabras. Quiere hechos y gestos concretos". Ahora que ha vencido en el congreso con plenos poderes puede empezar a resolver el enigma.
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