La tensa emoci¨®n de Claudio Monteverdi

Las Vespro della Beata Vergine, de Claudio Monteverdi, se han convertido en obra casi de repertorio, lo que hace unas d¨¦cadas hubiera sido impensable. Muchas de las audiciones del inmenso monumento sonoro fueron dirigidas por Od¨®n Alonso y en una l¨ªnea de bella expresividad.A los eruditos les preocupa grandemente la cuesti¨®n de la autenticidad en aquellas obras que, por separadas de nuestro tiempo, son m¨¢s dif¨ªciles de clarificar con firmeza. Hasta sobre la sucesi¨®n de los n¨²meros, e incluso sobre si cuanto escuchamos hoy en las V¨ªsperas constituy¨® una creaci¨®n inicialmente cerrada y unitaria; los puntos de vista vienen siendo tan distintos como ilustres quienes los sostienen.

En las V¨ªsperas nos encontramos ante una obra abierta capaz de conmovernos desde cualquier soluci¨®n formal por la que el int¨¦rprete se decida.

Las V¨ªsperas escuchadas esta semana abundaron en expresiones plenas de belleza: baste recordar la Sonata sopra Santa Mar¨ªa (tan excelentemente cantada por los ni?os de Lekeitio), Ave Maris Stella y el Magnificat final, en donde el Coro de RTVE volvi¨® a lucir como en sus mejores momentos. Lo m¨¢s tradicional de la obra sali¨® mejor que lo m¨¢s innovador (para su tiempo), pero en todo caso, la labor de todos, cada cual con sus m¨¦ritos y caracter¨ªsticas, qued¨® impostada en el cuadro de efectiva tensi¨®n expresiva. Por lo que cuantos compusieron la larga n¨®mina de actuantes, con sus directores corales y el maestro Alonso, recibieron largas ovaciones.