Las relaciones entre las dos Alemanias, entre la 'coalici¨®n de la raz¨®n' y la 'limitaci¨®n de da?os'
El pragmatismo se impone, a pesar de incidentes como la petici¨®n de asilo en la Embajada de Alemania Occidental en Praga de la familia de una sobrina del primer ministro de la RDA
A pesar de la ruptura de di¨¢logo entre las dos superpotencias, de la instalaci¨®n de misiles at¨®micos a un lado y a otro del llamado tel¨®n de acero y de la llegada. al Gobierno de Bonn de los democristianos, con todo un pasado de verborrea anticomunista entre la, RFA y la RDA, se ha impuesto una pol¨ªtica pragm¨¢tica que el dirigente alem¨¢n oriental, Erich Honecker, ha definido como coalici¨®n de la raz¨®n y el canciller alem¨¢n occidental, Helmut Kohl, de limitaci¨®n de da?os.Las relaciones RFA-RDA siguen dominadas por una buena dosis de pol¨ªtica-ficci¨®n. Durante muchos a?os, los Gobiernos de Bonn ignoraron casi absolutamente la existencia de la RDA. En aplicaci¨®n de la llamada doctrina Hallstein, la RFA romp¨ªa relaciones diplom¨¢ticas con los pa¨ªses que reconoc¨ªan a la RDA. En el lenguaje oficial de Bonn, la RDA era la zona de ocupaci¨®n sovi¨¦tica. En otras ocasiones se hablaba de Alemania central (la oriental estar¨ªa formada por los territorios del este de Europa, hoy d¨ªa en poder de Polonia o de la Uni¨®n Sovi¨¦tica).
Alguna prensa occidental todav¨ªa pone entre comillas el nombre Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana. Seg¨²n el Tribunal Constitucional de la RFA, la frontera entre los dos Estados alemanes, separados por 1.393 kil¨®metros de alambradas y campos de minas, no existe y es como la divisi¨®n entre dos Esta dos federados de la RFA, como entre Baviera y Hesse. Para la RFA no existe m¨¢s que una nacionalidad alemana; la representaci¨®n diplom¨¢tica del Gobierno de Bonn en Berl¨ªn Este se llama representaci¨®n permanente, en vez de embajada, y las relaciones no las lleva el Ministerio de Asuntos Exteriores, sino el de Relaciones Interalemanas y la canciller¨ªa federal.
Reconocimiento diplom¨¢tico
La RDA exige el reconocimiento diplom¨¢tico pleno y que Bonn renuncie a arrogarse la representaci¨®n de todos los alemanes, como si s¨®lo existiese una nacionalidad, para lograr una normalizaci¨®n de las relaciones entre los dos pa¨ªses La ostpolitik, la pol¨ªtica del Este, del entonces canciller socialdem¨®crata Willy Brandt, supuso el final de la doctrina Hallstein, se habl¨® ya de dos Estados alemanes, que pasaron a formar parte de la ONU, y se dio un paso adelante en el camino del reconocimiento de las realidades existentes en Europa como consecuencia de la segunda guerra mundial, aunque sin llegar a admitir las dos nacionalidades existentes de hecho. La ostpolitik fue duramente combatida por la oposici¨®n democristiana (CDU/CSU), que habl¨® de "liquidaci¨®n de los intereses nacionales", y algunos democristianos llegaron a aplicar a Brandt casi el calificativo de traidor.
Con el cambio de Gobierno, en Bonn, el 1 de octubre de 1982, y la recuperaci¨®n del poder, despu¨¦s de 13 a?os, por parte de la Democracia Cristiana, se abri¨® una interrogante sobre el futuro de las relaciones RFA-RDA. La instalaci¨®n de nuevos misiles at¨®micos norteamericanos en el territorio de la RFA y la respuesta sovi¨¦tica con otros cohetes nucleares en la RDA parece haber convertido en realidad palpable la frase del fallecido dirigente sovi¨¦tico Yuri Andropov, que el pasado mes de julio dijo a Kohl en Mosc¨² que, "en el futuro, los alemanes de un lado y de otro se ver¨¢n a trav¨¦s de una barrera de misiles at¨®micos".
A pesar de tan negras perspectivas, entre Bonn y Berl¨ªn Este se ha abierto camino una pol¨ªtica inspirada por el pragmatismo, lejos de las ideolog¨ªas respectivas y del clima de ruptura del di¨¢logo y signos de guerra fr¨ªa que marca la relaci¨®n entre los hermanos mayores del Kremlin y la Casa Blanca.
El estacionamiento de los misiles at¨®micos parece haber tenido un efecto terap¨¦utico sobre las conciencias de los dirigentes alemanes de un lado y de otro. El conservador democristiano Kohl y el comunista ortodoxo Honecker parecen conscientes de su soberan¨ªa limitada, que ha convertido a sus pa¨ªses en rampas de lanzamiento de misiles y al mismo tiempo en primeros objetivos de destrucci¨®n, en el caso de confrontaci¨®n nuclear.
En Bonn y Berl¨ªn, consciente o inconscientemente, se ha puesto en marcha una pol¨ªtica que trata de defender unos intereses propios alemanes; de un lado y de otro, dentro del margen que permiten las dos superpotencias. Kohl y Honecker cuentan con la ventaja de que ni Washington ni Mosc¨² pueden poner en duda su absoluta fidelidad, y los intentos de aproximaci¨®n a los acuerdos que consigan no despiertan inmediatamente recelos.
Divisas a toda costa
El derechista presidente de Baviera, Franz Josef Strauss (CSU), puso en marcha el pasado mes de junio la concesi¨®n de un cr¨¦dito de mil millones de marcos (57.000 millones de pesetas) a la RDA. Berl¨ªn Este respondi¨® con algunas concesiones en el terreno humanitario, se suavizaron los tr¨¢mites fronterizos y se inici¨® el desmantelamiento de las armas autom¨¢ticas SM-70, que se disparan solas al advertir la presencia de personas que intentan fugarse.
La RDA necesita urgentemente divisas occidentales, y esta necesidad provoca la inevitable situaci¨®n de lograr acuerdos con el enemigo de clase, por encima de los tradicionales enfrentamientos ideol¨®gicos con los revanchistas de Bonn. Dentro de esta necesidad de entendimiento y pol¨ªtica de pragmatismo, por ambas partes se han logrado en los ¨²ltimos meses importantes acuerdos de cooperaci¨®n.
La Volkswagen, una de las empresas m¨¢s representativas de la RFA, ha decidido instalar una f¨¢brica para producir motores de coche en la RDA. En Berl¨ªn se lleg¨® a un acuerdo para que el ferrocarril suburbano, que recorre el sector occidental, pero propiedad de los ferrocarriles de la RDA, pase a ser explotado por el Ayuntamiento de Berl¨ªn Oeste. Ya ha empezado a hablarse de un posible tren magn¨¦tico entre Hannover y Berl¨ªn.
En Bonn, se calcula que el dirigente de la RDA, Erich Honecker, podr¨ªa realizar antes del verano la primera visita de un secretario general del Partido Socialista Unificado de Alemania (SED, comunista) a la RFA. Ser¨ªa, en realidad, la visita a su pa¨ªs de origen, porque Honecker naci¨® en el Sarre, que hoy d¨ªa es uno de los estados federados de la RFA.
La llegada a la presidencia de la RFA de Richard von Weizsaecker, que ser¨¢ elegido presidente federal el pr¨®ximo 23 de mayo, abre tambi¨¦n un margen mayor para unas mejores relaciones con la RDA. Weizsaecker pertenece a la corriente liberal de los democristianos (CDU), y ya en la alcald¨ªa de Berl¨ªn Oeste rompi¨® con algunos tab¨²es al acudir en visita oficial al otro lado del muro y entrevistarse con Honecker. Con Weizsaecker en la presidencia de la Rep¨²blica es posible contar con impulsos personales a las relaciones entre los dos Estados alemanes, y no habr¨ªa ocurrido, como con el actual presidente, Karl Carstens, cuando se neg¨® a asistir a los actos del 500? aniversario de Lutero en la RDA, por temor a que se interpretase su visita como un reconocimiento diplom¨¢tico del pa¨ªs.
Adi¨®s al radicalismo
Los democristianos (CDU/ CSU) comprobaron al llegar al poder en Bonn que la pol¨ªtica de radicalismo verbal anticomunista no conduc¨ªa a ning¨²n resultado positivo ni beneficiaba a los alemanes de un lado y otro, y han optado por un continuismo en las relaciones .Con la RDA para conseguir, a base de peque?os pasos, una limitaci¨®n de da?os derivada de la tensi¨®n internacional y hacer m¨¢s llevadera la terrible realidad de la divisi¨®n alemana y de Berl¨ªn.
Los dirigentes de la RDA, especialmente Honecker, han sabido olvidar los a?os de acusaciones de belicismo y revanchismo contra los pol¨ªticos que hoy gobiernan Bonn para conseguir una coalici¨®n de la raz¨®n.
La RFA y la RDA se esfuerzan en conseguir un margen de maniobra m¨ªnimo e indispensable, por debajo de las dos potencias protectoras, que se traduzca en beneficios para los alemanes de uno y otro lado.
La declaraci¨®n de la RDA, a trav¨¦s de su agencia oficial de noticias (ADN), con motivo de la huida a la Embajada de la RFA en Praga de la familia de la sobrina del primer ministro, Willy Stoph, es un indicio m¨¢s de esta intenci¨®n de evitar da?os a las relaciones entre los dos pa¨ªses: se habla de las calumnias de la Prensa de la RFA y se recalca la voluntad de la RDA para la normalizaci¨®n de las relaciones.
El tratamiento que la RDA ha dado a los casos de refugiados en las embajadas, incluido el de la sobrina de Stoph, las crecientes cifras de personas autorizadas legalmente a abandonar el pa¨ªs, a cambio de prestaciones econ¨®micas del Gobierno de Bonn, no derriban el muro berlin¨¦s ni desmantelan las alambradas y campos de minas, pero pueden hacerlos m¨¢s permeables, al menos para unos pocos.
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