A?os de sue?os
Juana Mord¨®, que ayer cumpli¨® el ¨²ltimo sue?o, esta vez definitivamente doloroso, de su vida de sue?os realizados, era de una vitalidad inusitada y de una generosidad inteligente. El ¨²ltimo de los factores fue esencial para mantener con la suavidad agridulce de su pasado cultural franc¨¦s la dificil lidia del artista espa?ol, atrabiliario y genial. Ella acometi¨® esa tarea, y del imposible trance de realizarla naci¨® una galer¨ªa plet¨®rica de hechos que hoy hay que enumerar para entender los ¨²ltimos veinte a?os de la historia del arte que se ha hecho en Espa?a. Sin los sue?os de Juana Mord¨® el propio sue?o de la vitalidad actual de la pl¨¢stica no hubiera sido posible jam¨¢s.Los veinte a?os de la galer¨ªa de Juana Mord¨® iban a cumplirse ma?ana. Una vieja dolencia cardiaca, complicada tras la operaci¨®n con un padecimiento renal, la oblig¨® a hospitalizarse d¨ªas antes de esta efem¨¦ride. No ha podido escuchar c¨®mo cae el 14 de marzo de la hoja del almanaque, pero vivi¨® tanto -a?os de inc¨®gnito: nunca dijo su edad- que cualquier d¨ªa que se viva sin su presencia estar¨¢ transido por el ejemplo de su paciente y moderno sentido de la vida y del arte.
Juana Mord¨® era una compa?era genial, y su conversaci¨®n resultaba fascinante -de madrugada sol¨ªa ser la m¨¢s despierta; despreciaba la media tarde-, porque su progresivo asentamiento en el mundo de la cultura espa?ola no le hizo renunciar a su esquivo, y revolucionario, sentido est¨¦tico, que le llev¨® a apostar primero por el grupo El Paso y que en los ¨²ltimos a?os de su vida le condujo a apoyar a los j¨®venes artistas que hoy son los herederos del futuro creado por ella.
En unas declaraciones que hizo en el ¨²ltimo n¨²mero de Cambio 16, Juana Mord¨® afirmaba que no iba a escribir sus memorias; aquella voz exacta y como derramada sobre el mantel de las mesas de sus amigos era la memoria viva de una ¨¦poca y de un pa¨ªs. Hoy es un sue?o que prosigue.
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